viernes, 25 de enero de 2013

Libre

  Tengo la impresión de que pasamos por la vida sin darnos cuenta de quiénes somos, qué somos, por qué somos. No soy yo la que tiene todas las respuestas a estas cuestiones, sin embargo, cada vez me siento más cerca de resolver el, tan buscado, sentido de la vida.

  Hoy, a pesar de parecer un día como otro cualquiera, he sentido cientos de emociones que han llenado mi ser de luz, alegría y felicidad, pero también de cierta melancolía y, como es costumbre en estos meses, de un intenso dolor. Este cúmulo de sensaciones son las que dan sentido a todo. Así, sin más. Es maravilloso que tengamos la capacidad de sentir, da igual qué, lo importante es sentir.

   Nos hemos acostumbrado a pensar y pensar, a querer dar sentido a todo con nuestra mente sin darnos cuenta de que, valga la redundancia, el sentido de todo está precisamente en lo que sentimos. Es algo tan lógico que se nos escapa entre toda la complejidad que la absurda sociedad ha ido creando a lo largo de los siglos.

   De nuevo puedo sentir el dolor golpear mi corazón cuando no siento a mi madre cerca, pero lucho y, cada vez más, consigo que mis pensamientos no den millones de vueltas alrededor de mi alma partiéndola en mil pedazos y quitándome la energía que necesito para vivir. Da igual las veces que me plantee lo injusto de la situación, los años que le quedaban por vivir, todo aquello que no podremos compartir, lo indefensa que me siento desde que no está aquí. Nunca habrá nada que pueda cambiar esa realidad. Lloraré mil veces más mientras me recreo en la belleza del rostro que muestra nuestra foto, pero no me perderé en el dolor, tan sólo lo sentiré.

   He vuelto a recordar la mirada de esa fascinante mujer...bendita mirada que hace palpitar cada centímetro de mi piel. En este caso la emoción es altamente gratificante y así he podido sentirla, sin embargo, tampoco me he dejado llevar por los pensamientos que me podrían hacen pensar que tocarla o sentirla es un imposible que me roba las ganas, incluso, de volver a tenerla delante. El cruce de nuestras miradas es lo que me hace sentir y eso, siempre será así. No existen sueños ni ilusiones, no hay esperas ni llamadas, no se desespera el deseo  ni se impacientan nuestras palabras. No me importa si su sentir se asemeja al mío ni si percibe lo mismo que yo, pues basta sólo su mirada para que mi sonrisa se convierta en un sol. Y con el sol en la cara me siento capaz de iluminar toda mi vida...¿qué hay más bello que eso? ¿qué más tendría que pararme a pensar?

   Para continuar con un día lleno de lo que parecen ser contradicciones, hoy me llegan tus reproches, tus sueños rotos por haber querido algo que yo jamás quise, por haber volado allí a donde yo nunca viajé. Me pregunto en qué momento debemos dejar de sentir para no herir al que no tiene frenos en sus metas, al que antepone sus deseos a nuestros sueños, al que cree que su amor basta para que nosotros también lo sintamos. Me nubla mi sol el que no podamos entendernos, el que no pueda contar contigo; el hecho de que no entiendas que ya no hay nada para nadie, pues ahora todo se lo entrego al mundo. "Donjuan" se cansó de conquistar mujeres y ahora, cuando el cuento del lobo toca su fin, nadie cree que espere sentado a que sean las bellas doncellas las que decidan dedicarle su tiempo. Así, en la sombra de una nueva y soleada vida, he encontrado cientos de cosas que me llenan más que el inevitable desamor al que siempre me ha llevado el amor.

