lunes, 5 de diciembre de 2016

Desvincularse




Este año se cierra con una importante lección aprendida, pero lo mejor, es que al fin he sabido ponerla en práctica. Se trata de saber desvincularse. ¿De qué? Pues de todo aquello que no nos permite ser felices.

Desvincularse de sueños por los que no queremos luchar; para qué ilusionarnos o gritar al Universo que mueva sus hilos para entregarnos algo por lo que nosotros no movemos ni un sólo dedo. Hay que alejarse de aquello que, en realidad, no nos apasiona y, por el contrario, apasionarnos con todas las cosas para las que nunca es poca la energía que nos queda después de acabar con nuestras responsabilidades.

Y ya que hablamos de responsabilidades, debemos desvincularnos también de las que no nos hagan sentir bien. ¡Qué difícil! Y será más difícil cuanto menos caso hayamos hecho a nuestro corazón, a nuestros sentidos. Enfrascarnos en este tipo de cosas empieza siendo algo que no queremos hacer, entonces, ¿por qué las hacemos? Seguramente porque es lo que nos dicta la sociedad, lo que todos creen mejor o la única opción que nos queda; sin embargo, mientras que los sueños no mueran seguirán existiendo muchas más opciones. Podemos tener todo lo que deseemos si no obviamos nuestros pensamientos.

Desvincularse de esos pensamientos que no nos enseñan nada, que están llenos de lamentos, de reproches para otros a los que culpamos de nuestros errores; que están vacíos de realidad, del reconocimientos de que podíamos haberlo hecho distinto. Fallar no es un pecado, pero olvidar que mientras nos quede un día de vida siempre podremos cambiarla, eso...eso sí que no tiene perdón. 

Desvincularse, claro que sí, de las opiniones que otros tienen de nosotros. Qué importancia puede tener lo que piensen si tenemos claros los sueños, las responsabilidades, los pensamientos y, por todo ello, nuestros actos. Cuando nos dedicamos a lo que nos gusta, cuando tenemos ilusiones que se convierten en el motor de nuestros días, cuando nuestra mente hace caso omiso a lo que no está acorde con nuestro ser y nuestra alma se dedica a sentir lo que significa ser feliz, no puede haber nada que criticar en lo que hacemos, en nuestros días, en nuestras vidas.

En resumen, desvincularse de cualquier cosa que no nos deje lucir nuestra mejor sonrisa: miedos, imposibles, tristezas, peleas, lugares, ira, rabia, lástima y un largo etcétera de energías que no vibran en la misma onda que la nuestra; que nos hace tambalearnos mientras el camino se borra.

Qué difícil seguir el rumbo cuando nos paramos a escuchar a quien no tiene nada que decir; qué fácil seguir adelante con la sonrisa del alma; y qué maravilloso dar ese paso para poder darnos cuenta de que, a tan sólo unos metros, nos espera todo aquello con lo que, ahora y siempre, nos podremos vincular: respeto, abrazos, aliento, caricias, reconocimiento, ánimos, apoyo, ilusiones, pasiones y, por supuesto, sueños...miles de sueños por disfrutar.

☯ Sonia Brúnar ☯

Capacidad




Vidas que siempre miramos tras un cristal. Desde este lado nada nos afecta, todo es un problema ajeno, una situación que no nos tocará aceptar. Ponemos de nuestra parte para que todo vaya bien, sin darnos cuenta de que nada de lo que tenga que pasar dejará de modificar nuestro bienestar.

Miradas que relatan historias que no queremos oír; que tienen el valor de levantarse para contarnos que, a pesar de todo, siempre se puede ser feliz. Predicamos con el ejemplo de hacer de cada muro un nuevo puente por el que avanzar, sin embargo, no siempre nos planteamos hasta dónde seríamos capaces de cruzar.

No hay más valores en la vida que el de saber hacerlos realidad y no, tan sólo, un montón de teorías que nunca se practicarán. Sintiendo que luchamos por nuestros sueños cuando lo único que debemos hacer es convertirlos en realidad; mientras, otros tienen que superar nuestras barreras y todas aquellas que les supone su discapacidad...

Eso he creído ver hoy... Sin embargo, en mi reflexión sobre todos estos sentimientos, me doy cuenta de que tan sólo la humildad nos hace valientes para luchar. Por eso, no siento que una discapacidad sea no ver, oír, poder caminar o pensar como los demás; para mí, y desde hoy, la discapacidad es la etiqueta hecha para aquellos que no tienen valor, coraje, ni perdón; para aquellas personas que teniendo el mundo entero a sus pies, miran al cielo pidiendo algo que no merece la pena tener; para los que imploran una vida que no les corresponde sentir, unas ilusiones que no dan sentido a su vivir...

Capacidad...la capacidad que tiene valor, es la de aquellos que, teniendo o no motivos, siguen adelante porque saben que es el único sentido; se levantan sin poder andar, miran la vida sin ver y escuchan a su corazón sabiendo que no hay más que oír que los latidos de su sentir; capacidad, la de tantas personas que serán eternamente niños, tal vez porque en otras vidas se les privó de este placer, la de sus seres queridos para aceptar que jamás los verán crecer; capacidad, la de tantas familias que, en vez de desfallecer, madrugan junto con el sueño de ver a sus hijos sonreír, disfrutar y valorar todo aquello que sus sentidos, en la medida de cada posibilidad, les capacitan para dar cada día un poco más.

Capacidad es lo que todos deberíamos tener para comprender que la vida no sería lo mismo sin todo aquello que hoy no valoramos tener; para saber que los demás no son menos porque no se parezcan a nuestro reflejo; que no existe nadie que no sea igual, pero que a su vez, no tenga algo que nos pueda diferenciar... Capacidad es lo que pido al Universo para esta Navidad y toda la eternidad; soñando con que sea capaz de mover sus hilos y haga con ellos nubes de algodón para quienes necesiten descansar; ojos de seda para poder seguir viendo el amor llegar; cuerpos de hierro para que no haya tempestades que los puedan derrumbar; y mentes que no funcionen si no es para aprender a volar. 

Para todos deseo la única capacidad de que nos puede ayudar...la de Amar por encima de cualquier discapacidad.

☯ Sonia Brúnar ☯

Todo es perfecto




Tantas personas como situaciones puede vivir cada una de ellas. Tanto dolor y alegría como nuestras almas estén dispuestas a soportar en la vida. Habrá caminos para los que quieran recorrerlos, montañas para quienes quieran escalarlas y mares para quienes tengan el don de saberlos navegar. 

Para cada uno de nosotros el Universo tiene infinitos hilos que se encarga de mover con el fin de que nuestra existencia tenga sentido. Este sentido de vida es, a veces, ignorado por quienes tienen la oportunidad de sentirlos; en ocasiones, rechazado por los que creen que nacieron para sufrir; y, en muchos más casos, asumido por los que vinimos a comprender qué significa ser feliz. No es de extrañar que así sea, pues todo esto, no es más que lo que hace al mundo perfecto.

Sacudidas, subidas, bajadas, ráfagas de sueños gastados y esperanzas ahogadas en mares de imposibles... No siempre puede salir el sol, no se crearon las nubes tan sólo para darnos su sombra; no debe ser molesta la lluvia que empapa, porque sin ella no estaríamos aquí. Y no es raro que vivamos estos desconciertos, ya que en la Tierra todo es... sencillamente perfecto.

Amores que llegan y otros que abandonamos; momentos manchados de fracasos que limpiamos con nuevos sentimientos; errores que nos ponen en evidencia ante nuestra propia cordura; acuerdos del alma que nos permiten seguir sin rencores, con la certeza de que es más fácil aprender de los fallos que nos enfrentan a difíciles decisiones, que de los aciertos que nos dejan quietos y sin más opciones. Igualmente, se demuestra que la vida...se nos regaló perfecta.

Los momentos de caos, superación de etapas impuestas y preguntas sin resolver, no serán más que un paso que algunos deberemos dar, que otros ni siquiera se cuestionarán. Sé que hicieron falta más noches que días para que muchos valorásemos la importancia de vivir sólo el presente; sin embargo, hoy me acuesto consciente de que otros tan sólo se pararon a sentir para saber que tenían que hacerlo, a sonreír para entender que es lo mejor que tenemos, a observar...para comprobar que somos todo lo que hacemos. Lo importante, en este caso, no es el camino, sino darnos cuenta que, sin importar el que haya sido, todos tenemos el mismo destino.

