lunes, 24 de octubre de 2016

Me gusta



Me gusta cuando la realidad supera la ficción; esos días en los que todo lo que puede salir bien, sale a la perfección; la sensación de paz que envuelve al alma cuando nada nos llega a preocupar; momentos inesperados que siguen dándonos motivos para soñar. 

Me gusta esperar de aquellos a quienes educo lo que estoy segura que pueden dar. La satisfacción de ver en sus rostros la alegría de otro logro alcanzado; la impotencia transformada en el empeño de saber que no hay nada que no puedan superar.

Me gusta sentir el apoyo de quienes tienen la obligación de estar, de servir de guías a los que aún no saben por dónde caminar; corazones que decidieron ser padres para contribuir al mundo con mucho más que otra boca a la que no saber de qué alimentar.

Me gusta ponerme un reto sabiendo que no voy a desistir; pero más aún darme cuenta de que no hay nada que tan sólo dependa de mí. Cuando luchamos por otros, habrá muchos más que estén dispuestos a batallar, a poner ese granito de arena que haga del oasis un precioso mar.

Me gusta decepcionarme para observar la otra cara de mis sueños, de todo lo que nadie me podrá robar. Caer a lo más hondo para que otras manos levanten las esperanzas que nunca debemos dejar atrás; creer que no hay más que lo vemos para que un día nos regalen la mirada de aquellos a los que olvidamos valorar.

Me gusta cuando al hablar del trabajo sólo encuentro el camino de mi tranquilidad. Puedo desesperar cuando mis pequeños seres de luz no me quieren escuchar, pero no puedo dejar de sentir todo el amor que, a pesar de eso, siempre me dan. No son oídos sordos quienes prefieren jugar a escuchar, sino almas libres que aún tienen la capacidad para elegir de qué manera aprenderán.

Me gusta seguir adelante aunque el camino pierda el sentido, dejándome sorprender por lo inesperado de cada sonido, imagen o hecho que el Universo me trae a través de sus hilos. Encontrándome con corazones que quieren amar lo que amo, que sienten la fe que les entrego, que esperan a mi lado un nuevo reto.

Me gusta remover mi alma insatisfecha por la negatividad de quien dejó de creer en la bondad, la ilusión y las ganas de avanzar; pues esa es la empinada cuesta, donde toda mi positividad sale a contagiar a los que me intentan frenar, esos que rompen mi sueño de ayudarlos a mejorar, a los que olvidaron que un día también supieron soñar. Y es entonces cuando todos los que anhelamos lo mismo, salimos de nuestras cuevas para comprobar que juntos podemos descubrir la maravilla que entre las sombras ya pudimos intuir, los milagros por los que en días como hoy nos alegramos de vivir...

Me gusta cuando la realidad supera la ficción; esos días en los que todo lo que puede salir bien, sale a la perfección...


☯ Sonia Brúnar ☯

Esponjas



En muchas casas, los adultos conviven con pequeñas esponjas. Todas éstas son tiernas, buenas, con gran inteligencia y muy dulces. Su forma, tamaño y evolución vienen determinados, en la base, por factores genéticos; sin embargo, al pasar de los días, meses y, sobre todo años, van siendo modificadas por todo lo que van absorbiendo.

Su fuente de alimentación puede ser cualquier estímulo externo, pero lo que más marcará su carácter son las personas con las que se rodean. Algunos piensan, erróneamente, que sus amigos podrán influir fuertemente en ellas, otros que es la escuela la que marcará la diferencia, pero la realidad, es que son los padres (o educadores) los únicos capaces de hacer de ellas lo que acabarán siendo.

Desde el primer momento, nuestras esponjas recogen toda la información que les damos, consciente o inconscientemente. No importa que no nos estemos dirigiendo a ellas, pues, de la misma forma, estarán siempre atentas, captando nuestros gestos, nuestra forma de comunicarnos. Aprenderán a dirigirse a los demás, a solucionar los conflictos y a vivir...en función de cómo perciban que nosotros lo hacemos.

Existen excepciones que, como es natural, confirman esta regla, pero no debemos pensar que nuestro caso es una de ellas, ya que esto tan sólo puede llevarnos al error de creer que no tenemos la gran obligación de hacer de estos seres los mejores para el mundo. No debemos dejar en manos del Universo los hilos que mueven a nuestros propios hijos, pues si alguien tomó la decisión de darles la vida, también optó por ocuparse de ellos para siempre.

Si somos felices ellos lo serán, si tratamos bien a los demás harán lo mismo; si por el contrario vivimos amargados y en constante conflicto con el mundo, no habrá amigos, ni centro escolar que lo pueda solucionar. Si nos deshacemos de nuestra responsabilidad como padres, no esperemos que ellos lleven a cabo la suya como hijos; si no tenemos tiempo para lo más importante, ellos tampoco lo tendrán para nosotros más tarde. 