   Sentimientos no tan buenos que se calman con otros llenos amor. No hay nada comparable a la magia de que el mayor sentimiento del mundo, el del Amor, se vaya contagiando allí por donde piso. Quisiera que un día al despertar todos pudiesen sentir la verdadera esencia del Amor, ese que se esconde en la mirada de cada ser que nos cruzamos; ese que nos llena cuando el dolor nos ha dejado vacíos; el que nos calma cuando la decepción llama a nuestra puerta. El Amor de las personas que te piensan y te sueñan tal y como eres, que te respetan y te dejan ser; que siguen siendo ellos y son más aún cuando aprenden el verdadero valor de lo que somos, de lo que nos hace grandes, fuertes, valientes; cuando valoramos la vida por todo esto, por su ying y por su yang, por su suavidad y por la dureza con la que a veces nos golpea; cuando somos, simplemente, libres, porque libre nos hizo el Universo, Dios, la Vida. Llámalo como quieras....

   Somos libres para amar y ser amados, para soñar y ser soñados, para sonreír y que nos sonrían; para ser siempre los primeros en dar el paso, pues sin nosotros lo demás no existe, y sin lo demás nosotros tampoco existiríamos. Hoy soy libre para decirte que te quiero y que te echo de menos; que me muero por tus besos, que me encantaría tocarte y tenerte entre mis brazos aunque sólo fuese un instante; que no quiero perderte, pues no sé vivir sin ti; soy libre para decirte lo bello que eres, lo bien que huele tu perfume y cuánto me gusta que me hables con dulzura; libre para recordarnos la suerte que tenemos de estar vivos; pero, sobre todo, soy libre para decidir seguir siendo hoy y para siempre... ¡¡¡LIBRE!!!.




sábado, 19 de enero de 2013

Cuántos gritos en silencio...

   Cuántos gritos en silencio debe soltar mi garganta para que todo vuelva a ser como antes, para que la pesadilla de estos días desaparezca y nuestra vida vuelva a ser lo que era. Quiero ser ese Superman que girando con rabia alrededor de la Tierra hizo volver a la vida a la mujer que amaba; quisiera por un segundo ser Dios y hacer que tu corazón vuelva a latir para así dar vida al mío.

   Cuántos gritos en silencio necesito para volver a ser yo y bailar por la vida al son que yo misma elija; para volar por mis sueños sin la condena de que no estés en ellos; para que mi sonrisa sea por ser y no porque tiene que ser; para que mi corazón no se pare en cada esquina a volver la vista atrás; para vivir... tan sólo para seguir viviendo.

   Cuántos gritos en silencio recoge el infinito de tu alma, esa que me tiene abandonada, pues si es cierto que estás delante yo no puedo verte, si es verdad que me estás hablando te aseguro que no puedo oírte; si tu mano tiene agarrada a la mía te juro por Dios que no puedo sentirla, ni su suavidad ni su calor; si todos pueden verte en sus sueños... por los míos aún no apareciste.

   Cuántos gritos en silencio que no me llevan a nada, pues por mucho que grite nadie puede oírme, nadie conoce aún la traducción de aquello que no tiene sonido, de lo que simplemente transmite mi energía, esa que se apaga y se aleja al compás de mis susurros, de todo aquello que no digo y que me guardo porque ni siquiera yo sé lo que es.

   Cuántos gritos en silencio que ahogan todo mi ser ante una realidad que no sé si es real, que de tanto repetirla ya no sé si es un simple disco que al cambiar de cara será todo lo contrario, será sólo algo que pasó y que de nuevo te devuelve a la vida, a mi vida.

   Hay mil gritos en silencios dentro de mi habitación que acompañan a millones de lágrimas que al fin han decidido salir de mi; y en ellas mi miedo se adentra en un vacío que ya nunca volverá a estar completo, que ni mi preciado Universo puede llenar con su magia, con su luz, pues ni siquiera Él tiene el poder que tú tenías, el valor que para mi siempre tendrás, el calor que ya nunca recuperaré y que hace que aunque el mundo no escuche mis lamentos... los pájaros canten para calmar mi pena; las nubes lloren para evitar que yo me seque; los ríos fluyan para que mi energía no se estanque; los árboles crezcan para que yo toque el cielo; y el mar se adentre en la tierra para que no llegue jamás a ahogarme.