Sí...no hay más ni mejores conclusiones que la de saber que en cada día, situación, acontecimiento, externo o profundo de nuestro ser la vida es, siempre, como tiene que ser. Pues a pesar de su odio y su amor, su tranquilidad y sus guerras, sus abismales diferencias, sus injusticias y sus mejores regalos..., a pesar de cada una de sus virtudes y de todos sus defectos, todo es...increíblemente perfecto.


☯ Sonia Brúnar ☯

domingo, 4 de diciembre de 2016

Recuerdos




Aún recuerdo los días en los que la lluvia podía mojar mis ilusiones, el viento despeinar mis ganas y el sol deshacer mis sueños. Cuando no conocemos el fin creemos estar eternamente al principio, teniendo siempre la oportunidad de cambiar el camino.

Aún recuerdo el miedo; miedo a la vida y la muerte, al éxito y al fracaso, al antes y el después. Si no entendemos la existencia, todo puede tornarse de los colores de un oscuro y lluviosos atardecer, de las dudas que nos impiden avanzar y crecer.

Aún recuerdo mis llantos; aquellos días llenos de tristeza, cuando los problemas no eran más que males creados por la sociedad, mentiras que nos hacen creer que jamás llegaremos a amar, olvidar, volar... Valores equivocados que hacen al mundo desagradecido ante cada día regalado.

Aún recuerdo cuando podías secar mi dolor, calmar mi temor y colmar de sonrisas mi corazón; sólo tú podías devolver la felicidad que la vida me intentaba arrebatar. Cuando perdemos la armadura, debemos dejar con ella todo lo que no nos deja evolucionar; pues no hay marinero sin barco que deje de navegar, ni mar sin tormenta que no nos pueda asombrar.

Y ahora que aún puedo recordarlo todo, no puedo olvidar que ya no estás. Tristemente eso da sentido a mi bienestar, a la calma que recorre mis anhelos en cada despertar, a la fuerza que encuentro en los silencios que me haces llegar. Si no hay guardaespaldas que me defienda, sólo me queda alejarme de todo aquello que pueda causarme mal.

No quiero olvidar que hoy soy yo quien protege mi vida, quien sigue adelante sin problemas que solucionar; no hay nada que me de miedo, pues tu ausencia es lo que más me hizo temblar; no hay lágrimas que merezcan mis sollozos, ya que ellos quedaron ahogados en tu mar; no hay dolor más grande que el de asimilar que jamás podré dejarte atrás.

No quiero olvidar mi amor, ese que me enseñaste a valorar; los días nublados que llenabas de sol, son ahora la fuente de toda mi ensoñación. Eres sin ser lo que fuiste para que yo pueda ser quien quisiste; alguien que alcanza los sueños, todos lo que dejaste sin dueño; una persona que sube, pues para bajar ya tuvimos tiempo; el corazón que late por tu recuerdo y el alma que conserva mi cerebro cuerdo...

Aún recuerdo tu voz, tu piel y todas las lecciones que me obligaste a aprender. No es mal maestro el que quiere tu bien, aunque en el momento no entendamos el porqué. Y ahora está aquí el tiempo, el Universo y sus hilos, para mostrarme la razón de que un día pusieses en mi desarrollo tu tesón. Aún recuerdo cuánto te quiero, pero quizás olvidé darte las gracias... Gracias por enfrentarte a mi inmadurez, mi rebeldía y mi insensatez; gracias por ser la amiga que nunca quiso ser madre y la madre que supo ser mi mejor amiga; gracias por permitir que aún siga amándote y por asegurarme que así será... mientras siga recordándote...Mamá.

☯ Sonia Brúnar ☯

Falso Amor




Falso es el amor que muchos creímos sentir, el que el tiempo dejó como un mal recuerdo que no queremos revivir; es el adiós que tanto nos costó decir, los engaños de nuestra mente por creer que sin él no sabríamos vivir. Falso amor que hace años dejé atrás y que ahora veo reflejado en otros que aún no aprendieron a amar...

El falso amor no es el que no sentimos, sino el que sentimos a pesar del dolor; no es el que el carece de pasión, pero sí el que hace que suba y baje sin control; no es el no correspondido, sino el que no se corresponde con lo que sentimos...

El falso amor nos da todo lo que está en su mano y, de la misma forma, en cualquier momento, nos roba aquello que creíamos nuestro; la paz, la tranquilidad, incluso la personalidad. Poco a poco, y sin que apenas lo notemos, irá absorbiendo toda la energía que durante días hemos acumulado, haciendo de un instante el mayor agujero porque el que perder nuestros sueños.

El falso amor no nos mima para hacernos felices, sino para sentirse mejor y engrandecer su ego; convirtiendo sus bondades, sus supuestos gestos de amor, en todo lo que en la próxima disputa será el tema de conversación; reproches...siempre reproches sobre lo que nos dieron sin pudor.

Falso amor es aquel te pide perdón tras insultar parte de tu honor, que te besa tras haberte apaleado el alma, que te abraza mientras no sabe cómo recuperar la calma. No hay tensión cuando dos personas se aman, cuando dos corazones se respetan, cuando dos seres son capaces de conversar, opinar y ser diferentes sin que eso llegue a desenamorar...

Pero lo peor del falso amor, es que nos aleja de lo que somos, de nuestras pasiones e ilusiones, de lo que antes tenía importancia y ahora miramos con ignorancia. Sólo para él es nuestra mirada, apartándonos de nuestros seres queridos, de los que jamás nos abandonarán, de aquellos que merecen nuestro tiempo, nuestras ganas y todo lo que nos queda por avanzar...

El falso amor es el que más duele, pues cuando el tiempo pasa, cuando el Universo se atreve a mover su hilos para iluminarte el camino...te das cuenta de que no fue la otra persona la culpable; ni de tu dolor, ni de tus pérdidas, del tiempo o de la distancia, pues tan sólo uno mismo es responsable de lo que hace, lo que piensa y las decisiones que toma, los caminos que recorre y las personas que decide dejar atrás. Un día, tristemente, al levantar la mirada, te das cuenta de que olvidaste a quienes te amaban para dar tu amor a quien jamás te lo devolverá...

Falso amor...el que dice amarte cuando ni siquiera aprendió lo que es Amar...



☯ Sonia Brúnar ☯

domingo, 27 de noviembre de 2016

Cansancio



Me cansé de estudiar para, como mi padre repetía, tener un futuro mejor, optar a un puesto laboral más cómodo, un buen sueldo y mucho tiempo para poder gastarlo a gusto. Por el camino, tuve la suerte de encontrar mi vocación...

Me cansé de invertir el poco dinero que gané en preparar unas oposiciones que, volvía convencerme, me darían opción a un trabajo digno, alejado de horarios insoportables, de contratos basura, de nóminas que dan ganas de llorar.

Me cansé de aprobar año tras año un examen en el que las plazas estaban dadas antes de empezar, que eran adjudicadas en función de las necesidades de un gobierno y no de las de cientos de niños que piden a gritos y, cada vez más, maestros con ganas de serlo, corazones conectados con la infancia, personas que los alejen de la ignorancia.

Pero aún estando cansados, no hay sueño que se le resista a quien no sabe dejar de soñar, ni muros que no tengan un hueco por el que el esfuerzo nos permita avanzar...

Ahora, estando donde soñé...me canso de leyes vacías que cambian con cada giro político, que no dicen más que lo que es fácil de expresar, que callan todo el trabajo que inútilmente nos hacen elaborar. Horas, días, meses y cursos enteros dedicados a rellenar documentos, sumidos en la "burrocracia", llevándose la motivación que un día dio sentido a nuestra vocación.

Me canso de que nadie se pare a observar lo que realmente importa; qué enseñamos a nuestro alumnado, qué valores somos capaces de aportarles; qué importan las dichosas "competencias clave" evaluadas en un papel, si lo importante es que les ayudemos a crecer; a ser mejores y respetarse; a luchar por lo que quieran sin compararse; a dejar de hablar de los demás si no es para decir algo bueno y no dirigirse a otros para destacar sus defectos; a agacharnos siempre que sea necesario, para ayudar sin que nada más deba importarnos; a seguir adelante aunque el alrededor siempre intente cansarnos...

