lunes, 22 de abril de 2013

Hay amores...

    Hay amores que pasan por nuestra vida como una ráfaga de aire. Tan rápidamente que, en comparación con los años que vivimos, que aún nos quedan por vivir, pueden parecer milésimas de segundo. Sin embargo, su intensidad es tan fuerte que nos marcan haciendo que, a pesar del tiempo, siempre vivan en nosotros como algo único e irrepetible, como una llama eterna que sabemos que ni el tiempo, ni otros amores podrán apagar.

    Hay amores que nunca llegaron a serlo como el mundo lo entiende, que trascienden más allá de una sociedad marcada por demasiadas reglas que, muchas veces, me pregunto de qué nos sirven. Son esos en los que que sus amantes no necesitan verse para enamorarse, no necesitan tocarse para sentirse, no necesitan decirse nada para escucharse...no necesitan nada más que amarse, pues ¿qué es el amor sino simplemente amar?

    Hay amores que se alejan en el tiempo, haciéndonos creer que podremos llegar a olvidarlos, que podremos dejar de sentirlos, pero a los que sólo les basta el sonido de su voz, el latido de su corazón para volver a revivir todo lo que parecía haberse perdido. Un simple soplo de aire que les hace temblar de nuevo todo su cuerpo, sentir el cosquilleo en sus almas, volar, soñar, subir allí donde sabemos que, por mucho que lo intentemos, no encontraremos nada más que eso...amor.

    Hay amores que no necesitan compartir una vida para seguir vivos, que nunca llegarán a caminar de la mano, que no disfrutarán de una cena romántica, que no verán bellas puestas de sol, que no andarán juntos por los sueños que nos llevan por la vida. Amores llamados imposibles, sentenciados a desaparecer, pero que jamás encontrarán el camino del pasado, que siempre seguirán fluyendo hacia un futuro en el que nadie más que él puede decidir quedarse; amores que no entienden de minutos, que no saben lo que es la distancia, que no se rinden ante otros grandes amores que vienen a llenar nuestros corazones, nuestras vidas de ilusiones reales, palpables. 

    Viviremos nuestras vidas, nuestras historias de amor siendo capaces de besar otros labios, de acariciar otros cuerpos, de enamorarnos de esa maravillosa persona que hace realidad nuestros deseos, que nos ofrece lo que soñamos, que recibe lo que le damos...pero ese amor siempre será lo que es, quedando guardado, como un secreto en nuestro interior, en nuestra pequeña urna de cristal, en lo más profundo de nuestro ser.

     Hay amores callados que siempre nos acompañarán, que por mucho que no queramos, jamás se alejarán, que siempre perdurarán. Hay amores, amores...imposibles de olvidar.

Carta a mi estrella.

    Hola mi estrella. Te escribo para contarte cómo estoy, cómo, poco a poco, va avanzando mi vida. Sí, ya sé que puedo hablarte cuando quiera, que tú siempre estás ahí para escucharme, pero también sabes que me resulta muy extraño hacerlo sin poder verte, sin tenerte delante. Es por eso que hoy prefiero usar este medio que cada día me da la vida, que da sentido a quien soy, a lo que siento.

    Hace poco más de una semana hicimos la segunda presentación de mi libro. Esta vez fue aquí en  San Fernando. Ni te imaginas cómo se vuelca el mundo en mis ilusiones...aún me parece que todo ese día fue un mágico sueño del que aún no he conseguido despertar. Mis amigos y nuestra familia hizo de él la mayor de sus ilusiones durante muchas semanas antes. Además, como siempre, gente maravillosa me abrió las puertas de su corazón, ofreciéndome todo lo que estaba en sus manos para terminar de poner la guinda al mejor de los pasteles que, con ese dulce sabor que siempre me da la vida, acabamos por comernos entre todos.

    Tengo que decirte que allí todos te echamos mucho de menos. Si es difícil no tenerte en nuestro día a día imagínate en momentos tan importantes como este, donde mis sueños se hacen realidad y donde los que me queréis sois los que más lo sentís en vuestro interior. Tu silla estaba vacía, tu mirada faltaba entre la multitud...esta vez no estuviste para darme la mano, para desprender ese gran orgullo que sé que sientes por mí y por todo lo que estoy consiguiendo.

