sábado, 30 de julio de 2016

Hoy de nuevo



Despierto mis ojos para pasearlos por las palabras que me envías a través de este enorme mundo de hilos invisibles que nos conectan. El Universo siempre está atento para moverlos de la forma adecuada, en la dirección correcta. Se estremece mi alma al sentirte entrar dentro de ella, al permitir que me adentre en la tuya. Me pregunto qué puede haber más bonito que la unión de lo mejor que llevamos dentro, de lo que más nos llena de vida.

Enciendo las luces de mi inspiración y me siento a escribir sabiendo que estás ahí para hacer tuyo cada sentimiento que vuelco en tu corazón, cada aprendizaje que la vida me obliga a asimilar, cada frase cargada de momentos que también te harán recordar. No soy yo quien entra en tu alma para llenarla de lo que necesitas, eres tú quien grita que alguien te diga que lo que sientes es real, mucho más común de lo que pensamos, más sencillo de lo que nos contaron...

Si yo soy el motor de algunos de tus días, tú serás siempre la razón de todos los míos, pues qué sentido podría tener que yo abriese lo que soy para ti, si tú jamás te decidieses a usarlo para sentirte feliz. Me desnudo ante tus ojos para que veas que no hay trampas, que yo también sufro cuando la vida que me roba lo que más amo, me tumba ante la desesperación de no salir de un mal día; me quito los disfraces que la sociedad nos obliga a llevar para contarte, también, las alegrías que la vida me da, los motivos que encuentro en cada despertar, las noches que por amor me decido a no soñar.

Hoy de nuevo te escribo sabiendo que mi sonrisa será la tuya al leerme, que mis lágrimas serán las que recojas al sentirme, que mis vivencias serán las que te ayuden a ser más fuerte. Hoy, de nuevo, te escribo para entregarte lo que deseas por ser tú lo que yo más quiero, por hacer que cada minuto que las musas me acompañan, tenga la única finalidad de ser una eternidad dentro de tu ser. Hoy, de nuevo te escribo...sabiendo que mañana y siempre...te escribiré también.


☯ Sonia Brúnar ☯

miércoles, 20 de julio de 2016

Conduce sin miedo




Agarremos suavemente el volante de nuestro coche, del único vehículo que puede transportarnos al lugar con el que soñamos llegar. Será el valor, quien haga rugir el motor para que avancemos por la carretera de la vida sin temor; la seguridad en que lo conseguiremos, el mejor cinturón para salir ilesos de los accidentes que los años provocarán en nuestro aprendizaje.

Habrá noches que nos oscurezcan el camino. Muchos tiemblan por no saber qué hay unos metros más allá de sus ojos; el miedo les invade el alma y la rigidez tan sólo permite dar a la palanca de luces largas. Obsesionados con saber qué tendremos en el futuro, olvidamos que tan sólo necesitamos conocer el presente. En automóviles preparados y por autovías construidas para no morir en ellas, obviamos lo sencillo de ir siguiendo las señales que nos van apareciendo a cada lado.

Vendrán momentos peores cuando sea la lluvia de opciones la que golpee de forma incesante los cristales de nuestras ilusiones. El ruido constante, unido a todos los miedos que nos infunden durante el crecimiento, nos llevará a pensar que, de no reducir la velocidad, acabaremos rodando por alguna cuneta; nos perderemos en un agujero negro creado por erróneas elecciones, cerrado por el miedo a equivocarnos. De nuevo, las dudas hacen que los sueños se aparten de nuestro presente, dejando para otros todo lo que nos pertenece. 

No es difícil adivinar que no serán éstos los únicos inconvenientes por salvar, pues detrás de cada kilómetro siempre existirán cientos razones para abandonar. La densa niebla, con su blanco color, nos permitirá ver reflejadas la infracciones que cometimos sin pudor; el fuerte viento, convenciéndonos de que debemos airear los pensamientos para dejar atrás lo que no nos deja avanzar; animales que se cruzan poniendo en peligro nuestras vidas mientras nosotros aprendemos a esquivarlos para no perturbar las suyas; caravanas de sueños que se agolpan, queriendo superar las obras que a todos nos acaba reuniendo en el mismo lugar.

Dejemos al Universo preocuparse por nosotros y mover de la forma más conveniente sus hilos. Mientras, si queremos alcanzar nuestras metas y llegar sanos y salvos al final de cada tramo, conduzcamos sin miedos; subámonos a nuestra furgoneta cargada de agradecimientos, besos y abrazos, de sonrisas y dulces melodías... Marquemos con certeza el rumbo de nuestro mejor viaje, y empecemos admirar el paisaje, lo que nos rodea, lo que tenemos, lo que durante todo el camino, se encargará de mantenernos felizmente vivos. Viajar, vivir, sentir...

☯ Sonia Brúnar ☯

jueves, 7 de julio de 2016

Viviendo de sueños




Un día te das cuenta de que has dejado de soñar para vivir, y estás comenzando a vivir, simplemente, de tus sueños. Todo a tu alrededor brilla con mucha más intensidad, refleja colores desconocidos y entona melodías que dan tranquilidad a tus sentidos. Ya podemos, entonces, sentirnos felices viviendo de sueños...

Sueños que se convierten en despertares llenos de sonrisas, que levantan nuestro ánimo cuando la tristeza viene de visita, cuando las fuerzas se marchan de vacaciones; sueños llenos de amaneceres que nos recuerdan lo gratificante de vivir, lo que ha merecido la pena sufrir.

Sufrimientos que se cargaron de tantos aprendizajes que nos vemos saliendo con la primera carrera superada, con las ganas de comenzar otra; sin importar lo largo del camino, los baches que hallemos en él, las subidas ni las bajadas. Sufrimiento que nos hacen grandes ante un mundo que, de ser pequeños, no nos permitiría seguir.

Siguiendo siempre lo que nuestras pasiones nos dictan, el latido de un alma que no vive si el corazón no siente lo que hace, no se acelera en cada señal que el Universo le manda, no conoce la magia que sus hilos son capaces de crear, de ser, de sentir.

Sintiendo, a cada segundo, lo bonito de poder abrir los ojos, de tocar, ver y oír lo que la naturaleza nos brinda, lo que la vida ha fabricado para nosotros; sentir, cada vez más, que lo que nos falta nos hace mejores en lo que tenemos, y que lo que tenemos no debe hacernos creer que nunca más perderemos.

Perdernos en la nada para volver a encontrarnos en días que se llenan de sorpresas, en sorpresas que completan las horas, las ilusiones que fabricamos y cada uno de los pasos que damos. Perder el miedo a ser felices para darnos cuenta de la facilidad que supone el vivir.

Viviendo de sueños hechos realidad es la mejor forma de la que se me ocurre vivir; es la única manera para no dejar de sonreír; la magia que envuelve cada uno de los abrazos que recibo, que siento, que guardo... Viviendo de sueños es como deseo que el mundo viva; comprendiendo que no hay nada más importante en nuestras vidas, que saber que los sueños serán el mejor fuego para mantener nuestra llama siempre viva.


☯ Sonia Brúnar ☯

Entradas Destacadas