Finalmente, cansados entramos en nuestras aulas y...es ahí cuando toda esta fatiga queda detrás. Basta cerrar la puerta y dejarnos llevar. De repente, un dibujo dedicado, una pulsera hecha con sus manos, un abrazo y un "seño eres la mejor", es todo lo que necesitamos para volver a escuchar nuestro corazón. Es entonces cuando el exterior desaparece, cuando vemos sus progresos, sus agradecimientos en forma de logros que parecían imposibles, sus buenos días que saben a amor, sus despedidas esperando ser mañana, sus sonrisas queriendo ser grandes y sus ocurrencias recordándonos que no hay nada mejor que ser un niño libre y sin dueños que, siendo bien educado, será siempre capaz de alcanzar todos sus sueños.

Por todo esto, doy mi energía y ánimo a mis compañeros de vocación, para que nada ni nadie destroce nuestra profesión; para que sigamos dándolo todo por nuestros niños, por cada grupo de "regalitos" que el Universo nos hace llegar a través de sus hilos, porque...si él los puso en nuestras manos, es porque hace años, cuando aún no estábamos cansados, con estar con ellos es justo lo que habíamos soñado...

☯ Sonia Brúnar ☯

lunes, 24 de octubre de 2016

Me gusta



Me gusta cuando la realidad supera la ficción; esos días en los que todo lo que puede salir bien, sale a la perfección; la sensación de paz que envuelve al alma cuando nada nos llega a preocupar; momentos inesperados que siguen dándonos motivos para soñar. 

Me gusta esperar de aquellos a quienes educo lo que estoy segura que pueden dar. La satisfacción de ver en sus rostros la alegría de otro logro alcanzado; la impotencia transformada en el empeño de saber que no hay nada que no puedan superar.

Me gusta sentir el apoyo de quienes tienen la obligación de estar, de servir de guías a los que aún no saben por dónde caminar; corazones que decidieron ser padres para contribuir al mundo con mucho más que otra boca a la que no saber de qué alimentar.

Me gusta ponerme un reto sabiendo que no voy a desistir; pero más aún darme cuenta de que no hay nada que tan sólo dependa de mí. Cuando luchamos por otros, habrá muchos más que estén dispuestos a batallar, a poner ese granito de arena que haga del oasis un precioso mar.

Me gusta decepcionarme para observar la otra cara de mis sueños, de todo lo que nadie me podrá robar. Caer a lo más hondo para que otras manos levanten las esperanzas que nunca debemos dejar atrás; creer que no hay más que lo vemos para que un día nos regalen la mirada de aquellos a los que olvidamos valorar.

Me gusta cuando al hablar del trabajo sólo encuentro el camino de mi tranquilidad. Puedo desesperar cuando mis pequeños seres de luz no me quieren escuchar, pero no puedo dejar de sentir todo el amor que, a pesar de eso, siempre me dan. No son oídos sordos quienes prefieren jugar a escuchar, sino almas libres que aún tienen la capacidad para elegir de qué manera aprenderán.

Me gusta seguir adelante aunque el camino pierda el sentido, dejándome sorprender por lo inesperado de cada sonido, imagen o hecho que el Universo me trae a través de sus hilos. Encontrándome con corazones que quieren amar lo que amo, que sienten la fe que les entrego, que esperan a mi lado un nuevo reto.

Me gusta remover mi alma insatisfecha por la negatividad de quien dejó de creer en la bondad, la ilusión y las ganas de avanzar; pues esa es la empinada cuesta, donde toda mi positividad sale a contagiar a los que me intentan frenar, esos que rompen mi sueño de ayudarlos a mejorar, a los que olvidaron que un día también supieron soñar. Y es entonces cuando todos los que anhelamos lo mismo, salimos de nuestras cuevas para comprobar que juntos podemos descubrir la maravilla que entre las sombras ya pudimos intuir, los milagros por los que en días como hoy nos alegramos de vivir...

Me gusta cuando la realidad supera la ficción; esos días en los que todo lo que puede salir bien, sale a la perfección...


☯ Sonia Brúnar ☯

Esponjas



En muchas casas, los adultos conviven con pequeñas esponjas. Todas éstas son tiernas, buenas, con gran inteligencia y muy dulces. Su forma, tamaño y evolución vienen determinados, en la base, por factores genéticos; sin embargo, al pasar de los días, meses y, sobre todo años, van siendo modificadas por todo lo que van absorbiendo.

Su fuente de alimentación puede ser cualquier estímulo externo, pero lo que más marcará su carácter son las personas con las que se rodean. Algunos piensan, erróneamente, que sus amigos podrán influir fuertemente en ellas, otros que es la escuela la que marcará la diferencia, pero la realidad, es que son los padres (o educadores) los únicos capaces de hacer de ellas lo que acabarán siendo.

Desde el primer momento, nuestras esponjas recogen toda la información que les damos, consciente o inconscientemente. No importa que no nos estemos dirigiendo a ellas, pues, de la misma forma, estarán siempre atentas, captando nuestros gestos, nuestra forma de comunicarnos. Aprenderán a dirigirse a los demás, a solucionar los conflictos y a vivir...en función de cómo perciban que nosotros lo hacemos.

Existen excepciones que, como es natural, confirman esta regla, pero no debemos pensar que nuestro caso es una de ellas, ya que esto tan sólo puede llevarnos al error de creer que no tenemos la gran obligación de hacer de estos seres los mejores para el mundo. No debemos dejar en manos del Universo los hilos que mueven a nuestros propios hijos, pues si alguien tomó la decisión de darles la vida, también optó por ocuparse de ellos para siempre.

Si somos felices ellos lo serán, si tratamos bien a los demás harán lo mismo; si por el contrario vivimos amargados y en constante conflicto con el mundo, no habrá amigos, ni centro escolar que lo pueda solucionar. Si nos deshacemos de nuestra responsabilidad como padres, no esperemos que ellos lleven a cabo la suya como hijos; si no tenemos tiempo para lo más importante, ellos tampoco lo tendrán para nosotros más tarde. 

Conozco niños agresivos cuyos padres me hablan sin respeto, otros buenos que vienen de la mano de grandes personas; niños que no saben donde están porque sus padres no saben darles su lugar, algunos inteligentes cuyos familiares cambian las riñas por explicaciones; niños absorbentes que no tienen a nadie que los estimulen, demasiados que hablan de otros porque oyen a sus madres criticar; por suerte, veo a muchos dispuestos siempre a ayudar porque no conocen otra manera de caminar; tantas situaciones como familias hay... Pero lo importante, es no olvidar precisamente que estas esponjitas, son tan sólo niños, sin maldad ni conciencia del valor de las cosas; que estos niños, no son más que eso, enormes esponjitas dispuestas a aprender todo lo que sus padres les quieran ofrecer. 

Lo que veo a mi alrededor, es que no hay niños mal educados, sino padres que no han comprendido el valor de su educación.



☯ Sonia Brúnar ☯

domingo, 23 de octubre de 2016

Contrato


Despido suspiros al dejar de mirar la foto que me recuerda quién eras, que estabas, cuánto te extrañaba...

Despido sonrisas que, a veces, se esconden ante el desconsuelo de un adiós interminable, que quema, que duele, que no quiero que hable...

Despido canciones que te veo silbar sin acierto, que tarareas para tus adentros, que no es posible que se lleve el viento...

Despido miradas, abrazos, caricias y cientos de gestos que dejaron de ser tuyos, que otros quieren darme sin ti, que nadie puede hacerme revivir...

Despido llamadas..., pues no son de nadie, no dicen nada, no hay más que contar, que decir, que compartir...

Despido a la lluvia que dejó de mojar, al sol que no sabe calentar, al Universo y sus hilos por no dejarme avanzar...

Despido tristeza si siento tus besos, lágrimas si noto tu aliento, esperanzas cuando miro otros ojos abiertos...

Despido todo lo que no me hace sonreír por si acaso puedes sentirme feliz, por si tu voz no es el murmullo del silencio, ni tu calor ese cuento que me invento...

Despido lo malo para poder hacer un contrato con todo lo bueno...

Contrato recuerdos al poder ver tu cara, la que está grabada en mi mente, la que vive, me acompaña, la que siempre está...

Contrato las carcajadas que tu olor me trae, disfrazadas de puentes, senderos y mundos enteros...

Contrato la música que tu corazón me enseñó, la que late, se mueve, revuelve cada detalle, hace posible mis avances...

Contrato otros cuerpo que me traen sentimientos, nunca iguales, pero siempre intensos...