   Me pregunto si desde allí pudiste verlo todo, si tal vez te prepararon un gran sofá donde pudiste tumbarte tranquilamente a observarme, a soltar mil lágrimas de satisfacción por ver cómo tu niña morena va dejando de ser tan pequeña y empieza a hacerse grande dentro de su propia vida, caminando ya sin prisa, pero también sin pausa. Tengo que reconocerte que a veces siento miedo. Sí, es tanto lo que voy consiguiendo, tan lejos donde siento que estoy llegando, dónde veo que llegan mis letras, mis sentimientos, mi sueño de tocar los corazones de otras personas...que tiemblo al pensar la cantidad de cosas que tendré que ir asimilando, que tendré que ir cambiando...y todo sin ti, sin esas palabras mágicas que sólo una madre puede decirte.

    No quisiera que te sintieses triste. Sabes de sobra que tenemos la mejor familia del mundo. Sólo mirarme ya me siento protegida, me siento muy acompañada y cada uno de ellos, con su gran corazón en la mano, hace siempre grandes esfuerzos por compensar el vacío que dejaste en mi alma. Siento mucho no poder evitar llorarte de vez en cuando, cada vez que te pienso, pero quiero que sepas que es sólo porque te echo mucho de menos, porque tenerte cerca, como sé que estás, no siempre compensa el abrazo que me falta, los consejos que me gustaría pedirte, que mi corazón necesita.

    Tengo muchos proyectos, muchos más sueños en los que tú eres la base de mis ilusiones. Imagino que allí no tendrás mucho tiempo de aburrirte, pero aún así me gusta pensar que al ver mis pasos hago de tu viaje algo mucho más placentero. Te imagino contándole al resto de estrellas quién soy, gritándole al los angelitos "¡esa es mi hija!", llamando constantemente a Dios a su puerta para entrar a pedirle que no me deje sola, que me ayude en este duro camino que he decidido recorrer. No te preocupes, de verdad, pues te aseguro que hay a mi alrededor cientos de ángeles, que iluminados con la luz que desprendes en mí me van llevando de la mano por los senderos de mi felicidad, de esa que te dedico, que fabrico sólo para que la tuya también sea eterna.

   Miles de cosas más te contaría, mami, pero quizás esas prefiero decírtelas cuando vuelvas a visitarme en mis sueños, en esos en los que me das la oportunidad de volver a verte, de volver a caminar a tu lado, de volver a conversar....sólo eso quiero, poder hablar siempre contigo, con mi mejor amiga, con esa parte de mi alma que tanto necesito, contigo, con mi madre... Gracias por no dejarme nunca sola. Te amo infinito, mi estrella.


viernes, 19 de abril de 2013

Vale ya...

    Llevas ya un tiempo buscándote que te de esta charla, así que aquí la tienes. Lo siento, de verdad, a nadie le duele más que a mí tener que llamarte la atención, pero, sinceramente, me tienes harta. Por eso hoy mi artículo será únicamente para decirte que ya está bien, como decimos los gaditanos "vale ya, quilla". Vale ya...

...de seguir teniendo sueños que sabes que no se van a cumplir y, no es por nada, sino simplemente porque no están hechos para ti.

...de invertir tu tiempo en imposibles, en retos que te mueven por dentro, pero que también te hacen sufrir.

...de aferrarte a esos besos que nunca sentiste, de volcarte en esa mirada que nunca te miró, que de hacerlo, es sólo algo que ya pasó.

...de llamar, implorar y amenazar a cupido para que te traiga a esa persona con la que ni siquiera tienes claro si quieres estar. Decide ya si quieres ser libre o atarte a una relación.

...de llorar por alguien que sabes que no te ama, de escribirle cartas de amor, de reprocharle actos que sólo son el reflejo de lo que sin saber por qué esperas de su corazón. 

...de evadir la realidad que te atormenta. Después de seis meses ya va siendo hora de que le plantes cara a la vida, a su ausencia, al dolor que te produce. Aquí es cuando tienes motivos para llorar, para gritar, para sacar fuera lo que te está ahogando.

...de esquivar las conversaciones que sabes que pueden calmar tus preguntas, que sientes que pueden devolverte la paz. ¡No seas infantil!

...de dar a quien no lo quiere todo lo que los que están cerca se merecen, pues al final, por quererlo todo terminarás quedándote sin nada.

...de tropezar una y otra vez con la misma piedra, de saber que te caerás y aún así seguir caminando. Hay más caminos, ¿es que has vuelto a perder el rumbo? 