Conozco niños agresivos cuyos padres me hablan sin respeto, otros buenos que vienen de la mano de grandes personas; niños que no saben donde están porque sus padres no saben darles su lugar, algunos inteligentes cuyos familiares cambian las riñas por explicaciones; niños absorbentes que no tienen a nadie que los estimulen, demasiados que hablan de otros porque oyen a sus madres criticar; por suerte, veo a muchos dispuestos siempre a ayudar porque no conocen otra manera de caminar; tantas situaciones como familias hay... Pero lo importante, es no olvidar precisamente que estas esponjitas, son tan sólo niños, sin maldad ni conciencia del valor de las cosas; que estos niños, no son más que eso, enormes esponjitas dispuestas a aprender todo lo que sus padres les quieran ofrecer. 

Lo que veo a mi alrededor, es que no hay niños mal educados, sino padres que no han comprendido el valor de su educación.



☯ Sonia Brúnar ☯

domingo, 23 de octubre de 2016

Contrato


Despido suspiros al dejar de mirar la foto que me recuerda quién eras, que estabas, cuánto te extrañaba...

Despido sonrisas que, a veces, se esconden ante el desconsuelo de un adiós interminable, que quema, que duele, que no quiero que hable...

Despido canciones que te veo silbar sin acierto, que tarareas para tus adentros, que no es posible que se lleve el viento...

Despido miradas, abrazos, caricias y cientos de gestos que dejaron de ser tuyos, que otros quieren darme sin ti, que nadie puede hacerme revivir...

Despido llamadas..., pues no son de nadie, no dicen nada, no hay más que contar, que decir, que compartir...

Despido a la lluvia que dejó de mojar, al sol que no sabe calentar, al Universo y sus hilos por no dejarme avanzar...

Despido tristeza si siento tus besos, lágrimas si noto tu aliento, esperanzas cuando miro otros ojos abiertos...

Despido todo lo que no me hace sonreír por si acaso puedes sentirme feliz, por si tu voz no es el murmullo del silencio, ni tu calor ese cuento que me invento...

Despido lo malo para poder hacer un contrato con todo lo bueno...

Contrato recuerdos al poder ver tu cara, la que está grabada en mi mente, la que vive, me acompaña, la que siempre está...

Contrato las carcajadas que tu olor me trae, disfrazadas de puentes, senderos y mundos enteros...

Contrato la música que tu corazón me enseñó, la que late, se mueve, revuelve cada detalle, hace posible mis avances...

Contrato otros cuerpo que me traen sentimientos, nunca iguales, pero siempre intensos...

Contrato al Universo, con nuevos y renovados hilos, con sus astros para marcar el camino, con sus aguas para no morir de sed; contrato su nubes para no desaparecer en la claridad, su luna para brillar en la oscuridad; contrato lo que vale y lo que no, lo que pido y lo que no entiendo, lo que va y lo que viene, lo que soy y todo lo que aún no tengo.

Contrato mi felicidad, desde siempre, por ahora y para toda la eternidad...



☯ Sonia Brúnar ☯

Polémicas



Hoy en día todo se convierte en polémica. Tres días llevo debatiendo por Face, con una amiga, el tema del veganismo que, dicho sea de paso, he descubierto que es un término que no recoge nuestro diccionario, sino que se deriva de la palabra inglesa "veganism" (de todo se aprende aunque no queramos). 

La cuestión es que cada día me encuentro con cientos de polémicas. Dejé de ver la televisión para no enterarme de ciertas cosas, a mi entender sin sentido, por las que nuestra sociedad se sofoca tanto. Tenemos la política, siempre presente en nuestras conversaciones, la famosa crisis que aunque nunca ha existido todos hemos padecido, el fútbol, los dilemas laborales, y todos y cada uno de los pensamientos que, como seres independientes, vamos creando en base a nuestras experiencias personales.

Es aquí donde encontramos el kit de esta cuestión. Qué más da que yo sea de izquierda y algunos de mis seres queridos no; qué importa que yo coma carne y mi amiga no; qué sentido tiene discutir porque para mí tu realidad no es la mía; por qué querer imponer a otros lo que nosotros sentimos, si ellos son otra persona y jamás podrán sentir igual...

Vamos a dejar de polemizar por todo, de ver programas donde las discusiones son el foco de atención, pues esos son los malos ejemplos que estamos siguiendo. Creemos que porque haya personas ganándose la vida por cuestionar la de otros, nosotros podemos permitirnos ese lujo diariamente. La televisión nos enfrenta porque un pueblo enfrentado entre sí jamás se unirá para derrocar a un mal gobernador. No es más.

Al final, cada uno con su verdad lucha por combatir con algo que sólo puede vencerse desde la unión de todos nuestros corazones; pues, partiendo de la base, si hubiese un gobernador justo no tendríamos que cuestionarnos entre todos si lo es; si no se maltratase a los animales para aumentar las riquezas de unos pocos, no habría por qué discutir por su consumo; si no hubiese guerra no tendríamos que pensar si ayudar a sus víctimas...y así hasta la eternidad. Si luchásemos contra quienes crean los problemas y no contra nosotros mismos no habría razón para polemizar.