Contrato al Universo, con nuevos y renovados hilos, con sus astros para marcar el camino, con sus aguas para no morir de sed; contrato su nubes para no desaparecer en la claridad, su luna para brillar en la oscuridad; contrato lo que vale y lo que no, lo que pido y lo que no entiendo, lo que va y lo que viene, lo que soy y todo lo que aún no tengo.

Contrato mi felicidad, desde siempre, por ahora y para toda la eternidad...



☯ Sonia Brúnar ☯

Polémicas



Hoy en día todo se convierte en polémica. Tres días llevo debatiendo por Face, con una amiga, el tema del veganismo que, dicho sea de paso, he descubierto que es un término que no recoge nuestro diccionario, sino que se deriva de la palabra inglesa "veganism" (de todo se aprende aunque no queramos). 

La cuestión es que cada día me encuentro con cientos de polémicas. Dejé de ver la televisión para no enterarme de ciertas cosas, a mi entender sin sentido, por las que nuestra sociedad se sofoca tanto. Tenemos la política, siempre presente en nuestras conversaciones, la famosa crisis que aunque nunca ha existido todos hemos padecido, el fútbol, los dilemas laborales, y todos y cada uno de los pensamientos que, como seres independientes, vamos creando en base a nuestras experiencias personales.

Es aquí donde encontramos el kit de esta cuestión. Qué más da que yo sea de izquierda y algunos de mis seres queridos no; qué importa que yo coma carne y mi amiga no; qué sentido tiene discutir porque para mí tu realidad no es la mía; por qué querer imponer a otros lo que nosotros sentimos, si ellos son otra persona y jamás podrán sentir igual...

Vamos a dejar de polemizar por todo, de ver programas donde las discusiones son el foco de atención, pues esos son los malos ejemplos que estamos siguiendo. Creemos que porque haya personas ganándose la vida por cuestionar la de otros, nosotros podemos permitirnos ese lujo diariamente. La televisión nos enfrenta porque un pueblo enfrentado entre sí jamás se unirá para derrocar a un mal gobernador. No es más.

Al final, cada uno con su verdad lucha por combatir con algo que sólo puede vencerse desde la unión de todos nuestros corazones; pues, partiendo de la base, si hubiese un gobernador justo no tendríamos que cuestionarnos entre todos si lo es; si no se maltratase a los animales para aumentar las riquezas de unos pocos, no habría por qué discutir por su consumo; si no hubiese guerra no tendríamos que pensar si ayudar a sus víctimas...y así hasta la eternidad. Si luchásemos contra quienes crean los problemas y no contra nosotros mismos no habría razón para polemizar.

Y, estando donde nos encontramos, yo me pregunto por qué hay que convencer a otros para que luchen por nuestros ideales si cada cual tiene los suyos. No pueden tener los mismos intereses las personas nacidas en países diferentes, en pueblos distintos, en familias tan dispares. Cada cual, en función de su historia de vida y sus necesidades, elegirá el camino que para él o ella sea más fructífero en su crecimiento personal y emocional; será en ese sendero en el que se encuentre con personas afines a sus sentimientos, por lo que ya no habrá que polemizar, tan sólo dialogar para poder aprender e ir avanzando cada día por la consecución de las pasiones comunes. No estamos solos, siempre hay alguien dispuesto a dar su vida por lo mismo que tú.

Si es cuestión de modificar el rumbo, cambiemos las polémicas por todos los sueños que, en cada uno de nosotros, pueden llegar a cambiar el mundo.


☯ Sonia Brúnar ☯

Mi suerte



Hoy caminaba regocijándome en mi suerte. Esa suerte que aprendí a crear no hace tanto tiempo, pero que, cada vez más, manejo como si de un divertido juego se tratase. La vida me ha mostrado lo mágica que puede llegar a ser, los milagros que es capaz de mostrar, los sueños que nos puede cumplir.

Para ser felices basta con enfocar con toda nuestra energía lo que queremos, todo aquello que sabemos ser, lo que queremos entregar al mundo. Cuando encuentras tu propio rumbo todo alrededor se presenta como increíbles regalos en cada paso que das. Hay que reconocer quiénes somos para que así el Universo pueda mover sus hilos y entregarnos todo lo necesario para poder desarrollarnos como tales.

Parce difícil, para muchos imposible, pero yo me pregunto ¿qué perdemos en intentarlo? Eso fue lo que yo hice, lo intenté y, poco a poco, el mundo se fue abriendo ante mis ojos, como si cada cosa que pasase a mi alrededor estuviese puesta ahí tan sólo para mí. Las relaciones personales, el mundo laboral y los sueños fluyen ahora en un aura constante de armonía y felicidad.

La clave es tan sólo sonreír a todo lo que nos llega, sea agradable o menos deseado, sea lo que esperábamos o justo lo contrario. Si tenemos claro lo que queremos, todas y cada una de las cosas que acontecen en nuestras vidas serán un paso más para conseguirlo, lo entendamos o no en ese momento. Debemos tener siempre claro qué queremos ser, hacer, alcanzar, compartir y amar y el Universo se encargará de mostrarnos el cómo, de darnos las llaves necesarias para abrir las puertas que nos conducirán, en cada situación, a lo que nos hace vibrar el alma emoción.

Hoy, dentro de mi entusiasmo alguien dijo: "qué suerte tienes, yo también tuve ese sueño, pero a mí ya se me ha pasado el arroz...". Me entristecí en su comentario, pues no creo que tuviese más de cuarenta años. Si todo va bien puede quedarle por vivir más de media vida y...aún así piensa que ya es tarde para ser feliz. No se consiguen los sueños esperando que lleguen al sofá. Hay que salir cada día y disfrutar de lo que las calles nos muestran, lo que la gente nos ofrece y de todo lo que somos capaces de entregarles. Existen señales para continuar con nuestros sueños en cada paso que damos. Yo puedo ser sólo una casualidad en la vida de esa mujer; sin embargo, podría ser también esos minutos que le hagan cambiar de opinión, que le recuerden mis palabras de aliento y finalmente se decida a cumplir sus ilusiones. Ya existen paquetes de arroz que nunca se pasan...

Nadie es responsable de nuestras vidas. Sólo nosotros tenemos la libertad completa para comprender quiénes somos y qué queremos hacer con esta maravillosa oportunidad que se nos ha dado para vivir. Desde hace tiempo y hasta hoy no sé hacer otra cosa que no sea sonreír, soñar, disfrutar y ser feliz...

Piénsalo y no esperes más... ¿Qué sueños quieres alcanzar?


☯ Sonia Brúnar ☯

No fue ayer



Escuché muchas veces, cuando era pequeña, decir a los mayores la frase "parece que fue ayer cuando..."; tardé muy poco en saber lo que significaba. Los años pasan tan rápidos que a veces dan ganas de pulsar la tecla de "pausa", sin embargo, cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que no es posible. Podemos revivir los momentos e incluso sentirlos, pero jamás podremos volver a estar allí.

La cuestión es que, al principio, sí que me parecía ser ayer cuando jugaba con mi hermano en la calle y nos tirábamos por todas las cuestas posibles con los patines; cuando mi madre me despertaba para irnos a tomar una "tapita" los sábados a medio día; cuando papá nos llevaba a la playa; o mis tíos y mi abuela nos hacían disfrutar de todos los segundos a su lado. Si bien, no es eso lo que siento ahora.

Hace unos días volví a recordar mi infancia y ahora no puedo decir que me parezca que fue ayer. Lo siento con la misma intensidad y nostalgia, con la misma añoranza y felicidad, pero en mi interior siento que han pasado muchos años. Ha sido así. El tiempo ha pasado y es tan largo su recorrido que ni siquiera puedo reconocerme en esa niña. He crecido. No sólo mi cuerpo es mayor, sino también mi alma. Hoy, nada es como ayer.

De pequeña tuve tantas dudas sobre la vida que, durante unos años, pensé que no sería capaz de vivir con todas ellas, que no encontraría la forma de darles respuesta y que tendría que dejar la felicidad para la siguiente oportunidad que la eternidad me diese. A pesar de esto, un día sentí que tenía que seguir, que más adelante encontraría la solución de todas las incógnitas y, milagrosamente, así fue.