...de escribir al mundo la forma de ser feliz, mientras, en demasiadas ocasiones, se te olvida cómo serlo tú misma. Recuerda que dar ejemplo es la mejor manera de enseñar una lección.

...de dar vueltas por la casa, de no dormir por la noches, de cocinar durante horas, de poner orden en lo que ya está ordenado...

... vale ya de perder el tiempo, de hacer la tonta, de mirar para otro lado, de buscar excusas y más excusas, ¡vale ya!...déjate de tonterías y lo que tienes que hacer es ponerte a estudiar.

  Con todo mi amor para la persona que más quiero en este mundo: YO.


lunes, 15 de abril de 2013

Adiós de abril...

    Esta no es más que la última carta que te escribiré y lo hago sólo porque sé, siento, que detrás de tu ausencia se encuentra ese lazo que no te deja separarte de mí, de aquello que escribo al mundo, de lo que esperas que de nuevo haga por ti, por todo lo que sabes que me has hecho sentir.

    No fui yo, cuántas veces lo habré gritado ya. No fui yo quien quiso comenzar algo que ya se sabía con un cercano final, algo que por no poder ser jamás fue lo que quisiste hacer. Te perdiste en la rutina que marca el amor, que en ocasiones hace confundir lo que sentimos, que nos llena de nuevas ilusiones por no afrontar una realidad que dista mucho de ser lo que hace tanto que fue.

   Pero...sí que fui yo quien respondió a tus lamentos, quien te dio la mano al caminar, quien aún sabiendo que engañabas se dispuso a ayudarte a brillar. De nada sirve arrepentirse, pues cada acto, cada paso que damos nunca es en vano. Yo he ganado un nuevo amor, una nueva ilusión con la que despertarme e incluso con la que dejar de dormir; tú, tú has ganado otra batalla que te conduce allí donde estabas, donde realmente querías seguir. Tal vez ahora lo sabes, quizás fue sólo una señal más que no sé si viste o tan sólo sentiste, que no sé si entendiste o tan sólo esquivaste. Ya, ya todo da igual.

   Hoy te escribo ante el mundo para decirte por última vez todo lo que te amé, todo lo que sentí sin tan siquiera conocerte. Amor, dulce amor que amarga con su ausencia lo que durante tantos días había llenado. Sueños que dormían callados en el fondo del corazón, que supiste sacar con la facilidad de una musa, con la inspiración que no todos pueden darme. Sentimientos que nacieron puros dentro mí para que en tu alma quedasen grabados, para que tu ser se engrandeciese ante la capacidad que el Universo te ha dado para conseguir siempre lo que deseas. Promesas que llenaron de esperanza un camino que ambos sabíamos que no íbamos a recorrer, pues quién no sabe que es imposible andar por las nubes. Amor, triste amor que llenó de alegría los minutos, los segundos de cuántas palabras quisiste regalarme, de todas aquellas que más tarde me robaste...

    No duele tu ausencia sino el misterio de no saber qué pasó, de no entender el por qué. Y porque no quiero seguir atada a tu alma, no quiero seguir sintiendo todo lo que sientes, hoy me despojo de todo lo que me diste, de lo que desde ayer decidiste quitarme, de lo que decido que no es para mí, pues ya tienes a quien regalarlo. No, no es cierto que se pueda amar a dos personas sin volverse loco en el intento, pero tal vez ahora tengas en ella lo que yo no pude darte, tal vez encuentres en su rostro mi mirada, mis besos y mis caricias...las que jamás llegué a enseñarte. Quién sabe qué esconde tu alma, quién sabe qué hay dentro de tu corazón, qué es aquello que atormenta tu mente y que te hace decir y hacer cosas que sólo te llevan a tener de nuevo que pedir perdón. Perdónate a ti mismo pues nosotras sí sabemos lo que sentimos, sí supimos demostrarte el amor; perdónate a ti mismo pues el mayor daño, la mayor decepción, se la llevó tú corazón.

