sábado, 21 de septiembre de 2013

Lo que me parezco a mis gatos

            Aunque pueda parecer ilógico yo tengo mucho de los gatos. En ocasiones no tengo muy claro si mis gatos se parecen a mí o si soy yo la que cada vez tengo más de ellos. Sea como sea, la realidad es que tenemos muchas actitudes en común.

            Curiosidad, ¡no, que no es curiosidad!, son ganas de saber más, desde pequeña me di cuenta de que observando se aprende muchísimo y, además, es mirándolo todo, manteniendo los ojos bien abiertos, como puedes llegar a ver toda esa cantidad de señales que, tan segura estoy, el Universo, Dios, el destino o como queramos llamarlo, nos manda a cada instante y que son las que, casi sin darnos cuenta, nos van marcando el mejor camino para sentir cada día nuestra felicidad.

            En este afán por aprender... la verdad es que nunca me ha dado por subirme a los armarios aunque, durante un tiempo, sí debo reconocer que, al igual que hace mi gata, preferí estar escondida dentro de uno de ellos. Eso sí, una vez que decidí salir ya no hubo más frontera que no pudiese cruzar. No me ha dado por meterme en los cajones, en los huecos de las estanterías, ni dentro de las bolsas del supermercado,... tampoco lo he intentado con la caja de los cereales, pues por lo que veo en mis gatos... no me perece conveniente la postura que hay que adoptar para mis dolencias de la espalda. Pero puestos a subir, he de decir que me gusta subir montañas, subirme a los escenarios y en más una ocasión al día me subo a las nubes a visitar a mis musas... Lo que siento allí arriba pienso que es proporcional a lo que siente mi gato cuando se queda dormido delante de la estufa...si nadie quita el enchufe de la inspiración allí me planto durante horas...y si se cae el mundo...que se caiga...

            Con las personas también soy como ellos. Un vistazo a lo lejos...me acerco sigilosamente, empino mi oreja y si me gusta lo que oigo, un rocecito con el cuello, a ver cómo reaccionan. Que me devuelven el gesto...ahí encima que me planto, que no...media vuelta y a esperar otra oportunidad. No he visto animal más paciente que un gato. No se me ha ocurrido tampoco sentarme a esperar durante una hora a que una cucaracha salga de debajo del sofá, pero os puedo asegurar que he esperado más horas aún para ver a esa persona de la que estaba enamorada... Eso sí...en vez de la uñas...le saco un ramito de flores...

            Dicen que los gatos son seres muy independientes. Esta afirmación la hacen sobre todo esas personas...que nunca han tenido un gato. No sé si es que tenemos conceptos distintos de lo que es la independencia, pero me encantaría que hubieseis podido verme mientras escribía estas letras... Sentada en el sofá con los brazos estirados para poder llegar hasta el portátil que está a casi un metro de mí, porque entre él y yo, mi dulce gatita ha decidido echar su siesta encima de mi barriga mientras sus patas rodean mi cuello...ahí es cuando me pregunto ¡a qué edad se independizan los gatos! En eso nos parecemos...mimosos, cariñosos e incluso pesados y...muy persistentes, ya te puedes poner como te pongas que si esto es lo que quiero esto es lo que acabaré por hacer. Por el contrario, si quiero estar sola, si estoy tumbada a mis anchas con toda la cama para mí, si noto que estás más estresado de la cuenta o que me llamas porque estás aburrido...ni siquiera intentes pronunciar mi nombre, porque será entonces cuando pase olímpicamente de ti. No se trata de independencia, sino de personalidad.

            Y hablando de tener las ideas claras...hay algo en lo que no me parezco a los gatos...al menos a los míos, pues no he tenido el placer de intercambiar maullidos con otros. Mis niños hablan, sí, hablan continuamente y ¡qué me dicen! pues entre otras cosas me piden cerveza...sí, como lo oyen...y además con bastante énfasis...dicen... "maoooo, maooooo, maoooo", y ya, como se duele decir, me duele la boca de repetírselo, que es mejor beber agüita, que el agua es la vida, que hay que estar bien hidratados, pero que puestos a beber...yo lo siento por la maooo...que si me la tengo que beber me la bebo, pero que nunca me gustará tanto como si es la cruz del campo.

            Y para terminar, y ya que mis gatos son de los seres que más gratitud me han mostrado en la vida, no querría en esto ser menos que ellos. Por eso, entre ronroneos por lo a gustito que me siento con vuestro calor, quiero daros las gracias a todos por prestarme atención en esta no tan seria disertación y, por supuesto también, a los jefes de esta maravillosa manada, por hacerme, como siempre, un hueco en este ático tan sumamente confortable  y acogedor.

GRACIAS.

jueves, 5 de septiembre de 2013

Siento...

    En ocasiones son tantas las emociones que recibimos durante el día que ni el silencio de la noche es capaz de convertirlas en poesía...
 
    Siento la contradicción de los sentimientos que se agolpan ante el miedo de una nueva vida que termina siendo tan sólo la continuación de todo aquello que me negué a vivir, por qué no, a reconocer...
 
   Siento la emoción del reencuentro que me lleva a unirme a esas almas que encienden la mía, que dan sentido a lo que aparentemente no lo tiene. Una sonrisa, ese abrazo..., todas las risas y situaciones que el Universo nos permite compartir. Bendita sea mi familia, mis amigos y las personas que se cruzan unos instantes para devolvernos la capacidad de volar a mundos desconocidos para los que no se atreven a soñar...que son tan apacibles para los que tenemos la gran necesidad de amar...
 
    Siento la música como una enorme fuente de inspiración que tantos artistas, almas libres y con enormes voces, nos regalan para que demos un nuevo aire a todo aquello que se estanca a nuestro alrededor, que nos frena sin saber por qué...; bastan dos notas para llenar de nuevas ilusiones los corazones rotos, para hacer florecer todo aquello que tan muerto había quedado. Renaciendo siempre ante las maravillas que la vida nos brinda...
 
    Siento la brisa de un mar que no es sólo mío, pero mío lo siento en cada vaivén de sus olas, que desprende toda la magia en su afán por alcanzar la tierra que otros tenemos la suerte de pisar, de explorar, de sentir bajo unos pies que sólo buscan un lugar donde poder sentarse a descansar...
 
    Siento que la vida me da un respiro invitándome a llorar por amor, a reír por el dolor que las sonrisas de otros nos hacen olvidar, a volar sin pensar en lo que el mañana nos puede deparar...
 
    Y si siento es porque tú existes, porque tu felicidad provoca la mía, porque tu inspiración hace que la mía fluya sin más, porque tus sueños no son más que los sueños de todos aquellos que buscamos un sentido para no dejar de respirar, para caminar sin más, para soportar las tempestades, disfrutar de cada segundo como el mejor de los regalos, como la más bella ilusión que nos enfrenta a días llenos de incertidumbre, de sorpresas que nunca dejan nuestros labios sellados, que jamás dejarán descansar a nuestras almas...; almas libres que sólo buscan sentir lo que tú sientes, lo que tú anhelas, lo que deseas e imploras como un paso más en este difícil camino que tan sólo es la sombra de los sueños que el aire dejó al pasar; sólo tú, solo yo, nosotros...somos los dueños de todas estas vidas que se entrelazan de la forma más perfecta, más adecuada para dar un sustento a los sueños que sueños son, que realidades serán, que nuestra forma de vivir serán...

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