Hay cosas del ayer que desearía volver a revivir, pero mi hoy no lo cambio por nada. Porque todos los ayeres se han convertido en lo que soy, en lo que poseo, en lo que siento. Nada de lo vivido ha sido en vano y, precisamente por eso, mi misión es mirar hacia delante, hacia todo lo que aún me queda por conocer, dejando que mi presente sea ese recuerdo de "como si fuese ayer" y, con el tiempo, "ese momento que jamás recuperaré".

Ahora que no somos, en apariencia, tan niños, sigamos disfrutando como cuando lo éramos, en el peor de los caso, como nos hubiese gustado que fuese. Cada día en el que nos despertamos es un nuevo regalo que la vida nos hace para ser más felices de lo que lo fuimos ayer, mucho menos de lo que lo seremos mañana; así, cuando nuestra vida avance, recordemos que no fue ayer, sino que es hoy cuando tenemos la oportunidad de seguir viendo cómo los hilos del Universo hacen de toda nuestra vida la mejor época vivida.

No fue ayer, sino hoy cuando tenemos la oportunidad de creer...


☯ Sonia Brúnar ☯

Otro folio en blanco




Otro folio que mis manos deciden escribir para estar unos minutos dentro de ti, rozando tu alma, escuchando el latir de tu corazón. Es allí donde surge mi inspiración. No hay escritores sin lectores que los hagan existir, no hay aprendizajes importantes si no los quieres compartir.

Otro folio en blanco, no es el primero, deseo que no sea el último. Cada página es un paso más en la vida de quien decide escribirla, de quien tiene el valor para pararse a observar día a día su realidad.

Otro folio vacío. Me gusta llenarlo de experiencias, de momentos sentidos, tanto buenos como mejores. No hay nada que no tenga una razón de ser, ningún hecho que no sirva para evolucionar nuestro ser.

Otra página que no es nada por sí sola y es el libro de toda una vida cuando la unes con las vividas. Por qué dejar en blanco lo que tan lleno de colores está; por qué esconder lo que tantas personas necesitan leer, por qué guardar el secreto que nos conducirá a la prosperidad.

Cada página en blanco es una nueva oportunidad para escribir nuestro camino de felicidad, de lo que deseamos tener, lo que sentimos como nuestro, que lo será si no perdemos la fe. No se trata de rezar por lo que no tenemos, sino de emprender el viaje con todo lo que ya sabemos. 

Somos poseedores de tantas cosas que olvidamos el valor de lo importante, de lo que sirve, de lo que puede hacernos felices. Movamos los hilos del Universo para que nuestros sueños sean más que coches y mansiones, para que nuestras pasiones nos nazcan del alma, para que nuestras metas tengan como camino el corazón.

De esta forma, cada uno de vuestros folios se irá llenando de bellos paisajes que poder visitar, de tantos sentimientos que no podrás evitar llorar, de días llenos de sueños y noches repletas de luz; podremos inmortalizar cada regalo que la vida nos hace, cada decepción que nos enseña qué es el valor, todas y cada una de las sorpresas que nos recuerdan que todo tiene su recompensa...

Te regalo un folio en blanco, llénalo de sueños, ilusiones y mucho empeño; te regalo un folio en blanco...la mejor oportunidad de hacer de tu vida un mundo lleno de felicidad.


☯ Sonia Brúnar ☯

Escribirte



Quería escribirte, es lo que más me gusta hacer. Qué puedo entregarte que sea más sincero que mis letras; que lleve más amor que cada una de las frases que el pensarte hace nacer en mí. Fuiste la que dio luz a mi vida y ahora decides ser también el rayo que ilumina a mis musas. 

Quería escribirte, decirte que estoy bien, que no me nubla los ojos el no poder mirarte, que no me tiembla el corazón por no poder tocarte, que al fin he comprendido que esto no es más que lo que tu ser decidió hacer; sin embargo, te mentiría al decir que no sigo teniendo la esperanza de despertarme un día para darme cuenta de que todo fue un mal sueño, que perdí en él lo que aún conservo en mi realidad y que...al cruzar la puerta me estarás esperando detrás.

Quería escribirte para que sepas que no he dejado de pensar en ti. Los que nos rodean nos miran como si nada hubiese cambiado, como si las dudas se hubiesen resuelto, como si tu nombre no siguiese en nuestros labios, tu olor por nuestro cuerpo. Pasan los años y el mundo cree que puede dejar atrás lo que siempre estará dentro. Los sentimientos no se desechan como si fuesen algo material que poder tirar; vivirán en un rincón de nuestra alma y, pase el tiempo que pase, le dediquemos más o menos pensamientos, siempre estarán presentes en uno u otro detalle de los miles que el día nos regala.

Quería escribirte para contarte que no he olvidado nada de lo que me enseñaste. Tengo en mi corazón todos los consejos que cada día me siguen ayudando, que son sólo de tu boca, del amor que un día me regalaste. Los grito al viento y sé que te gustará saber lo bonito que resulta que otros los tomen como suyos; sin estar, llegas a ser incluso en personas que no te conocieron.

Quería escribirte para decirte que los hilos del Universo se han movido para mostrarme que soy la persona a la que un día enseñaste a volar; que a cada paso hago de los sueños la mejor manera de despertar; que cuido a todos los que me cuidan y a los que no lo harán jamás; que tu viaje es tan sólo el comienzo del mío, de lo que aún nos queda por compartir, por ver, por sentir; para que sepas que a pesar de mi lamento he aprendido a sonreírle a la vida, a dejar pasar las preguntas que quedaron sin respuestas, a llamarte sin necesidad de ponerme a temblar, a hablarte sin importar si me escucharás, a amarte aún sabiendo que no volverás... Quería escribirte, pero no encontré el valor para asumir que, esta vez, no me contestarás...


☯ Sonia Brúnar ☯

Si te vas


Si te vas no intentes explicarme los motivos, no quieras cargarme la culpa, no pienses que voy a abrirte la puerta. No te daré la bendición que esperas si es sólo tuyo el camino que te aleja.

Si te vas no te acerques para despedirte, no dejes caer tus lágrimas, no hagas mío el vacío que te llevas. Si los días te hicieron tomar esa decisión, ten el valor de hacerlo con tus alas, con tu propia alma, con todas las consecuencias de quien hace esa elección.

Yo me quedo, pues aquí conservo tu olor, nuestras ilusiones que en mí aún siguen despiertas, los adornos que fuimos añadiendo cada día a nuestro amor, haciéndolo más brillante, más sencillo, más puro. Yo me quedo, porque no sé cómo será la vida sin ti, porque no quiero averiguarlo y porque la única duda que me ha robado el sueño ha sido cómo hacer para que no llegase este momento.

Me quedo con todo mi empeño puesto en tus labios, con todas las poesías que tus carcajadas me inspiraron, con cada meta que juntos alcanzamos; me quedo con los castillos que dibujamos bajo la lluvia y las pasiones que nos vieron sudar bajo el sol; con tus bromas sin gracia y tus dramas llenos de ironía. 

Si haces las maletas, no dejes fuera todos los besos que te di, los abrazos que me arrastraron hasta ti, las noches que pasé sin dormir. Si te vas, si cruzas la puerta de lo que esperas que sea tu libertad, carga a tu espalda la verdad, no te engañes para no mirar atrás...

Si te vas, no debes preocuparte por lo que dejas marchar; antes de que nos demos cuenta levantaremos nuevos sueños, mejores sonrisas y cientos de motivos para ser felices. El Universo moverá sus hilos para mostrarnos que no es necesaria la unión de quienes dejaron de amarse, pues para sentir el amor ya nos basta con todo lo que siente nuestro propio corazón.

Si te vas, yo me quedo...me quedo con la certeza de saber y sentir que siempre, y pase lo que pase, seguiré junto a mí...

☯ Sonia Brúnar ☯

Ser libre


Hoy, por primera vez he sentido el amor. Hace años me fui de un país que tan sólo me proporcionaba la esperanza de salir de él; ahora me encuentro en otro que no me devuelve los sueños que desde pequeña tuve, pues tristemente he descubierto que dejar mi pueblo atrás no significa abandonar sus costumbres. 

Vivo atada a un hombre que tiene su papel en mi vida, que me dice lo que debo ser y hacer en la suya. Creo amarle, pero no sé si lo hago. Como os digo, hasta hoy no había sentido ese cosquilleo dentro de mí y...no fue con él.

