miércoles, 6 de junio de 2012

DECEPCIONES

  A veces nos engañamos pensando que ya lo hemos aprendido todo en algunos aspectos. "Esto no me va a volver a pasar", nos decimos. Sin embargo, si nuestro corazón es puro y limpio, nos pase lo que nos pase, nos sigue costando mucho creer en la maldad y en las malas acciones que conllevan,...cuesta mucho creer que alguien pueda llegar a traicionarte, a decepcionarte de una forma tan intensa...

  La pena que hoy me inunda es la que se siente cuando pierdes a alguien que quieres de verdad. Es el amor sincero que sientes cuando respetas al otro incluso por encima de tus ideales, porque, en realidad, eso es el amor verdadero, ser como eres y dejar ser quiénes son a los demás. 

  Eso sentía yo por una persona a la que he considerado mi amiga durante varios meses. Le he escuchado, aconsejado y, por descontado, le he hecho reír. Por su parte, él me ha entregado sus besos, sus bromas, su paciencia y esa dulzura que trata de esconder pero que es, en realidad, lo que le hace ser tan especial. También ha sabido escucharme y aconsejarme y, en muchas ocasiones, me ha cuidado como si fuese de su propia familia...¿cómo no amar a alguien así? 

  Hoy, sin más, todo aquello que construimos juntos cae ante mi sin poder hacer nada para conseguir mantenerlo en pie; ni una disculpa, ni un te quiero han podido mantener el castillo de sueños que juntos levantamos y....tan sólo por eso, hoy me siento decepcionada.

   Quiero que sepas, si algún día me lees, que la decepción no es por ti, pues supongo que siempre fuiste así, y que yo me cegué ante la parte adorable que me mostraste... La decepción es por mi misma, por no haber sabido darme cuenta a tiempo, por no dudar de tu confianza, por no creer que algún día podrías dejar de darme tu cariño, por no asimilar que la amistad que nos unía pudiese tener un final....este final.

  Estoy enfadada conmigo, con mi corazón por haberse abierto a ti sabiendo ahora que no lo merecías; sin embargo, estoy segura de que cuando el dolor y la tristeza que me invaden se vayan atenuando, empezaré a recordar tan sólo los momentos felices que compartimos: las tardes que te daba por cantarme y volverme loca; los "superzumos" de frutas naturales que nos refrescaron en esos días de calor; tus ocurrencias llenándonos las horas de sonrisas; el apoyo que nos dimos cuando nos sentíamos tristes o perdidos; las miradas de complicidad; y por qué no, todas nuestras discusiones, esas que sólo me recuerdan que "quien bien te quiere te hará llorar".

  Siempre te llevaré en mi por lo que fuimos y siempre seguiremos siendo dentro de mi corazón. 

Entradas Destacadas