Y, estando donde nos encontramos, yo me pregunto por qué hay que convencer a otros para que luchen por nuestros ideales si cada cual tiene los suyos. No pueden tener los mismos intereses las personas nacidas en países diferentes, en pueblos distintos, en familias tan dispares. Cada cual, en función de su historia de vida y sus necesidades, elegirá el camino que para él o ella sea más fructífero en su crecimiento personal y emocional; será en ese sendero en el que se encuentre con personas afines a sus sentimientos, por lo que ya no habrá que polemizar, tan sólo dialogar para poder aprender e ir avanzando cada día por la consecución de las pasiones comunes. No estamos solos, siempre hay alguien dispuesto a dar su vida por lo mismo que tú.

Si es cuestión de modificar el rumbo, cambiemos las polémicas por todos los sueños que, en cada uno de nosotros, pueden llegar a cambiar el mundo.


☯ Sonia Brúnar ☯

Mi suerte



Hoy caminaba regocijándome en mi suerte. Esa suerte que aprendí a crear no hace tanto tiempo, pero que, cada vez más, manejo como si de un divertido juego se tratase. La vida me ha mostrado lo mágica que puede llegar a ser, los milagros que es capaz de mostrar, los sueños que nos puede cumplir.

Para ser felices basta con enfocar con toda nuestra energía lo que queremos, todo aquello que sabemos ser, lo que queremos entregar al mundo. Cuando encuentras tu propio rumbo todo alrededor se presenta como increíbles regalos en cada paso que das. Hay que reconocer quiénes somos para que así el Universo pueda mover sus hilos y entregarnos todo lo necesario para poder desarrollarnos como tales.

Parce difícil, para muchos imposible, pero yo me pregunto ¿qué perdemos en intentarlo? Eso fue lo que yo hice, lo intenté y, poco a poco, el mundo se fue abriendo ante mis ojos, como si cada cosa que pasase a mi alrededor estuviese puesta ahí tan sólo para mí. Las relaciones personales, el mundo laboral y los sueños fluyen ahora en un aura constante de armonía y felicidad.

La clave es tan sólo sonreír a todo lo que nos llega, sea agradable o menos deseado, sea lo que esperábamos o justo lo contrario. Si tenemos claro lo que queremos, todas y cada una de las cosas que acontecen en nuestras vidas serán un paso más para conseguirlo, lo entendamos o no en ese momento. Debemos tener siempre claro qué queremos ser, hacer, alcanzar, compartir y amar y el Universo se encargará de mostrarnos el cómo, de darnos las llaves necesarias para abrir las puertas que nos conducirán, en cada situación, a lo que nos hace vibrar el alma emoción.

Hoy, dentro de mi entusiasmo alguien dijo: "qué suerte tienes, yo también tuve ese sueño, pero a mí ya se me ha pasado el arroz...". Me entristecí en su comentario, pues no creo que tuviese más de cuarenta años. Si todo va bien puede quedarle por vivir más de media vida y...aún así piensa que ya es tarde para ser feliz. No se consiguen los sueños esperando que lleguen al sofá. Hay que salir cada día y disfrutar de lo que las calles nos muestran, lo que la gente nos ofrece y de todo lo que somos capaces de entregarles. Existen señales para continuar con nuestros sueños en cada paso que damos. Yo puedo ser sólo una casualidad en la vida de esa mujer; sin embargo, podría ser también esos minutos que le hagan cambiar de opinión, que le recuerden mis palabras de aliento y finalmente se decida a cumplir sus ilusiones. Ya existen paquetes de arroz que nunca se pasan...

Nadie es responsable de nuestras vidas. Sólo nosotros tenemos la libertad completa para comprender quiénes somos y qué queremos hacer con esta maravillosa oportunidad que se nos ha dado para vivir. Desde hace tiempo y hasta hoy no sé hacer otra cosa que no sea sonreír, soñar, disfrutar y ser feliz...

Piénsalo y no esperes más... ¿Qué sueños quieres alcanzar?


☯ Sonia Brúnar ☯

No fue ayer



Escuché muchas veces, cuando era pequeña, decir a los mayores la frase "parece que fue ayer cuando..."; tardé muy poco en saber lo que significaba. Los años pasan tan rápidos que a veces dan ganas de pulsar la tecla de "pausa", sin embargo, cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que no es posible. Podemos revivir los momentos e incluso sentirlos, pero jamás podremos volver a estar allí.

La cuestión es que, al principio, sí que me parecía ser ayer cuando jugaba con mi hermano en la calle y nos tirábamos por todas las cuestas posibles con los patines; cuando mi madre me despertaba para irnos a tomar una "tapita" los sábados a medio día; cuando papá nos llevaba a la playa; o mis tíos y mi abuela nos hacían disfrutar de todos los segundos a su lado. Si bien, no es eso lo que siento ahora.