   Jamás te reprocharé nada, pues nada que no quisiera pasó, jamás te recordaré con odio, pues el odio es contrario al amor. Amor, tan sólo amor que me inunda de lágrimas al alejarse, pero que devuelve la cordura a mi corazón. Días que dejan de llenarse de incertidumbre, de dudas, de verdades inciertas y de sueños inalcanzables. Cómo alcanzar algo que depende de una unión imposible, de un momento que nunca llegará, de un deseo que ni siquiera es tal. Confundiendo el amor con la pasión, con la excitación de algo nuevo, de algo prohibido y que no es más que pura magia. Magia que sentimos pero que no deja de ser ilusoria, magia que creamos pero que no deja de esfumarse tras cada actuación...

   Y con los besos que me robaste, con las miradas que me dedicaste, con las veces que me hiciste el amor, hoy dormiré tranquila junto a la persona que marcó mi corazón. Esta noche velaré tus sueños para que nunca más sueltes la mano de Morfeo, para que dejes de soñarme sin razón. Esta noche dormiremos abrazados y así despediremos todo lo que nos unió, dejando bien guardados en nuestros corazones los rescoldos de lo que un día fue un auténtico y verdadero amor.

  


sábado, 13 de abril de 2013

GRACIAS A MIS AMORES


      Más de media tarde me he pasado queriendo plasmar en este papel todas las emociones que ahora me recorren el alma. Imposible, os lo aseguro. Esta es la segunda presentación que realizo de mi primer libro, de mi querido hijo, de mi sueño hecho realidad.

En la primera, por cuestiones laborales participé poco en su preparación y, en esta, estaba dispuesta a darlo todo. Ya veis, no siempre consigo lo que me propongo. 

Y aquí me encuentro, en la vida que yo misma decidí vivir, con mi independencia y mi rumbo bien firmes, sabiendo y sintiendo que sólo yo soy la responsable de mis logros y mis éxitos, y teniendo, sin embargo, la certeza de que sin vosotros yo no podría ser quien soy, yo no habría llegado hasta aquí.

Cuando me dispuse a escribir el libro no lo hice con la pretensión de poderme dedicar a esto, sino con la firme intención de transmitiros todo aquello que estaba aprendiendo en aquellos momentos. Pasé de la mayor oscuridad a la claridad más resplandeciente que jamás había visto en mi vida, a la paz, la tranquilidad de una vida que sólo tiene un fin, el de vivirla y disfrutarla al máximo.

Precisamente por eso, al poco tiempo nació también mi blog y mi página de facebook con lo que sigo compartiendo con vosotros todo lo que voy aprendiendo, no sólo de mis aciertos, sino también de mis errores. Pretendo recordarnos lo importante que es soñar, tener nuevas y grandes ilusiones cada día. No os voy a mentir. La vida, para que sea perfecta, debe tener también sus momentos malos. No podemos conocer el bien si no nos topamos con el mal, no podemos saber lo que es reír si antes no aprendimos a llorar, no se puede alcanzar la felicidad si ésta no se compensa con la tristeza. Así, el momento más maravilloso y feliz de mi vida se ve equilibrado por sucesos que han marcado y marcarán por siempre mi alma con el dolor y la tristeza de una ausencia, de un pérdida irremediable que me parte el alma a cada paso... Y ¿qué hago yo ante esto? Vivir, ser feliz y seguir sonriendo a la vida. 

No es fácil, siempre me decís lo mismo...no es tan fácil, y tenéis razón, pero ¿sabéis qué? Que es mucho más difícil levantarse cada día sin ganas, llorando e intentando responder a preguntas que jamás hallarán respuestas. Es imposible vivir con la mente divagando por el dolor y la tristeza, pues esto no podría llamarse vida, sería tan sólo vivir para morir.

De esta forma, cambiando el color del cristal por el que mira mi corazón, sigo adelante y si me paro a pensar es sólo para echar la vista atrás y darme cuenta de cómo el Universo entero conspira para que mis sueños, esos que tengo estando lo más despierta posible, lleguen mucho más alto de lo que jamás pude imaginar.

