Hola mi estrella. Te escribo para contarte cómo estoy, cómo, poco a poco, va avanzando mi vida. Sí, ya sé que puedo hablarte cuando quiera, que tú siempre estás ahí para escucharme, pero también sabes que me resulta muy extraño hacerlo sin poder verte, sin tenerte delante. Es por eso que hoy prefiero usar este medio que cada día me da la vida, que da sentido a quien soy, a lo que siento.
Hace poco más de una semana hicimos la segunda presentación de mi libro. Esta vez fue aquí en San Fernando. Ni te imaginas cómo se vuelca el mundo en mis ilusiones...aún me parece que todo ese día fue un mágico sueño del que aún no he conseguido despertar. Mis amigos y nuestra familia hizo de él la mayor de sus ilusiones durante muchas semanas antes. Además, como siempre, gente maravillosa me abrió las puertas de su corazón, ofreciéndome todo lo que estaba en sus manos para terminar de poner la guinda al mejor de los pasteles que, con ese dulce sabor que siempre me da la vida, acabamos por comernos entre todos.
Tengo que decirte que allí todos te echamos mucho de menos. Si es difícil no tenerte en nuestro día a día imagínate en momentos tan importantes como este, donde mis sueños se hacen realidad y donde los que me queréis sois los que más lo sentís en vuestro interior. Tu silla estaba vacía, tu mirada faltaba entre la multitud...esta vez no estuviste para darme la mano, para desprender ese gran orgullo que sé que sientes por mí y por todo lo que estoy consiguiendo.
Me pregunto si desde allí pudiste verlo todo, si tal vez te prepararon un gran sofá donde pudiste tumbarte tranquilamente a observarme, a soltar mil lágrimas de satisfacción por ver cómo tu niña morena va dejando de ser tan pequeña y empieza a hacerse grande dentro de su propia vida, caminando ya sin prisa, pero también sin pausa. Tengo que reconocerte que a veces siento miedo. Sí, es tanto lo que voy consiguiendo, tan lejos donde siento que estoy llegando, dónde veo que llegan mis letras, mis sentimientos, mi sueño de tocar los corazones de otras personas...que tiemblo al pensar la cantidad de cosas que tendré que ir asimilando, que tendré que ir cambiando...y todo sin ti, sin esas palabras mágicas que sólo una madre puede decirte.
No quisiera que te sintieses triste. Sabes de sobra que tenemos la mejor familia del mundo. Sólo mirarme ya me siento protegida, me siento muy acompañada y cada uno de ellos, con su gran corazón en la mano, hace siempre grandes esfuerzos por compensar el vacío que dejaste en mi alma. Siento mucho no poder evitar llorarte de vez en cuando, cada vez que te pienso, pero quiero que sepas que es sólo porque te echo mucho de menos, porque tenerte cerca, como sé que estás, no siempre compensa el abrazo que me falta, los consejos que me gustaría pedirte, que mi corazón necesita.
Tengo muchos proyectos, muchos más sueños en los que tú eres la base de mis ilusiones. Imagino que allí no tendrás mucho tiempo de aburrirte, pero aún así me gusta pensar que al ver mis pasos hago de tu viaje algo mucho más placentero. Te imagino contándole al resto de estrellas quién soy, gritándole al los angelitos "¡esa es mi hija!", llamando constantemente a Dios a su puerta para entrar a pedirle que no me deje sola, que me ayude en este duro camino que he decidido recorrer. No te preocupes, de verdad, pues te aseguro que hay a mi alrededor cientos de ángeles, que iluminados con la luz que desprendes en mí me van llevando de la mano por los senderos de mi felicidad, de esa que te dedico, que fabrico sólo para que la tuya también sea eterna.
Miles de cosas más te contaría, mami, pero quizás esas prefiero decírtelas cuando vuelvas a visitarme en mis sueños, en esos en los que me das la oportunidad de volver a verte, de volver a caminar a tu lado, de volver a conversar....sólo eso quiero, poder hablar siempre contigo, con mi mejor amiga, con esa parte de mi alma que tanto necesito, contigo, con mi madre... Gracias por no dejarme nunca sola. Te amo infinito, mi estrella.
Me quedé sin palabras. Te quiero!!!
ResponderEliminarYo también a ti. Lo sabes... Gracias por estar siempre, por quererme y ayudarme. Por ser amigo, padre y madre...
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