Hace unos días volví a recordar mi infancia y ahora no puedo decir que me parezca que fue ayer. Lo siento con la misma intensidad y nostalgia, con la misma añoranza y felicidad, pero en mi interior siento que han pasado muchos años. Ha sido así. El tiempo ha pasado y es tan largo su recorrido que ni siquiera puedo reconocerme en esa niña. He crecido. No sólo mi cuerpo es mayor, sino también mi alma. Hoy, nada es como ayer.

De pequeña tuve tantas dudas sobre la vida que, durante unos años, pensé que no sería capaz de vivir con todas ellas, que no encontraría la forma de darles respuesta y que tendría que dejar la felicidad para la siguiente oportunidad que la eternidad me diese. A pesar de esto, un día sentí que tenía que seguir, que más adelante encontraría la solución de todas las incógnitas y, milagrosamente, así fue.

Hay cosas del ayer que desearía volver a revivir, pero mi hoy no lo cambio por nada. Porque todos los ayeres se han convertido en lo que soy, en lo que poseo, en lo que siento. Nada de lo vivido ha sido en vano y, precisamente por eso, mi misión es mirar hacia delante, hacia todo lo que aún me queda por conocer, dejando que mi presente sea ese recuerdo de "como si fuese ayer" y, con el tiempo, "ese momento que jamás recuperaré".

Ahora que no somos, en apariencia, tan niños, sigamos disfrutando como cuando lo éramos, en el peor de los caso, como nos hubiese gustado que fuese. Cada día en el que nos despertamos es un nuevo regalo que la vida nos hace para ser más felices de lo que lo fuimos ayer, mucho menos de lo que lo seremos mañana; así, cuando nuestra vida avance, recordemos que no fue ayer, sino que es hoy cuando tenemos la oportunidad de seguir viendo cómo los hilos del Universo hacen de toda nuestra vida la mejor época vivida.

No fue ayer, sino hoy cuando tenemos la oportunidad de creer...


☯ Sonia Brúnar ☯

Otro folio en blanco




Otro folio que mis manos deciden escribir para estar unos minutos dentro de ti, rozando tu alma, escuchando el latir de tu corazón. Es allí donde surge mi inspiración. No hay escritores sin lectores que los hagan existir, no hay aprendizajes importantes si no los quieres compartir.

Otro folio en blanco, no es el primero, deseo que no sea el último. Cada página es un paso más en la vida de quien decide escribirla, de quien tiene el valor para pararse a observar día a día su realidad.

Otro folio vacío. Me gusta llenarlo de experiencias, de momentos sentidos, tanto buenos como mejores. No hay nada que no tenga una razón de ser, ningún hecho que no sirva para evolucionar nuestro ser.

Otra página que no es nada por sí sola y es el libro de toda una vida cuando la unes con las vividas. Por qué dejar en blanco lo que tan lleno de colores está; por qué esconder lo que tantas personas necesitan leer, por qué guardar el secreto que nos conducirá a la prosperidad.

Cada página en blanco es una nueva oportunidad para escribir nuestro camino de felicidad, de lo que deseamos tener, lo que sentimos como nuestro, que lo será si no perdemos la fe. No se trata de rezar por lo que no tenemos, sino de emprender el viaje con todo lo que ya sabemos. 

Somos poseedores de tantas cosas que olvidamos el valor de lo importante, de lo que sirve, de lo que puede hacernos felices. Movamos los hilos del Universo para que nuestros sueños sean más que coches y mansiones, para que nuestras pasiones nos nazcan del alma, para que nuestras metas tengan como camino el corazón.

De esta forma, cada uno de vuestros folios se irá llenando de bellos paisajes que poder visitar, de tantos sentimientos que no podrás evitar llorar, de días llenos de sueños y noches repletas de luz; podremos inmortalizar cada regalo que la vida nos hace, cada decepción que nos enseña qué es el valor, todas y cada una de las sorpresas que nos recuerdan que todo tiene su recompensa...

Te regalo un folio en blanco, llénalo de sueños, ilusiones y mucho empeño; te regalo un folio en blanco...la mejor oportunidad de hacer de tu vida un mundo lleno de felicidad.


☯ Sonia Brúnar ☯

Escribirte



Quería escribirte, es lo que más me gusta hacer. Qué puedo entregarte que sea más sincero que mis letras; que lleve más amor que cada una de las frases que el pensarte hace nacer en mí. Fuiste la que dio luz a mi vida y ahora decides ser también el rayo que ilumina a mis musas. 

Quería escribirte, decirte que estoy bien, que no me nubla los ojos el no poder mirarte, que no me tiembla el corazón por no poder tocarte, que al fin he comprendido que esto no es más que lo que tu ser decidió hacer; sin embargo, te mentiría al decir que no sigo teniendo la esperanza de despertarme un día para darme cuenta de que todo fue un mal sueño, que perdí en él lo que aún conservo en mi realidad y que...al cruzar la puerta me estarás esperando detrás.