   Mil gritos que te dicen cuanto te quiero, te pienso, te necesito y...cuanto, cuanto te echo de menos... mamá...

jueves, 17 de enero de 2013

El sueño de tenerte

  La velocidad de nuestros sueños va más allá de lo que la realidad puede mostrarnos, haciendo que todo sea lo que queremos en cuestión de segundos. Es esa facilidad del ser humano, de nuestras mentes, para crear un mundo a nuestra medida, donde somos lo que deseamos y el resto son sólo el reflejo de estos deseos. Y así, podemos divagar ante todo aquello que queremos sentir, que anhela nuestra alama, que nos pide a gritos el corazón. 

    En el sueño de tenerte me perdí desde esa noche...

   En el sueño de tenerte tú eres un ángel que llega a mi vida para devolverme la pasión que creí perdida, para darme las alas que necesito para ver el mundo desde otra perspectiva, desde lo más alto, allí donde siempre nos eleva el amor. 

   En el sueño de tenerte tu mirada es capaz de seducir a la mía haciendo que mi cuerpo sienta el fuerte deseo de acercarse al tuyo, que mis labios no esperen ni un segundo más para beber de tu boca, para que mis manos dejen de sentir el frío mientras roban el calor de tu cuerpo desnudo.

   En el sueño de tenerte eres capaz de amar lo que soy dejándome seguir siendo mientras tu vida también toma su propia forma y color; avanzamos al unísono por diferentes caminos que se encuentran y se cruzan para recordarnos que vamos al mismo lugar, para darnos la mano y descansar y, tras eso, seguir adelante sin mirar atrás. Nuestra meta tan sólo es la felicidad.

   En el sueño de tenerte me niego a perderme, pues cuando te tenga no sé si la realidad me gustará, si el sueño en ilusión se quedará, si tus alas al tocar el sol se derretirán, si tus besos, tu cuerpo y su calor tan sólo frió me transmitirán y si al amarme todas mis pasiones me robarás, llevándote no sólo la mía, sino también tu felicidad. 

   En el sueño de tenerte hoy me vuelvo a encontrar para ver que toda mi vida es un sueño hecho realidad, para saber que ya los sueños no me pueden atrapar, para entender y afirmar cada día, que los sueños tan sólo existen para hacerlos realidad.

   En el sueño de tenerte...


domingo, 13 de enero de 2013

Madre no hay más que una.

  "Madre no hay más que una"... viene a mi mente cuando recibo el más bello mensaje de buenos días, cuando me besan intentando calmar mi dolor, cuando me abrazan queriendo hacer desaparecer el frío que me envuelve. Me siento agradecida por todos estos gestos, pero no puedo evitar sentir que ninguno se parece al tuyo. Odiosas comparaciones que llenan mi corazón de nostalgia.

   "Madre no hay más que una"... me golpea el corazón cuando escucho sonar el móvil, cuando alguien me visita en el trabajo. Me llena el alma sentir lo importante que soy para otros, lo mucho que puedo llegar a querer a mi familia y mis amigos; me acelera el corazón la gran sorpresa que me inunda cuando aparecen por mi vida. Pero no puedo evitar tener la ilusión constante de que sea tu voz la que me hable al otro lado del teléfono, de que sean tus ocurrencias las que me sorprendan, de que sean tus ojos los que se crucen con los míos. Malditos deseos que me envuelven de tristeza.

  "Madre no hay más que una"...siento dentro de mi alma cuando la vida me acerca a mis sueños y los comparto con el mundo, los celebro con él, con las maravillosas personas que me acompañan en este fabuloso viaje. Es increíble la emoción que sienten cuando me leen y la que me transmiten cuando me cuentan hasta dónde he sido capaz de llegar, hasta qué punto he alcanzado mi sueño de aportar felicidad a los demás. Mis lágrimas acompañan a mi sonrisa por saber que nunca más saldrán de tus labios las palabras de aliento, de orgullo y de reconocimiento, por entender, al fin, que lo mejor de mi vida no podré vivirlo contigo. Desagradable tristeza que me frena ante mis días.