Iba escondida tras mi hiyab, eso que en este lugar es tan sólo un gran pañuelo que nos priva de nosotras mismas. Envidio a las mujeres que se miran en los escaparates, a las que van a comprarse ropa y a aquellas que les gusta vestir con lo más corto que encuentran. Estaba sentada en un asiento del metro cuando entraron dos mujeres de la mano. Me sorprendió no sorprenderme; cada día que pasa valoro mucho más todo gesto de libertad; nada me asusta, he descubierto que las que seguimos escondidas lo hacemos porque así lo decidimos y, ante esto, no me queda más que alegrarme de cruzarme con personas que desafían las leyes de su propia sociedad.

Una de ellas se apoyó en la pared del vagón, la otra, fijando bien la seguridad de ambas, se plantó lo más cerca posible de ella, haciendo que el vaivén de la máquina sólo las llevase a estar más unidas. El camino hacia su destino lo pasaron entre risas. No eran carcajadas comunes; a mí no me lo parecieron. La morena iba haciendo disparatadas poesías con las palabras que su amada pelirroja le iba proporcionando. Cuanto más recitaba una, más reía la otra, cuanto más movimientos tenía el metro más besos tenían la oportunidad de darse.

Nunca había mirado con tanto descaro a nadie, pero no pude evitarlo. Estaban enamoradas y en su mundo el resto no existíamos. Giraron la cara un par de veces; sé que pudieron verme con lágrimas en la sonrisa más sincera que jamás he experimentado y sé también que no les molestaban mis ojos posados en sus gestos; quise creer que incluso disfrutaban compartiendo conmigo ese mágico momento.

Los hilos del Universo quisieron que fuese testigo de todo aquello con lo que un día soñé; ha querido hacerme ver que existe, que no lo inventé. En todos esos minutos no tuve envidia de ellas como del resto, tan sólo sentí el amor, el más puro y verdadero amor. Dudo mucho que eso pueda ser algo malo ante Dios; estoy segura de que nadie podría negar lo que mis ojos vieron, lo que mi corazón sintió, lo que mi alma atrapó para siempre.

Hoy he sentido el amor verdadero, y no está más lejos de lo que oculta mi pañuelo, no está más cerca de allí hasta donde soy capaz de llegar. Hoy...desnudo mi alma y salgo al mundo buscando un corazón capaz de vestir todo lo que desde hoy...tan sólo dependerá de mí.

☯ Sonia Brúnar ☯

Malas rachas



Siempre oímos hablar de las "malas rachas" en las relaciones de pareja. No entiendo el término, a pesar de haberlas experimentado, pues voy comprobando que lo único que hacemos asumiendo esos momentos como simples rachas pasajeras, es alargar una relación que nos mantendrá en vilo durante demasiado tiempo.

Así dicho puede parecer extremista, pero en realidad son estas épocas las que nos van haciendo perder el amor que un día nos unió a esa persona. Cada mal trago que pasamos, poniendo normalmente como excusa factores externos, es tan sólo un paso hacia el mundo de quienes llevamos de la mano. Allí será donde nos topemos con algo que desconocíamos de su ser, que no esperábamos o que, por el contrario, creíamos tener y acaba apareciendo como una nueva ilusión vacía.

Todas las relaciones pasan por esto; todos nos dejamos ver cada día algo más. Cada beso, cada abrazo, cada sueño nos hace relajarnos y sentir que el amor que nos une es tan grande que no tenemos que seguir ganando guerras para que se nos vea siempre valientes y fuertes. Empezamos a mostrarnos como somos; nuestros sentimientos más profundos y con ellos, también los miedos y dudas, los sueños que no compartimos y las fantasías que celosamente guardamos. Nos derrumbamos y caemos esperando que sea su aliento el que nos ayude a mantenernos en pie; damos, pero también deseamos tener. La convivencia, la rutina o la llama que se va apagando por creernos con el poder eterno del fuego... No, nunca habrá llama si olvidamos que ella depende de nosotros mismos.

Así, los que se dejan arrastrar por el conformismo miran a otro lado refugiándose en la famosa "teoría de las malas rachas"...; la del año, la de los tres, la de los cinco, y, finalmente, la certeza de que es mejor quedarnos con lo que tenemos "después de todo lo superado" en vez de dar un zapatazo que haga las maletas del corazón para poder dejar en libertad a dos almas que caminan encarceladas. 

En contraposición, los que sienten que el amor del primer día continúa teniendo, a pesar de todo, la misma luz, se paran en seco y cambian la "mala racha" por un mal segundo, por un instante de luz negra que el Universo nos envía a través de sus hilos para que podamos demostrarle que estamos dispuestos a luchar por nuestros sueños, por nuestro Amor... Si tan sólo hace falta un segundo para equivocarnos, no es tan siquiera eso lo necesario para rectificar, para recuperarlo en cada minuto que dedicamos a escuchar al otro, a comprenderlo y ponernos en su lugar; a valorar, por encima de todo, si el hecho que nos está enfrentando merece más la pena que los besos que nos podríamos estar dando.

Pasan los meses e increíblemente con ellos los años; no puedo decir que ame ciegamente, pues puedo reconocer en esta nueva alma todo lo que otros consideran defectos, todo lo que el mundo entiende como perfecto; sin embargo, yo sólo veo la única sonrisa capaz de rozarme el alma, los únicos ojos que han sabido hablar a mi corazón, la única persona de la que no me cuestiono lo que hace, por qué lo hace o qué espera de mí, tan sólo...lo qué es capaz de hacerme sentir. 

El Amor verdadero no se compone de montañas rusas que suben y bajan, en él todo puede elevarnos a lo más alto sin tener que despegar los pies del suelo; no está lleno de dolorosas peleas encubiertas con falsas reconciliaciones, rencores y yagas que nunca sanarán; no se forja de reproches y lágrimas, sino de caricias y carcajadas; y lo mejor, es que no tiene yin para su yang, pues el único mal que posee, es el error de no saber aprovechar el regalo que nos brinda la vida al permitirnos experimentar...lo bello que es AMAR.


☯ Sonia Brúnar ☯

Tazas de recuerdos



Dicen que el pasado es el tiempo que no se puede recuperar, que no volverá por mucho que lo evoquemos, lo soñemos o anhelemos. Lo ideal es centrarnos en el presente, en lo que tenemos cada día y, en todo caso, enfocar bien las ilusiones para que el futuro sea el mejor regalo del que disfrutar.

Es cierto; hay momentos que no volveremos a vivir, personas que no volveremos a ver; es duro saber que siempre tendremos abrazos de sobra destinados a quienes se fueron, llenos del amor que nos dieron y que, sin darnos cuenta, se van convirtiendo en el refugio, como hace años, de todos nuestros miedos, de los secretos más íntimos, de las lágrimas no compartidas...

No puedo, a pesar de esto, de su verdad y del dolor que me produce recrearme en su realidad, decir que no merezca la pena volver, de vez en cuando, la vista atrás. Creo que, en demasiadas ocasiones, es la pena, que el vacío nos trae, lo que nos impide disfrutar de los momentos con los que la vida nos reencuentra.

Si permanecemos abiertos a lo que el Universo, al mover sus hilos, quiere regalarnos, podremos revivir, no sólo situaciones, recuerdos, rostros o lugares, sino, algo mucho mejor...sentimientos. Lo mejor del ayer es todo lo bueno que sentimos en él, lo que nos hizo felices y que, por muchos años que pasen, nos hará tener la misma sensación en nuestro interior.

Hace unos días comencé un viaje hacia ninguna parte. La recompensa de no poner límites a tu alma es que puede sorprenderte con cientos de parajes que no pensaste visitar. A mitad de camino tuve que hacer un alto. Bendito momento en el que los astros se alinearon para colocarme justo en el punto en el que encontraría mis "tazas de recuerdos". Tazas que olvidé hace tanto que, de no haberlas visto de nuevo, no habría sido capaz de recordarlas. No sé cómo es posible que a tanta distancia, en mundos tan aparentemente diferentes, haya encontrado algo que un día creí sólo nuestro, sencillamente, por no haberlo visto en ningún otro lugar, que, para mí y mi hermano eran, sin más, nuestras tazas para desayunar.