Quería escribirte para que sepas que no he dejado de pensar en ti. Los que nos rodean nos miran como si nada hubiese cambiado, como si las dudas se hubiesen resuelto, como si tu nombre no siguiese en nuestros labios, tu olor por nuestro cuerpo. Pasan los años y el mundo cree que puede dejar atrás lo que siempre estará dentro. Los sentimientos no se desechan como si fuesen algo material que poder tirar; vivirán en un rincón de nuestra alma y, pase el tiempo que pase, le dediquemos más o menos pensamientos, siempre estarán presentes en uno u otro detalle de los miles que el día nos regala.

Quería escribirte para contarte que no he olvidado nada de lo que me enseñaste. Tengo en mi corazón todos los consejos que cada día me siguen ayudando, que son sólo de tu boca, del amor que un día me regalaste. Los grito al viento y sé que te gustará saber lo bonito que resulta que otros los tomen como suyos; sin estar, llegas a ser incluso en personas que no te conocieron.

Quería escribirte para decirte que los hilos del Universo se han movido para mostrarme que soy la persona a la que un día enseñaste a volar; que a cada paso hago de los sueños la mejor manera de despertar; que cuido a todos los que me cuidan y a los que no lo harán jamás; que tu viaje es tan sólo el comienzo del mío, de lo que aún nos queda por compartir, por ver, por sentir; para que sepas que a pesar de mi lamento he aprendido a sonreírle a la vida, a dejar pasar las preguntas que quedaron sin respuestas, a llamarte sin necesidad de ponerme a temblar, a hablarte sin importar si me escucharás, a amarte aún sabiendo que no volverás... Quería escribirte, pero no encontré el valor para asumir que, esta vez, no me contestarás...


☯ Sonia Brúnar ☯

Si te vas


Si te vas no intentes explicarme los motivos, no quieras cargarme la culpa, no pienses que voy a abrirte la puerta. No te daré la bendición que esperas si es sólo tuyo el camino que te aleja.

Si te vas no te acerques para despedirte, no dejes caer tus lágrimas, no hagas mío el vacío que te llevas. Si los días te hicieron tomar esa decisión, ten el valor de hacerlo con tus alas, con tu propia alma, con todas las consecuencias de quien hace esa elección.

Yo me quedo, pues aquí conservo tu olor, nuestras ilusiones que en mí aún siguen despiertas, los adornos que fuimos añadiendo cada día a nuestro amor, haciéndolo más brillante, más sencillo, más puro. Yo me quedo, porque no sé cómo será la vida sin ti, porque no quiero averiguarlo y porque la única duda que me ha robado el sueño ha sido cómo hacer para que no llegase este momento.

Me quedo con todo mi empeño puesto en tus labios, con todas las poesías que tus carcajadas me inspiraron, con cada meta que juntos alcanzamos; me quedo con los castillos que dibujamos bajo la lluvia y las pasiones que nos vieron sudar bajo el sol; con tus bromas sin gracia y tus dramas llenos de ironía. 

Si haces las maletas, no dejes fuera todos los besos que te di, los abrazos que me arrastraron hasta ti, las noches que pasé sin dormir. Si te vas, si cruzas la puerta de lo que esperas que sea tu libertad, carga a tu espalda la verdad, no te engañes para no mirar atrás...

Si te vas, no debes preocuparte por lo que dejas marchar; antes de que nos demos cuenta levantaremos nuevos sueños, mejores sonrisas y cientos de motivos para ser felices. El Universo moverá sus hilos para mostrarnos que no es necesaria la unión de quienes dejaron de amarse, pues para sentir el amor ya nos basta con todo lo que siente nuestro propio corazón.

Si te vas, yo me quedo...me quedo con la certeza de saber y sentir que siempre, y pase lo que pase, seguiré junto a mí...

☯ Sonia Brúnar ☯

Ser libre


Hoy, por primera vez he sentido el amor. Hace años me fui de un país que tan sólo me proporcionaba la esperanza de salir de él; ahora me encuentro en otro que no me devuelve los sueños que desde pequeña tuve, pues tristemente he descubierto que dejar mi pueblo atrás no significa abandonar sus costumbres. 

Vivo atada a un hombre que tiene su papel en mi vida, que me dice lo que debo ser y hacer en la suya. Creo amarle, pero no sé si lo hago. Como os digo, hasta hoy no había sentido ese cosquilleo dentro de mí y...no fue con él.

Iba escondida tras mi hiyab, eso que en este lugar es tan sólo un gran pañuelo que nos priva de nosotras mismas. Envidio a las mujeres que se miran en los escaparates, a las que van a comprarse ropa y a aquellas que les gusta vestir con lo más corto que encuentran. Estaba sentada en un asiento del metro cuando entraron dos mujeres de la mano. Me sorprendió no sorprenderme; cada día que pasa valoro mucho más todo gesto de libertad; nada me asusta, he descubierto que las que seguimos escondidas lo hacemos porque así lo decidimos y, ante esto, no me queda más que alegrarme de cruzarme con personas que desafían las leyes de su propia sociedad.

