martes, 8 de enero de 2013

Escala de grises

  Al frenarme delante de todas las emociones que ahora golpean en mi mente, ante todas las conversaciones compartidas hoy, ante los consejos que mi amiga me pidió, ante los que di a quien ni siquiera sé si los quería, ante las dudas que el amor siempre me hace plantearme..., puedo ver que, a pesar de negarme a él y apartarlo de mi vida, pase lo que pase nunca podré olvidar lo que se siente al estar enamorada, lo que  ronda tu ser cuando alguien se cuela por tu vida para tocarte constantemente el corazón.

  Por eso, os cuento lo que me dijo mi mejor amiga un día:

  Si aún puedes sentir que su calor te invade cuando la abrazas...

  Si todavía percibes su olor aunque esté a mil kilómetros de distancia...

  Si su fragancia hace que tu cuerpo entero reaccione....

  Si con sólo rozar sus labios tu corazón se acelera...

  Si con sólo tocar su lengua te inunda el deseo...

  Si al mirarla una sonrisa se dibuja en tu cara...

  Si al rozarle sientes que es su corazón lo que acaricias...

  Si no querrías jamás volcar tus besos en otra boca...

  Si te parte el alma imaginar que ella lo hiciese...

  Si te hace reír y te acompaña al llorar...

  Si eres capaz de hacerle feliz...

         ...no lo dudes ni un sólo segundo más: No te alejes.


   El amor, como todo en la vida, tiene un principio y un fin. En ocasiones, nos precipitamos por creer que el fin equivale a romper la relación, en vez de a lo que podría ser el comienzo de un nuevo lazo de unión entre los dos. No nos olvidemos que entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises.













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