  "Madre no hay más que una"... ¿cuántas veces me dijiste esta frase? No podría decirte cuántas y ahora pierdo la cuenta de las veces que se me repite en la cabeza. Pasan los meses, ya es el segundo, y las cosas van tomando una forma diferente, un color que no sabía que existía. Creí que el tiempo podría hacer de esto algo más llevadero, sin embargo, el dolor siempre es el mismo. Ahora, como ya expresé días atrás, sé que será para siempre, será eterno, pues eterno es tu recuerdo, eterna es la distancia que nos separa. El dolor se ha instalado en mi corazón coloreando ese punto negro que estará siempre dentro de la hermosa luz blanca que desde hace tiempo, y cada vez más, ilumina mis días.

   Siempre se te inundó de luz el rostro cuando, con el tiempo, respondía a todos esos consejos que de ti rechacé para decirte: "Es verdad, mami. Tenías razón". Hoy es este mi regalo, eso que deseo que de vida a la libertad de tu alma..."tenías razón, mami...madre no hay más que una. Ahora lo sé, ahora lo veo, ahora lo siento, pero aún... no me lo creo...".

  



  

viernes, 11 de enero de 2013

Aquí te dejo

  Y ahora que no estás te busco, te llamo y hasta he llegado a echarte de menos. Yo que tanto te negué ya no encuentro la forma de vivir sin ti, la manera de comenzar mis días sin verte a mi lado, sin sentir tu respiración acariciando mi alma.

  Me pregunto si tanto te ignoré para haber conseguido que me olvides; me pregunto si tan intenso fue el dolor que me causaste para haberte alejado a tantos kilómetros de mí... Me pregunto, como siempre, todo aquello que mis propias letras confirman y que en realidad yo misma creé.

  El miedo que dejaste en mi piel ha hecho que me convierta en un imán que, con el polo opuesto, se acerca a quien quiere amar para salir directamente disparado al lado contrario. No hay forma de tocarte, de mirarte, de que me hagas temblar; no sé como aguantaré sin besarte, sin volver a acariciarte...

   Por si el Universo te hace llegar mis palabras no quiero perder la oportunidad de pedirte que vuelvas a mí, que seas capaz de demostrarme lo equivocada que estoy; que no sea más la duda lo que me impida dar ese paso, ese empujón que me devolverá la ilusión por tenerte, por pensarte, por soñarte eternamente.

  Aquí dejo mi corazón abierto para que recuerdes que no está completo sin ti, para que le devuelvas la energía que lo hace moverse y llenar mi cuerpo de deseo, de pasión, de fantasías que sólo sean posibles cuando estés a mi lado. 

  Aquí dejo mis manos para que sean el mejor lugar en el que puedas agarrarte si algún día tropiezas, para que te llenen de calor cuando el frío nos cale el corazón, para que sientas su suavidad recorrer cada centímetro de tu piel, cada milímetro de tu alma.

  Aquí te dejo mi boca para darte siempre de beber, para calmar la sed de tus sueños ayudándote a hacerlos realidad, para besar tus labios mojados y recorrer con los míos tu ser.

  Aquí te dejo la esperanza de que entiendas que tuve miedo, de que sepas que yo jamás te olvidé; el deseo de que levantes su mirada y la hagas colarse dentro de la mía, de que afines su voz y me diga lo que quiero oír.

  Aquí te dejo el sueño de que cuando vuelvas a mí, sea para no volver a salir.