Una de ellas se apoyó en la pared del vagón, la otra, fijando bien la seguridad de ambas, se plantó lo más cerca posible de ella, haciendo que el vaivén de la máquina sólo las llevase a estar más unidas. El camino hacia su destino lo pasaron entre risas. No eran carcajadas comunes; a mí no me lo parecieron. La morena iba haciendo disparatadas poesías con las palabras que su amada pelirroja le iba proporcionando. Cuanto más recitaba una, más reía la otra, cuanto más movimientos tenía el metro más besos tenían la oportunidad de darse.

Nunca había mirado con tanto descaro a nadie, pero no pude evitarlo. Estaban enamoradas y en su mundo el resto no existíamos. Giraron la cara un par de veces; sé que pudieron verme con lágrimas en la sonrisa más sincera que jamás he experimentado y sé también que no les molestaban mis ojos posados en sus gestos; quise creer que incluso disfrutaban compartiendo conmigo ese mágico momento.

Los hilos del Universo quisieron que fuese testigo de todo aquello con lo que un día soñé; ha querido hacerme ver que existe, que no lo inventé. En todos esos minutos no tuve envidia de ellas como del resto, tan sólo sentí el amor, el más puro y verdadero amor. Dudo mucho que eso pueda ser algo malo ante Dios; estoy segura de que nadie podría negar lo que mis ojos vieron, lo que mi corazón sintió, lo que mi alma atrapó para siempre.

Hoy he sentido el amor verdadero, y no está más lejos de lo que oculta mi pañuelo, no está más cerca de allí hasta donde soy capaz de llegar. Hoy...desnudo mi alma y salgo al mundo buscando un corazón capaz de vestir todo lo que desde hoy...tan sólo dependerá de mí.

☯ Sonia Brúnar ☯

Malas rachas



Siempre oímos hablar de las "malas rachas" en las relaciones de pareja. No entiendo el término, a pesar de haberlas experimentado, pues voy comprobando que lo único que hacemos asumiendo esos momentos como simples rachas pasajeras, es alargar una relación que nos mantendrá en vilo durante demasiado tiempo.

Así dicho puede parecer extremista, pero en realidad son estas épocas las que nos van haciendo perder el amor que un día nos unió a esa persona. Cada mal trago que pasamos, poniendo normalmente como excusa factores externos, es tan sólo un paso hacia el mundo de quienes llevamos de la mano. Allí será donde nos topemos con algo que desconocíamos de su ser, que no esperábamos o que, por el contrario, creíamos tener y acaba apareciendo como una nueva ilusión vacía.

Todas las relaciones pasan por esto; todos nos dejamos ver cada día algo más. Cada beso, cada abrazo, cada sueño nos hace relajarnos y sentir que el amor que nos une es tan grande que no tenemos que seguir ganando guerras para que se nos vea siempre valientes y fuertes. Empezamos a mostrarnos como somos; nuestros sentimientos más profundos y con ellos, también los miedos y dudas, los sueños que no compartimos y las fantasías que celosamente guardamos. Nos derrumbamos y caemos esperando que sea su aliento el que nos ayude a mantenernos en pie; damos, pero también deseamos tener. La convivencia, la rutina o la llama que se va apagando por creernos con el poder eterno del fuego... No, nunca habrá llama si olvidamos que ella depende de nosotros mismos.

Así, los que se dejan arrastrar por el conformismo miran a otro lado refugiándose en la famosa "teoría de las malas rachas"...; la del año, la de los tres, la de los cinco, y, finalmente, la certeza de que es mejor quedarnos con lo que tenemos "después de todo lo superado" en vez de dar un zapatazo que haga las maletas del corazón para poder dejar en libertad a dos almas que caminan encarceladas. 

En contraposición, los que sienten que el amor del primer día continúa teniendo, a pesar de todo, la misma luz, se paran en seco y cambian la "mala racha" por un mal segundo, por un instante de luz negra que el Universo nos envía a través de sus hilos para que podamos demostrarle que estamos dispuestos a luchar por nuestros sueños, por nuestro Amor... Si tan sólo hace falta un segundo para equivocarnos, no es tan siquiera eso lo necesario para rectificar, para recuperarlo en cada minuto que dedicamos a escuchar al otro, a comprenderlo y ponernos en su lugar; a valorar, por encima de todo, si el hecho que nos está enfrentando merece más la pena que los besos que nos podríamos estar dando.

Pasan los meses e increíblemente con ellos los años; no puedo decir que ame ciegamente, pues puedo reconocer en esta nueva alma todo lo que otros consideran defectos, todo lo que el mundo entiende como perfecto; sin embargo, yo sólo veo la única sonrisa capaz de rozarme el alma, los únicos ojos que han sabido hablar a mi corazón, la única persona de la que no me cuestiono lo que hace, por qué lo hace o qué espera de mí, tan sólo...lo qué es capaz de hacerme sentir. 

