domingo, 28 de julio de 2013

Caminante no hay camino...

     Caminando sin tener claro cuál será el final de este viaje. Quién sabe dónde acabaremos. Lo importante es disfrutar de este paseo, independientemente de lo que encontremos en él. Seguro que habrá de todo. Risas y llantos, sueños y pesadillas, llanuras y montañas, abrazos y caídas, lluvia y sol... No importa lo que venga porque nuestra fe, nuestras ilusiones, siempre nos permitirán seguir hacia delante.
 
     El Universo guía nuestros pasos sin que ni siquiera nos percatemos de ello. Creemos tener suerte cuando todo va bien y que Dios no existe cuando todo se oscurece. Él siempre está ahí, cuidando de nosotros, pero también enseñándonos lo más importante de la vida para que aprendamos a vivirla. Recordemos que no hay yin sin yang.
 
     Disfrutando al máximo de sus regalos, cambiando el rumbo cuando no conseguimos lo que deseamos, cuando el viento golpea con demasiada intensidad. No estar donde no queremos, no sentir lo que no somos, no ser quienes no sienten nada. Agradeciendo cada minuto la inmensa suerte de estar vivos, evitando a cada segundo comenzar a morir en vida. Hay tantas personas que dejan de vivir nada más nacer que el mundo se siente ahogado sin nuestro oxígeno, sin la fuerte respiración que acompaña una vida llena de emociones, de la magia que nos hace vibrar el corazón, que eleva nuestra alma a lo más alto del Universo.
 
     Mujeres y hombres ligados al sueño de una sociedad marcada por la hipocresía; niños y niñas que crecen sin saber lo que es jugar, lo maravilloso de volar por la esencia que marca una infancia llena de miles de sueños por alcanzar. Nos frenan en nuestra evolución tapándonos los ojos ante la certeza de que todo es posible, mintiéndonos sobre la facilidad de vivir haciendo siempre lo que nos gusta, sintiendo el amor que realmente mueve al mundo, que llena de felicidad nuestros corazones.
 
      Viajero que de tanto mirar los mapas ya no recuerda a dónde quería llegar; caminante que de tanto buscar el camino se olvidó de cómo caminar. Caminante no hay camino...tan sólo esta maravillosa vida de la que disfrutar.

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