Al tenerlas otra vez frente a mi mirada, he encontrado la luz de quien, durante más días de los que acierto a contar, se levantó para darles sentido en cada uno de mis despertares; tazas que estaban llenas de mucho más que migajas de pan duro, que mojaban mis mejores sonrisas con la leche más cálida, con el amor más puro; tazas que me traen sus ojos siempre atentos a nuestro bienestar, sus manos siempre dispuestas a cogernos antes de tropezar, sus labios posados en nuestra suave cara, en cada paso que dábamos, en los que inevitablemente caíamos y tras los que, sin saberlo, ella siempre nos iba a esperar.

Mis tazas son mucho más que un trozo de cerámica decorado con colores, dibujado con animales de los que, por aquel entonces, no conocía ni sus nombres; mis tazas son el regalo más bello que en estos días he recibido, las emociones más intensas que creí que había perdido y, sobre todo, la prueba de que, vaya a donde vaya, siempre habrá ángeles dispuestos a hacer de cada uno de sus bellos gestos un nuevo sueño de mi alma hecho realidad.

Puedo afirmar que no hubo ni habrán mejores sabores para mi paladar que el que estas tazas de cariño supieron entregarnos sintiéndonos aún niños. Puedo asegurar y aseguro que no es casualidad todo lo que la vida nos hace recordar. Hoy me bebo el olvido de mis tazas, esas que ahora estarán dando vida a mis recuerdos cada día; pues aunque todos llegaremos a morir, el amor que se sintió de verdad, no será nunca nada de todo aquello que llegaremos a olvidar...


☯ Sonia Brúnar ☯

sábado, 8 de octubre de 2016

Otro puente



Cada semana me siento delante de este blanco lienzo que pide ser acariciado por mi alma; cada día me pregunto qué será lo que la haga vibrar para poder hablaros de esos mágicos hilos que dan sentido al Universo; cada vez que creo que no existirá un buen tema para escribir, algo me hace sentir la necesidad de sacar lo que, por diversas causas, me remueve por dentro.

Es bonito cuando los motivos que me llenan son positivos; lecciones suaves que la vida nos va dejando a cada paso, nos hacen temblar de emoción y nos dan un fuerte empujón por el camino de nuestros sueños. Es triste cuando, como hoy, no siento mariposas en el estómago, sino el reflejo de todo lo que otros sienten al encontrarse en sus vidas vacías y sin sentido.

Intento llegar a otros corazones compartiendo todo aquello que me hace feliz, que me ha servido para avanzar, para dejar atrás lo que no sirve, lo que nos deja estancados en muelles que no tienen un mar para poder atracar. Sin embargo, a veces hay que resignarse y seguir adelante sabiendo que muchos deciden quedarse varados, sin ver la ilusión que sus propios ojos reflejan de sus corazones, dedicándose, como si no fuese grave, a dejar que sus almas mueran de oscuridad en un lugar donde mirar y criticar al resto es el sueño de cada despertar.

Siempre habrá personas dispuestas a romper los hilos que nos están elevando al éxito, al confort de todo lo que anhelamos, por lo que cada día luchamos; siempre existirán comentarios que, sin querer ser más que un absurdo cotilleo, una excusa o una forma de defensa, pueden herirnos hasta dejarnos en un momentáneo pero doloroso vacío.

Esta es la lección que el Universo me envía hoy. Ante ella he podido enfadarme, llorar y hasta mandar un poco más lejos de la Luna a alguien; pero, a pesar del resquemor que el hecho ha dejado por mis venas, no puedo más que sentir que no hay nada ni nadie que pueda decidir por mí, por las personas auténticas que tengo a mi lado, ni mucho menos, por aquellos a los que entrego en cada instante lo mejor de mi vida.

Mi decisión ha sido la de sentarme a contaros que, de nuevo, a mí también me pasan cosas indeseables, me llueven chaparrones que no considero míos, me tapan el sol con nubes de mentiras y, por supuesto, me molestan las personas que, sin conocerme de nada, se permiten juzgarme. La diferencia entre que esto se convierta en un drama o en algo pasajero, es reconocernos como agentes externos a ello, pues aunque se hable de nosotros... no estamos realmente donde nos ponen. 

Y, finalmente, lo mejor, es que ahora que todo está escrito ya nada queda dentro, pues incluso la decepción forma parte de mi mayor pasión. Hoy, como cada día, hagamos que los aprendizajes, agradables o no, sean sólo un puente en el camino y no el camino que nos lleve a precipitarnos por otro puente.

☯ Sonia Brúnar ☯

sábado, 1 de octubre de 2016

Pepito Grillo Verde


Hoy escribo para ti; por ser, por estar, por existir..., por todas las personas que sonríen al verte sonreír. Has estado pendiente de un hilo mientras, una extraña fuerza, intentaba convencerte de que debías cambiar de mundo; pero tú, con ese simple hilo, has sabido tejer una enorme manta con la que, no sólo calientas tu alma, fuerte y luchadora, sino que das calor a todos los que te han acompañado en esta dura batalla. 

Hoy, has dado la contraria al destino, ése que quiso cambiar tu camino, que eligió las montañas más altas y las tormentas más frías, que surcó mares sin islas y senderos sin agua; y ahí, como el más bello de los milagros, tu corazón decidió que no era el momento de dejar de bombear vida, de alejarse de tantos sueños que aún quedan por cumplir, de tantos besos que faltan por dar; de abrazos y sonrisas que regalar y de todos los días por los que tu alma está dispuesta a pelear. Así es, hoy demuestras que un mundo entero puede equivocarse, que defraudar a los que te aman no está dentro de tus planes, que no hay expertos que lo sepan todo, ni todo que no pueda descolocar a los expertos.

Para sublimar tu ser, en todo este caos que el Universo decidió ponerte delante, quizás demasiado adentro, has llevado un trocito mío que, al saberse dentro de ti, no puede más que llorar por el valor demostrado, por el duro trago que has superado y por todo el amor que a tu lado se ha derramado. No soy nadie si te pienso; imposible devolverte ese gran favor que espero que en tu vida sea eterno; sólo sé de mis sentimientos y, de nuevo, hoy como siempre, tú estarás viva dentro de mi alma, recordándome que donde otros ya no son, tú siempre serás, donde algunos dudaron, tú decidiste seguir y caminar. No sabes lo que hubiese dado por ver tus virtudes reflejadas en quien tanto amé, lloré y nunca olvidaré..., pero consuela, con creces, ver que hay más finales de los que experimenté.

Cierro mi reflexión con el orgullo de ser algunos minutos de tu vida, con las ganas de que ésta sea tan larga como elijas; con el corazón empapado de emoción por saber que lo que parecía ser un "grillo" más, es en mi alma el mejor ejemplo para no decaer jamás. Te dedico un fuerte aplauso y te grito entre las nubes que nos separan: ¡viva tú, tus ganas y tu coraje; viva tú, tu tesón y tu alegría!; ésa que quisiera ver en tus ojos, que me muero por sentir en tus ganas, que espero se asome ante estas palabras, que, ahora que puedes, estoy segura que no dejarás nunca más olvidada. Después de lo vivido, lo perdido y lo aprendido...tan sólo te queda disfrutar de lo que también has ganado, pues si hay algo mejor que nacer, es volver a hacerlo con la experiencia de quien tuvo el valor para no dejar de existir, de estar y de ser...

Hoy escribo para ti...


☯ Sonia Brúnar ☯

sábado, 24 de septiembre de 2016

Hoy y siempre


A veces me siento a pensarte. Me gustaría tanto evitar tus caídas... Luego vuelvo a la realidad, mi realidad. Ahora me toca pensarme a mí, a mis idas y venidas, a tantos errores que pude evitar. Cómo hacer que no te derrumbes si yo pasé más tiempo tumbada que de pie.

A veces siento que no te hago falta, que te fuiste lejos para no contagiarme con tus dudas, con los miedos que cada noche te buscan y el llanto que al pensarla te dejan atrapada. No hacen falta muchos pensamientos para que saber que todos somos distintos al experimentar esto a lo que llaman vida, a lo que me gusta sentir como un milagro; tan lleno de peligros como de sorpresas, tan repleto de decepciones como de abrazos que saben a dos.

A veces quisiera gritarte, salir corriendo tras tus pasos, esos que me has adelantado, en los que acabas por enseñarme que el amor no es necesidad, sino la certeza de saber que nos tenemos, nos queremos, nos recordamos mientras nos extrañamos y nos reencontramos en cada paso que damos.