El Amor verdadero no se compone de montañas rusas que suben y bajan, en él todo puede elevarnos a lo más alto sin tener que despegar los pies del suelo; no está lleno de dolorosas peleas encubiertas con falsas reconciliaciones, rencores y yagas que nunca sanarán; no se forja de reproches y lágrimas, sino de caricias y carcajadas; y lo mejor, es que no tiene yin para su yang, pues el único mal que posee, es el error de no saber aprovechar el regalo que nos brinda la vida al permitirnos experimentar...lo bello que es AMAR.


☯ Sonia Brúnar ☯

Tazas de recuerdos



Dicen que el pasado es el tiempo que no se puede recuperar, que no volverá por mucho que lo evoquemos, lo soñemos o anhelemos. Lo ideal es centrarnos en el presente, en lo que tenemos cada día y, en todo caso, enfocar bien las ilusiones para que el futuro sea el mejor regalo del que disfrutar.

Es cierto; hay momentos que no volveremos a vivir, personas que no volveremos a ver; es duro saber que siempre tendremos abrazos de sobra destinados a quienes se fueron, llenos del amor que nos dieron y que, sin darnos cuenta, se van convirtiendo en el refugio, como hace años, de todos nuestros miedos, de los secretos más íntimos, de las lágrimas no compartidas...

No puedo, a pesar de esto, de su verdad y del dolor que me produce recrearme en su realidad, decir que no merezca la pena volver, de vez en cuando, la vista atrás. Creo que, en demasiadas ocasiones, es la pena, que el vacío nos trae, lo que nos impide disfrutar de los momentos con los que la vida nos reencuentra.

Si permanecemos abiertos a lo que el Universo, al mover sus hilos, quiere regalarnos, podremos revivir, no sólo situaciones, recuerdos, rostros o lugares, sino, algo mucho mejor...sentimientos. Lo mejor del ayer es todo lo bueno que sentimos en él, lo que nos hizo felices y que, por muchos años que pasen, nos hará tener la misma sensación en nuestro interior.

Hace unos días comencé un viaje hacia ninguna parte. La recompensa de no poner límites a tu alma es que puede sorprenderte con cientos de parajes que no pensaste visitar. A mitad de camino tuve que hacer un alto. Bendito momento en el que los astros se alinearon para colocarme justo en el punto en el que encontraría mis "tazas de recuerdos". Tazas que olvidé hace tanto que, de no haberlas visto de nuevo, no habría sido capaz de recordarlas. No sé cómo es posible que a tanta distancia, en mundos tan aparentemente diferentes, haya encontrado algo que un día creí sólo nuestro, sencillamente, por no haberlo visto en ningún otro lugar, que, para mí y mi hermano eran, sin más, nuestras tazas para desayunar.

Al tenerlas otra vez frente a mi mirada, he encontrado la luz de quien, durante más días de los que acierto a contar, se levantó para darles sentido en cada uno de mis despertares; tazas que estaban llenas de mucho más que migajas de pan duro, que mojaban mis mejores sonrisas con la leche más cálida, con el amor más puro; tazas que me traen sus ojos siempre atentos a nuestro bienestar, sus manos siempre dispuestas a cogernos antes de tropezar, sus labios posados en nuestra suave cara, en cada paso que dábamos, en los que inevitablemente caíamos y tras los que, sin saberlo, ella siempre nos iba a esperar.

Mis tazas son mucho más que un trozo de cerámica decorado con colores, dibujado con animales de los que, por aquel entonces, no conocía ni sus nombres; mis tazas son el regalo más bello que en estos días he recibido, las emociones más intensas que creí que había perdido y, sobre todo, la prueba de que, vaya a donde vaya, siempre habrá ángeles dispuestos a hacer de cada uno de sus bellos gestos un nuevo sueño de mi alma hecho realidad.

Puedo afirmar que no hubo ni habrán mejores sabores para mi paladar que el que estas tazas de cariño supieron entregarnos sintiéndonos aún niños. Puedo asegurar y aseguro que no es casualidad todo lo que la vida nos hace recordar. Hoy me bebo el olvido de mis tazas, esas que ahora estarán dando vida a mis recuerdos cada día; pues aunque todos llegaremos a morir, el amor que se sintió de verdad, no será nunca nada de todo aquello que llegaremos a olvidar...


☯ Sonia Brúnar ☯

sábado, 8 de octubre de 2016

Otro puente



Cada semana me siento delante de este blanco lienzo que pide ser acariciado por mi alma; cada día me pregunto qué será lo que la haga vibrar para poder hablaros de esos mágicos hilos que dan sentido al Universo; cada vez que creo que no existirá un buen tema para escribir, algo me hace sentir la necesidad de sacar lo que, por diversas causas, me remueve por dentro.

Es bonito cuando los motivos que me llenan son positivos; lecciones suaves que la vida nos va dejando a cada paso, nos hacen temblar de emoción y nos dan un fuerte empujón por el camino de nuestros sueños. Es triste cuando, como hoy, no siento mariposas en el estómago, sino el reflejo de todo lo que otros sienten al encontrarse en sus vidas vacías y sin sentido.

