domingo, 29 de enero de 2012

Carta a mi Amor

   Hola mi Amor:

  Hoy te escribo para que sepas lo que siento y pienso sobre nuestra relación. Es raro, pues siempre quise conocerte para poder darte todo lo que tengo, para entregarme a ti por completo, pero, ahora mismo y como nunca antes, debo decirte que no te extraño en mi vida. Supongo que el daño, que tanto ha marcado mi corazón en mis últimas relaciones, hace que ahora tenga miedo a volver a buscarte, a sentirte dentro, porque tengo la certeza de que el amor que construyamos juntas acabará por desaparecer.

  Hace ya dos años que dejé de tener pareja y, entre tanto, he estado lanzándome sin más a retos amorosos que ya no llegan a tener, ni por asomo, la intensidad de años atrás. He pensado que tal vez el problema radicaba en que no estaba eligiendo a la persona adecuada, pero.... tras todos estos meses sin nadie "al lado", me he dado cuenta de que, simplemente, aún no sé lo que quiero.

  Sí, así es, no tengo ni la más remota idea de que lo que quiero de ti. No sé que espero de la persona con la que comparta mi vida, pues en realidad, ya no espero nada de nadie. Tampoco sé qué quiero darte, pues ahora doy constantemente todo lo que está en mi mano a todas las personas que me rodean, haciéndoles sonreír, con pequeños detalles, interesándome por sus sentimientos, compartiendo los míos...

  Siento que me equivocaba pensando que todo eso sólo podía hacerlo por ti, pues ahora lo hago por todo el mundo y, al fin, lo hago también por mi. Me preparo la comida con mucho cariño, me arropo cada noche con dulzura, me aconsejo y me guío hacia todo lo que me hace feliz, en resumen, me abro a la felicidad sin más.

  Cuando viene a mi mente la idea de que puedas aparecer me pongo a temblar, me falta el aire pensando que volveré a perder el rumbo, que no podré evitar dejar de ser yo misma para complacerte, aun cuando tú  no me lo pidas... Es curioso, pero dentro de la seguridad que me invade y me incita a seguir adelante tal y como lo estoy haciendo, nace también un ápice de duda, de temor a no saber controlar mi vida cuando tú formes parte de ella.

 No lo sé con certeza aún, pero intuyo que esto es lo que hace que no consiga verte entre las personas con las que me cruzo cada día. Me pierde un cuerpo bonito y me asombro ante la hermosura de muchos rostros, pero no encuentro esa mirada que me diga que eres tú.

  Sé que no vas a aparecer en mi vida hasta que no esté segura de que no me importará perder la cabeza por ti; no me importará que me robes el sueño, ni mis besos, ni mis abrazos; no me importará enamorar tu estómago con mis recetas, ni tu cuerpo con mi forma de amarte; no me importará volver a ser una romántica empedernida y volcarme en darte miles de sorpresas que te hagan sonreír; no me importará mostrarme tal y como soy...

  Y para todo esto, mi amor, debo estar segura de poder confiar en ti y de saber que tú confiarás en mi; segura de que tú también dejarás de dormir para pensar en los sueños que quieres alcanzar a mi lado, de que me llenarás de besos y mimos; de que valorarás con tu amor todo lo que te entrego; y segura, de que siempre me respetarás.

 Como ves tengo miedo de tenerte, pero más aún de sentir que tal vez no vuelvas a estar en mi vida. Por eso, a partir de hoy borraré de mi mente todos los pensamientos que te alejan de mi y pondré en manos del Universo ese preciso instante en el que me enamore de ti.

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