A veces hago tantas cosas que no quisiera hacer, que hoy tan sólo quiero escribirte. Saber que estás leyendo lo que durante estos minutos busqué sobre ti en mi interior. Allí, encontré las pataletas de esa niña mimada que supo atrapar la voluntad de todos, sonrisas cautivadoras, canciones que sólo tu voz me traen a la mente, aprendizajes que dejaste a medias y otros que adquiriste con sobresaliente; hallé los días en los que dejamos de hablarnos con el alma, en los que olvidamos quiénes éramos; pero, también, contemplé nuestra unión, esa que resurgió de los paseos a solas, de las maravillosas obligaciones que nos mantenían unidas, siempre cerca de quien nos dio la vida, de quien provocó que pudiésemos ser las mejores amigas...

Hoy, haces uno de mis sueños realidad; y no es más que seguir cumpliendo tantos años como mis ojos sean capaces de mirar. Quiero verte crecer y sentirme cada vez más pequeña; para saber que me cuidas como siempre te cuidaré, para sentir que me quieres como hasta la eternidad yo lo haré, para seguir sintiéndome orgullosa de ver que te has convertido...en toda una mujer.


☯ Sonia Brúnar ☯

jueves, 1 de septiembre de 2016

Diario de Amor Loco XVII



Mi querido diario del amor loco, me acerco a tus páginas para contarte cuánto le extraño. Puede parecerte una locura pero...¿quién eres tú para cuestionar este aspecto? Si no existiese este amor loco que a todos nos vuelve del revés, ni siquiera habrías llegado a nacer. Qué triste hubiese sido no tenerte, a ti... mi querido diario.

Pero hoy, ya te lo he dicho, no quiero hablar de tu locura, sino de la que siento cuando no está a mi lado, cuando no puedo ver mi reflejo en sus ojos; sentir su respiración cruzarse con la mía; saber que me basta abrir las manos para que las suyas se posen en ellas.

Cuando no puedo mirarla mis ojos se cansan de no ver; se niegan a observar un mundo que sin su presencia carece color, de los más bellos matices que jamás había imaginado; se cierran y sólo se dedican a soñar, a proyectar en mis párpados todos los momentos vividos, aquellos que aún nos quedan por compartir. Qué distinta la vida cuando se ve desde el corazón...

Cuando no puedo respirarla mi alma se encoje. La falta de su aire hace que el mío no tenga el mismo sabor, no contenga el oxígeno suficiente para vivir, no llegue a todas las células de mi cuerpo. Qué curiosa esa energía que desprenden los latidos del amor...

Cuando no puedo sentirla mi dedos se desesperan ante tanto vacío; es imposible que el tacto se afine ante otras texturas, que mis manos sientan el deseo de seguir con el día a día si no han notado la suavidad de su piel, la humedad de sus labios, el calor de su pasión. Qué maravillosas sensaciones se tienen cuando encuentras a la otra mitad de tu ser...

Ya ves, mi querido diario...tu locura se ha hecho mía; tanto que sería capaz de convertirme en libro, de respirar poesías y de bailar sin que haya más música que la de mis pies al plantarse ante los suyos.

Lo siento, pero no puedo seguir ni un segundo más entregándote mi inspiración; con sólo bajar la pantalla de mi ordenador, volveré a sentir todo lo que mis musas te han contado. Ya le echado demasiado de menos, ahora me toca volver la vista y reencontrarme con mi alma, con vida, con único amor...


☯ Sonia Brúnar ☯

viernes, 26 de agosto de 2016

Sonriendo




Los días pueden parecernos iguales, pero siempre son diferentes. Hoy vuelvo a madrugar, pero no es el despertador el que me levanta, sino el sol brillando y regalándome su calor. En esta mañana no cruzo las puertas con la ilusión de ver a mis pequeños, sino que salgo sin la prisa de sus risas y me dejo llevar por el suave pedaleo de mi bicicleta. 

El aire de la mañana es el más puro que nos regala el Universo. Paseando por los senderos que rodean a nuestras salinas me viene el recuerdo de unos días que junto a otros ojos miré; ver salir y entrar el agua del mar que da vida a ese bello paisaje... De nuevo el mismo sitio y cientos de emociones diferentes... Ya no hay necesidad de ir caminando de la mano de alguien; hoy me bastan las sonrisas que las almas que me enamoran me regalan; me lleno con los besos inesperados que tanto he soñado, por los que nunca he llorado ni lloraré.

El tiempo marca el sentido del amor haciéndonos ver que si está lleno de dolor eso...eso no es amor; el tiempo marca el sentido de la vida permitiendo que los pensamientos se conviertan en emociones, que no se centren en un sólo ser, que sean capaces de volar a la velocidad a la que voy haciendo moverse las ruedas de mis días, sintiendo que cada ser vivo con el que me cruzo es una parte de mí, volando junto a ellos, nadando y saltando o simplemente plantada disfrutando de la brisa y del sol que el cielo nos regala. 

Los días pueden parecer iguales, pero siempre son diferentes. Hoy vuelvo a madrugar, vuelvo a recordar que no volveré a verte más, vuelvo llorar las lágrimas que por este motivo nunca aprenderé a contener. No es malo llorar cuando la razón es que te echo de menos... pero la vida sigue y tú ya lo viste antes de marchar...los sueños siempre acaban haciéndose realidad. Por eso no puedo..., no debemos hacer otra cosa que dar las gracias por tener cada día la posibilidad de vivir, disfrutar, sentir, ser... 

Siempre con la mejor sonrisa, siempre con el alma latiendo y el corazón sintiendo, siempre, pase lo que pase, venga lo que venga, nosotros siempre... siempre sonriendo...

☯ Sonia Brúnar ☯

Diario de Amor Loco XVI


Querido diario, aquí me ves de nuevo con la pasión recorriendo mis venas. He sufrido tanto por tu loco amor que no pensé jamás volver a arriesgarme. Pero qué es el amor, si no el mayor riesgo de todos los tiempos.

Aún no sé más de lo que, seguro, tú intuyes, incluso, por qué no, ya conoces. Ella inspira cada frase que hoy te dedico, aunque no sepa aún qué hay detrás de aquella mirada que, en el ruidoso silencio de la multitud, me dijo que me amaba. Ni siquiera sé si ella es consciente de todo lo que siente por mí, de lo que su alma me ha contado cuando estábamos tan cerca...

Por mi parte, unas breves palabras, una confesión; como una adolescente que teme expresar sus sentimientos al ser que le roba los sueños. Sueños que, de nuevo, se corresponden con la realidad que jamás hallé. ¡Ay, mi querido diario, qué bello es sentirse enamorada! Me encanta la sensación de creerme tan poderosa. Sí, poder es lo que siento en mi interior. Poder para levantarme sin miedos, para gritar sin temor a molestar, para correr sin importar hacia dónde, para ilusionarme sin preguntarme qué pasará.

Me gusta imaginar cómo será nuestro próximo encuentro. Sólo un par de ellos y cada día me parece más bella, más interesante y, no voy a mentirte, más apetecible. Quisiera perderme más allá de dónde he llegado; mucho más lejos de dónde me han llevado sus besos, su roce; quiero entrar en su cuerpo para adentrarme en cada cueva que me queda por explorar, cada rincón que muestre su forma de amar.

Hace horas que no la veo y me parecen siglos. Tantos años esperando para encontrar a su alma y aún los minutos que nos separan me parecen eternidad. Al marcharse no siento la emoción de querer verla de nuevo, sino el miedo por no querer perderla otra vez. Ahora entiendo, mi loco amor, por qué no puedes estar cuerdo por muy coherente que seas; sentir como siento es la mayor locura que han experimentado mis sentidos, la piscina más grande a la que jamás me he lanzado. No he tenido que comprobar si estaba llena, pues desde la nube en la que voy volando puedo divisar todo aquello que dejé bajo mis pies, avistando desde el cielo los mayores peligros, sorteando de su mano las más grandes tormentas.

Ya ves, mi querido diario, si mis palabras no creían poder empalagar más a tus azucaradas páginas, creo que este es el momento de saborear el cambio. No importa el exceso dulzura que posean mis letras pues, al volcarlas en ti, forman la combinación perfecta para no morir. Tú, mi diario del amor loco; el que tantas lágrimas secó con sus hojas, tantos consejos me entregaste en mi reflejo y tantas noches perdió el sueño para renovar los míos. Ahora y siempre, con amor y desamor, tú, mi querido y amado diario, guardarás entre tus líneas mi verdadero Amor.

☯ Sonia Brúnar ☯

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