Intento llegar a otros corazones compartiendo todo aquello que me hace feliz, que me ha servido para avanzar, para dejar atrás lo que no sirve, lo que nos deja estancados en muelles que no tienen un mar para poder atracar. Sin embargo, a veces hay que resignarse y seguir adelante sabiendo que muchos deciden quedarse varados, sin ver la ilusión que sus propios ojos reflejan de sus corazones, dedicándose, como si no fuese grave, a dejar que sus almas mueran de oscuridad en un lugar donde mirar y criticar al resto es el sueño de cada despertar.

Siempre habrá personas dispuestas a romper los hilos que nos están elevando al éxito, al confort de todo lo que anhelamos, por lo que cada día luchamos; siempre existirán comentarios que, sin querer ser más que un absurdo cotilleo, una excusa o una forma de defensa, pueden herirnos hasta dejarnos en un momentáneo pero doloroso vacío.

Esta es la lección que el Universo me envía hoy. Ante ella he podido enfadarme, llorar y hasta mandar un poco más lejos de la Luna a alguien; pero, a pesar del resquemor que el hecho ha dejado por mis venas, no puedo más que sentir que no hay nada ni nadie que pueda decidir por mí, por las personas auténticas que tengo a mi lado, ni mucho menos, por aquellos a los que entrego en cada instante lo mejor de mi vida.

Mi decisión ha sido la de sentarme a contaros que, de nuevo, a mí también me pasan cosas indeseables, me llueven chaparrones que no considero míos, me tapan el sol con nubes de mentiras y, por supuesto, me molestan las personas que, sin conocerme de nada, se permiten juzgarme. La diferencia entre que esto se convierta en un drama o en algo pasajero, es reconocernos como agentes externos a ello, pues aunque se hable de nosotros... no estamos realmente donde nos ponen. 

Y, finalmente, lo mejor, es que ahora que todo está escrito ya nada queda dentro, pues incluso la decepción forma parte de mi mayor pasión. Hoy, como cada día, hagamos que los aprendizajes, agradables o no, sean sólo un puente en el camino y no el camino que nos lleve a precipitarnos por otro puente.

☯ Sonia Brúnar ☯

sábado, 1 de octubre de 2016

Pepito Grillo Verde


Hoy escribo para ti; por ser, por estar, por existir..., por todas las personas que sonríen al verte sonreír. Has estado pendiente de un hilo mientras, una extraña fuerza, intentaba convencerte de que debías cambiar de mundo; pero tú, con ese simple hilo, has sabido tejer una enorme manta con la que, no sólo calientas tu alma, fuerte y luchadora, sino que das calor a todos los que te han acompañado en esta dura batalla. 

Hoy, has dado la contraria al destino, ése que quiso cambiar tu camino, que eligió las montañas más altas y las tormentas más frías, que surcó mares sin islas y senderos sin agua; y ahí, como el más bello de los milagros, tu corazón decidió que no era el momento de dejar de bombear vida, de alejarse de tantos sueños que aún quedan por cumplir, de tantos besos que faltan por dar; de abrazos y sonrisas que regalar y de todos los días por los que tu alma está dispuesta a pelear. Así es, hoy demuestras que un mundo entero puede equivocarse, que defraudar a los que te aman no está dentro de tus planes, que no hay expertos que lo sepan todo, ni todo que no pueda descolocar a los expertos.

Para sublimar tu ser, en todo este caos que el Universo decidió ponerte delante, quizás demasiado adentro, has llevado un trocito mío que, al saberse dentro de ti, no puede más que llorar por el valor demostrado, por el duro trago que has superado y por todo el amor que a tu lado se ha derramado. No soy nadie si te pienso; imposible devolverte ese gran favor que espero que en tu vida sea eterno; sólo sé de mis sentimientos y, de nuevo, hoy como siempre, tú estarás viva dentro de mi alma, recordándome que donde otros ya no son, tú siempre serás, donde algunos dudaron, tú decidiste seguir y caminar. No sabes lo que hubiese dado por ver tus virtudes reflejadas en quien tanto amé, lloré y nunca olvidaré..., pero consuela, con creces, ver que hay más finales de los que experimenté.

Cierro mi reflexión con el orgullo de ser algunos minutos de tu vida, con las ganas de que ésta sea tan larga como elijas; con el corazón empapado de emoción por saber que lo que parecía ser un "grillo" más, es en mi alma el mejor ejemplo para no decaer jamás. Te dedico un fuerte aplauso y te grito entre las nubes que nos separan: ¡viva tú, tus ganas y tu coraje; viva tú, tu tesón y tu alegría!; ésa que quisiera ver en tus ojos, que me muero por sentir en tus ganas, que espero se asome ante estas palabras, que, ahora que puedes, estoy segura que no dejarás nunca más olvidada. Después de lo vivido, lo perdido y lo aprendido...tan sólo te queda disfrutar de lo que también has ganado, pues si hay algo mejor que nacer, es volver a hacerlo con la experiencia de quien tuvo el valor para no dejar de existir, de estar y de ser...

Hoy escribo para ti...


☯ Sonia Brúnar ☯

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