Hoy levanto mi mirada y veo que mi objetivo está cumplido. Hace un año mi libro era sólo un borrador, un conjunto de sentimientos que querían llegar al mundo, que querían contaros que merece la pena encontrarnos a nosotros mismos, averiguar quiénes somos, qué nos hace vibrar, sentir, sonreír. Pero ahora mi sueño ya es una realidad, es algo que existe y fluye porque vosotros también existís  Mis palabras dejan de volar sin rumbo a ninguna parte y son recogidas por vuestras almas, por vuestros anhelos, por vuestros corazones. No sirve de nada que yo escriba si no tengo la certeza de que al otro lado estáis todos vosotros. Por eso hoy estamos aquí, estáis aquí dando sentido a todo. No he tenido que preparar nada porque la magia que envuelve mis días es ahora también vuestra magia, porque mis sueños...se convierten también en los vuestros, porque no hace falta pararme a explicaros de qué va el libro...ya lo veis  Se trata de unirnos para, por muy cursi que suene, hacer cosas bonitas, llenar la vida de color, compartir el amor, el amor verdadero que se siente cuando tu familia te apoya en todas tus locuras, cuando tus amigos mueven el mundo entero sólo para verte sonreír,  cuando personas que no conoces de nada te dan todo lo que está en sus manos para ayudarte a alcanzar tus metas, para facilitarte el duro camino que siempre supone llegar a tocar el cielo.

No hay palabras, ni siquiera para una escritora, que puedan expresar la inmensa felicidad que he sentido durante este último año, durante todos estos días en los que decidí al fin tomar las riendas de mi propia vida, de mi propio ser. No hay forma de explicar lo que siento cuando veo vuestras miradas ilusionadas, cuando escucho vuestros corazones palpitando con la misma rapidez y emoción que el mío. Esto es la vida. Esto es lo importante, compartir los sueños, querernos y amarnos por encima de la política, de una falsa sociedad, de unos inservibles valores que nos han alejado de lo que somos en realidad: Seres libres.

Hoy, como cada día, brindo por la libertad, que lejos de ser una utopía está demostrado que es una realidad. Todos sois libres para hacer de este día una señal más que os marca la dirección correcta de vuestras vidas, que os grita en silencio que todo pasa por algo, que la vida siempre merece la pena, que cada segundo que vivimos es un segundo más que debe ser aprovechado  Hoy, es uno de los días más felices de mi vida y, de nuevo, es gracias a vosotros, por lo que que me distéis, por lo que me estáis dando, por lo que siempre me daréis: La felicidad y el motivo para seguir viviendo. Gracias, millones de gracias por estar hoy aquí, por estar siempre muy ceriquita de mí.

miércoles, 3 de abril de 2013

Reflexiones de un día ying-yang

    Es curioso que mi blog se llame "Hacia el cambio positivo" y a veces me cueste tanto darme cuenta de lo que precisamente quiero transmitir. Sonrío al pensarlo, pero así es la vida, ya lo sabemos, con pequeñas incongruencias que, en determinados momentos, nos nublan hasta hacernos olvidar quiénes y cómo somos. Años de experiencias para aprender y un sólo segundo para obviarlo todo. Ahora me tengo que reír...

     Hoy ha sido un maravilloso día y me gustaría compartirlo con vosotros. 

    Me levanté después de dos horas apagando el despertador. La sensación estaba clara: "Me pasaría el día durmiendo". En ocasiones son tantos los pensamientos que se agolpan en nuestra mente que vivir se nos hace un mundo. Y digo yo ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Por suerte, la inercia que me hace querer aprovechar cada día como si fuese el último pudo con mi desgana y, cuando parecía que la pereza iba a atraparme del todo, di un salto y salí de la cama.

    Todo parecía estar ordenado a mi alrededor, sin embargo, al observarlo más detenidamente pude comprobar que no. Había estado pensando tanto los días anteriores que había descuidado incluso ese orden exterior que tan fácil me resulta siempre mantener. Me puse manos a la obra. Lo que podía haber hecho en cuestión de minutos se desarrolló durante las tres horas siguientes. El cúmulo de pensamientos seguía persiguiéndome a pesar de laboriosa tarea.


    Cuando fui consciente de ello comencé a prestar atención a mis tareas, deteniéndome en lo que hacía. No es tan difícil distraer la mente de lo que no te aporta nada y más cuando sabes que esos pensamientos no te hacen sentir bien. Puedes optar, entonces, por recrearte en ver cómo tu gato mira fijamente la fregona ir de un lado a otro, o disfrutar viendo como la gata hace patinaje artístico sobre el suelo mojado. Nada mejor que caerte al suelo de la risa mientras ves como tus "niños" se divierten, se dejan llevar sin más por lo que el día les ofrece. "Hoy limpieza, ¡yuhuuuu!", me pareció oírles decir. Y ellos tan felices...