Déjame en paz

  Vuelves a asomarte a mi vida sabiendo que ni siquiera haré el intento de mirarte; ambos lo sabemos, el momento aún no ha llegado, pero te empeñas en disfrazarte de sonrisa, de miradas, de besos y hasta de caricias; de una mentira, de cualquier cosa para poder estar cerca de mí.

  Valoro tu esfuerzo fiel amigo, pero quiero recordarte que todo lo que haces será en vano. No hay forma de dar esquinazo a toda la seguridad que rodea mi corazón; no existe la manera de atravesar esa muralla que  se compone del amor de otros que no eres tú, que no quiero que seas tú.  

   Nadie escapa a ti, ni yo misma lo hago, tú eres el motor de mis días, el sentido de todas las personas con las que hablo, con las que comparto mis sentimientos, con las que también te siento a ti, amor, mi amor. Pero no vas a conseguir que te busque sólo en un sitio, que te vea sólo en una persona, que centre toda mi atención en ti como algo exclusivo que hace sombra a lo demás. No, esta vez no, pues ahora no te necesito así para ser feliz, ahora no te busco sino que te siento, no te añoro sino que te mimo, no espero más de ti, sólo lo que me quieres dar. 

   Esa es la parte de ti con la quiero quedarme, con la que quiero vivir. No me gusta cuando te acercas con tu cara más amable llenando mi vacío con las emociones que me faltan; cunado te plantas delante y me muestras tu parte más dulce, tu cara más bonita, tu corazón más blando. No me gusta porque tras eso siempre vuelve lo mismo: las lágrimas, los reproches, el rencor, el desamor...

   El amor que quieres darme no existe sin el desamor. No es una creencia, es una realidad, una afirmación comprobada año tras año, relación tras relación. Creímos que el desamor era tu mayor enemigo y, sin embargo, el tiempo nos ha hecho comprobar que siempre estuvo ahí. Vinisteis juntos, de la mano, como sentimientos inseparables... Por eso, a ti, amor, sólo me queda decirte que no pierdas tu tiempo conmigo, pues muchos hay que aún creen en ti, demasiados que no conocen tu cara oculta, suficientes a los que aún puedes seducir, mirar y sonreír, a los que incluso llegarás a besar y a acariciar...., pero a mí...a mí no...a mi déjame en paz.

 

 

miércoles, 9 de enero de 2013

Sin vosotros yo no soy

   Perdida en la realidad de vivir en la vida que tanto deseo; perdida en la nostalgia de que no estés junto a mí. Pasan los días y sólo observo que cuanto más aumenta mi felicidad más intensos se hacen los momentos de tristeza por los que debo pasar. Es como si ese punto negro se hiciese cada vez más pequeño pero, a la vez, doliese más a pesar del corto intervalo de tiempo que estoy dentro de él.

  Igual que no puedo creerme que no estés, de la misma forma que no soy capaz de dar ni un paso más cuando vienes a mi mente y me pregunto cuando volverás..., así de intensas son también las sensaciones cuando veo que mis sueños se cumplen, cuando me quedo paralizada al ver que uno de mis ángeles hace de nuevo de las suyas.

  Lo que ocurre cada día envuelve de tranquilidad y estabilidad el dolor que sé que siempre me acompañará; lo que veo al abrir mis ojos me ayuda a seguir viviendo en la creencia de que todo esto es un sueño que convierte en sensato cada minuto absurdo de mis días.

   Leí hace unos años, y seguro que ya os habré contado, que cuando ponemos pasión en alcanzar un sueño no es necesario pensar en el cómo, se trata de centrarnos sólo en lo que deseamos, de volcarnos en esa pasión y anteponerla a lo que sea contrario a ella. 

  Siempre nos planteamos la dificultad de tener aquello que tanto anhelamos dejándolo pasar como un imposible. Gran error. Está comprobado, sólo hay que dedicar todo nuestro esfuerzo a lograrlo; disfrutar cada día de cualquier cosa que hagamos teniendo la certeza de que eso es lo que nos acercará a nuestros fines. No debemos pararnos a pensar en la forma en la que vamos a conseguirlo, pues de eso, os lo puedo asegurar, ya se encarga el Universo.

  Perdida entre el caos de todas las emociones que ahora me invaden siguen bajando ángeles de cielo, sigue habiendo magia en mis días y, lo más impresionante, puedo afirmar que los milagros existen.

  Fui yo la que dijo que el mundo debía cambiar, que los humanos deberíamos recordar que tenemos corazón, que nuestra vida tal como la vivimos no tiene sentido, que habíamos olvidado lo más importante de nuestra existencia: El amor.

 Sí, fui yo y, ¿sabéis qué? ¡¡Me equivoqué!! En sólo un año, gracias al amor de todos los que estáis a mi lado, he conseguido publicar mi libro, tengo la portada más bonita del mundo; me siguen más personas de las que jamás pude imaginar; la presentación fue y será el momento más feliz de toda mi vida; los libros se están vendiendo muy bien; las personas que lo leen me dicen cuánto les encanta.

 Y sí, hay cosas que no han cambiado. Sigo trabajando de camarera, sigo sin tener el tiempo suficiente para dedicarme a escribir; sin llegar a final de mes, sin saber cómo dar otro paso más, ...eso nunca lo sé. Entonces, es cuando me siento al saber que no está en mi mano alcanzar el siguiente peldaño. Toca esperar. Espero. Y, de repente: ¡¡BUM!! Aparece ante mí la solución. De la forma más imposible, de las personas más impensables y de los lugares más alejados...; de alguien que ni siquiera sabes quién es.

  Así de maravillosa es la vida. Cada uno dentro de vuestras posibilidades os acercáis a mí para darme lo que necesito. Cuánto os habré escrito ya para daros las gracias...cuánto deseo no olvidarme nunca de hacerlo; qué poco me parece en comparación con lo que hacéis por mí. Gracias por vuestras palabras, por vuestros ánimos, por recordarme que necesitáis leerme, por gritarme que no deje nunca de escribir, por vuestra paciencia, por vuestras proyecciones sobre mis sueños, por la gran apuesta que hacéis por algo que todavía ni siquiera es todo lo que veis. Sin vosotros yo no existo, sin vosotros yo no soy...

martes, 8 de enero de 2013

Escala de grises

  Al frenarme delante de todas las emociones que ahora golpean en mi mente, ante todas las conversaciones compartidas hoy, ante los consejos que mi amiga me pidió, ante los que di a quien ni siquiera sé si los quería, ante las dudas que el amor siempre me hace plantearme..., puedo ver que, a pesar de negarme a él y apartarlo de mi vida, pase lo que pase nunca podré olvidar lo que se siente al estar enamorada, lo que  ronda tu ser cuando alguien se cuela por tu vida para tocarte constantemente el corazón.

  Por eso, os cuento lo que me dijo mi mejor amiga un día:

  Si aún puedes sentir que su calor te invade cuando la abrazas...

  Si todavía percibes su olor aunque esté a mil kilómetros de distancia...

  Si su fragancia hace que tu cuerpo entero reaccione....

  Si con sólo rozar sus labios tu corazón se acelera...

  Si con sólo tocar su lengua te inunda el deseo...

  Si al mirarla una sonrisa se dibuja en tu cara...

  Si al rozarle sientes que es su corazón lo que acaricias...

  Si no querrías jamás volcar tus besos en otra boca...

  Si te parte el alma imaginar que ella lo hiciese...

  Si te hace reír y te acompaña al llorar...

  Si eres capaz de hacerle feliz...

         ...no lo dudes ni un sólo segundo más: No te alejes.


   El amor, como todo en la vida, tiene un principio y un fin. En ocasiones, nos precipitamos por creer que el fin equivale a romper la relación, en vez de a lo que podría ser el comienzo de un nuevo lazo de unión entre los dos. No nos olvidemos que entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises.













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