    Eso me llevó al siguiente pensamiento "¿qué podría hacerme más feliz que ir a ver hoy a mi hijo?". Qué hay mejor que un niño para darte cuenta de que la vida es mucho más sencilla de lo que los mayores intentamos siempre complicar. Antes de que pudiese meterme en la ducha para prepararme, un simple mensaje me hizo volver a sentir incluso peor que en el momento en el que no podía levantarme de la cama. Mientras mis lágrimas caían mi corazón lloraba desconsolado al recordar la enorme decepción que había sufrido en estos días. Me enfadé, pataleé y me dejé arrastrar de nuevo por los pensamientos que tanto me estaban haciendo sufrir. 

   Me di la vuelta y me fui a la ducha. Es curioso, pero el agua que cayó sobre mí cuerpo pareció llevarse todo aquello que me atormentaba. Me dí cuenta de cómo en cuestión de un par de días lo que antes cantaba en esa bañera se había convertido  en un cúmulo de emociones que tan sólo conseguían hacerme llorar. "Cómo pueden cambiar las cosas en tan poco tiempo. No, me niego a sentirme así". Dejé mi mente en blanco y respondí de nuevo a los mensajes. Esta vez con una actitud más positiva. No iba a cambiar la situación, pero estaba en mi mano cambiar lo que ésta me hacía sentir. No fue tan difícil. Cambié la perspectiva. Lo que parecía ser un mal para mí pasó a ser lo mejor. ¿Realmente quería que todo fuese de otra forma o era simplemente el no haber tenido lo que soñaba el problema? ¿Qué más daba ya? Lo que no puede ser no es. Punto.

   Al mismo tiempo uno de mis ángeles apareció en mi ordenador para recordarme eso que tantas veces os cuento: El Universo tiene cientos de regalos para nosotros cada día, qué más da cómo los envíe, "ábrete a recibirlos". Ahora no sonreía yo, sino mi corazón. Me quedé en blanco de nuevo, no quedaba más en qué pensar, tan sólo esperar pacientemente a que la vida hiciese su función: la de hacerme de nuevo feliz.

   Pequeños detalles...no es más. De ahí en adelante todo empezó a fluir. Antes de darme cuenta ya no lloraba con la triste música que me había acompañado estos días, sino que cantaba a la vida con aquella que pocos meses atrás había utilizado para recordar a cada instante lo bello que es vivir. Sin haberlo pensado las sencillas decisiones que había ido tomando me habían llevado a estar con mi niño, con más de mis ángeles, llenándome de abrazos llenos de energía, de palabras que me recordaban todo aquello que sé, de risas e incluso de lágrimas que limpiaban mi alma de las impurezas de las que yo misma me había llenado.

   De pronto, hasta el aire que acariciaba mi rostro me parecía ser el mejor de los regalos del día. "Estoy sintiendo, sí, sólo es eso y...me siento tan feliz...". El nublado día se convirtió en un gran sol; la decepción en un nuevo aprendizaje; lo que parecía una pérdida se había convertido en cientos de gratificante emociones ganadas, que, como todo, tenían su principio y su fin; mis errores me habían llevado a ver mis aciertos; el vacío que había quedado ahora se llenaba de mejores cosas de las que poder disfrutar; la muerte cobraba sentido dentro mi propia vida.

   Todo lo que nos ahoga no es más que los pensamientos que intentan dar explicaciones complicadas a hechos increíblemente sencillos. Y ahora, estoy aquí con mi alma reconfortada, con la certeza de que me dejé llevar porque quise, de que luché por mis sueños y, sobre todo, de que lo hice sabiendo que éste sería el final. ¿Dónde estaba el problema entonces? En querer controlar los actos, los pensamientos y los sentimientos de alguien que tiene su propia libertad, su propia forma de afrontar la vida.

    Ser quienes queremos ser y dejar ser al resto del mundo. La felicidad será eterna mientras tengamos claro lo que soñamos, mientras nos centremos en nuestras ilusiones, mientras las compartamos con las personas adecuadas, esas que nos respetan y que pueden también compartir las suyas con nosotros sin hacernos responsables de ellas.

    Doy gracias al Universo por seguir haciéndome feliz cada día, por no dejar de mandarme sus señales, sus ángeles, sus regalos y su sabiduría, esa que nos cuenta que cada segundo merece la pena, que cada momento debe ser siempre el mejor y más intenso de nuestras vidas, que no hay nada más bello que vivir cada día. ¡¡Graciasss!!

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