jueves, 13 de diciembre de 2012

En este preciso momento.

   En este preciso momento se cumple un mes desde ese momento en el que decidiste viajar a otro lugar que ya me gustaría saber dónde está. Son treinta días que no quisiera volver a revivir por nada del mundo, pues jamás pensé que era posible sentir un dolor tan inmenso en mi alma.

   En este preciso momento miro a mi alrededor y siento que pocas cosas tienen sentido si ya no puedo compartirlas contigo, si, no sólo yo, sino ninguno de nosotros podemos sentarnos a tu lado para contarte cómo nos va todo, qué hemos conseguido o qué soñamos alcanzar... qué sueñas tú...

   En este preciso momento te escribo como siempre te gustó que hiciese, dedicándote cada una de mis palabras y sintiendo la estupidez que me ronda al saber que jamás podrás leerme, que nunca volverás a apresurarte para ser la primera el poner el "me gusta" en mis escritos, que no me llamarás por la mañana para intentar saber más sobre todo aquello que he intentado decir entre líneas.

   Sin embargo, también en este preciso momento, y a pesar de sentir que me derrumbo a cada paso que doy sin ti, hoy puedo decirte que lo he conseguido, que sigo adelante, que es lo que voy a seguir haciendo. Esta carta que envío al cielo no es sólo para ti, aunque tú seas la musa de cada una de mis palabras, sino que la envío al mundo, a todas las personas que quieran o no acabarán perdiendo a sus seres queridos.

   Tengo la enorme suerte de tener a personas a mi lado que me recuerdan cada día todas esas cosas que mi dolor no me deja ver. Siento que no avanzo, que no hago nada, que tan sólo me pierdo dentro de la incomprensión de tu ausencia, dentro de los pensamientos que se me repiten y me dicen que no es justo que a tan sólo la mitad de tu vida hayas tenido que emprender un viaje en el que los demás no tenemos cabida. Pero cada día hay una voz, un mensaje o una llamada que me dice lo bien que lo estoy haciendo y que ante mi negación, me lo repiten una y otra vez, me hacen verlo e incluso sentirlo, a veces incluso me lo creo...

   Un mes, sólo un mes en el que sin saber cómo me levanto cada día con la tristeza inundando mi ser, con la nostalgia robando mi energía y, aún así, comienzo a dar mis pequeños pasos, moviendo mi cuerpo sin ni siquiera tener claro de donde saco mi fuerza.... o tal vez sí.

   Me debo a mi familia, a la que no quisiera abandonar jamás, a la que tengo que apoyar aunque ni yo misma sepa donde apoyarme, a la que amo por encima de todo y por la que no pienso rendirme sin más; y para conseguir todo eso, hoy abro los ojos para ver que para lograr hacerlo os tengo a vosotros, que sois mi sol cuando yo sólo veo la noche, mi calor cuando tan sólo siento frío, mis pensamientos cuando mi mente está vacía, mis latidos cuando mi corazón se para ante la realidad...

   Es maravilloso escuchar lo orgullosos que os sentís de mi, la fuerza que conseguís ver en mi interior y que no es más que el reflejo de todo lo que me dais, que no es más que todo lo que proyectáis sobre mí. Es indescriptible lo que siento cuando con tan sólo una palabra mía dais respuesta a todo lo que me aturde y me descontrola, como tan sólo con mi silencio dais un paso atrás sabiendo que lo que necesito es caminar sola durante un tiempo, comprobar que realmente puedo hacerlo sin que me deis la mano, pero estando atentos, como lo haría la mejor de las madres, para cogerme en el momento en el que vuelva a tambalearme.

   Esa es la magia de la vida, el ying yang que siempre nos acompaña. Tu ausencia me recuerda a cada instante que el dolor y la tristeza más grande no escapan a ninguno de nosotros, pero también que, pase lo que pase, podemos salir adelante, podemos llegar a entender, aunque no sepamos lo que tardaremos en hacerlo, que todo esto es pasajero, que no moriremos en el intento de vivir sin ti porque tú estarás siempre dentro de cada uno de nosotros, dentro de mi, de mi corazón; dentro de todos aquellos recuerdos que hace tan sólo un mes evocaba con la intención de darte vida, con la pretensión conseguir mantenerte el mayor tiempo posible a mi lado.

   Y sé que al levantarme mañana mi mundo se volverá a derrumbar y mi garganta gritará de nuevo al cielo tu nombre golpeándome la mente con pensamientos que me harán sentir pequeña y desdichada, pero... también tengo la certeza de que al coger mi móvil leeré: "Buenos días amor, que tengas un precioso día. Te Amiero"; "Buenos día belleza sureña. Tq"; "Buenos días, espero que tengas un buen día, bssssss"; "Hola, ¿cómo te encuentras hoy?"; "Buenos días carita, te quiero"; "Buenos dias, cara, ya te he gestionado lo de tu página. Te quiero"; "¿Te he dicho algunas vez que te quiero? Eres excepcional". "Te quiero cariño"; "Te esperamos para comer a las dos, ¿nos confirmas la hora? Te queremos"; y un largo etcétera de mensajes ante los que me pregunto; "¿¿¿¿Es posible no tener un buen día????"

  No es posible, os lo puedo asegurar. Más aún cuando a esto se le unen decenas de comentarios en face de personas que ni siquiera me conocen, cientos de sonrisas que cada día me dedican las personas que pasan por mi trabajo y miles de mensajes más que voy recibiendo a cada hora, en cada momento que parece que se me va la vida. 

   ¿Que yo soy fuerte? No, fuerte me hacéis vosotros que no me olvidáis ni un sólo segundo, que parecéis sentirme y darme todo aquello que me invita a seguir luchando, a caminar, a soñar, a ser feliz, a reír, a tener ilusiones y, lo más importante, a vivir.

  Donde quiera que estés deseo que te sientas orgullosa de mí, pues por ti, por nuestra familia y por todos mis ángeles te prometo que mis lágrimas serán sólo una forma de sacar de dentro mi dolor para poder vivir cada día como yo misma te enseñé a hacer: sintiéndome la persona más dichosa de la Tierra. Hoy doy gracias al Universo por todo lo que acontece en mi vida y, sobre todo, por cuidarte donde quiera que estés, porque mis ángeles también son los tuyos, ya que de ellos saco cada día mi sonrisa que no es más que mi forma de decirte a cada instante lo muchísimo que te quiero... en este preciso momento y... por siempre.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Siendo sin ser yo...

   En una suave esfera de pensamientos que no llevan a ninguna parte, en una nube que envuelve cada sentimiento sin dejar que lleguen a ver el sol; en todo un vacío que sólo llenan los minutos de un reloj que dejó de funcionar, en unas manillas que de tanto girar acabaron por perder su rumbo; en un suspiro que sólo el viento puede hacerte llegar, en una ráfaga de aire que arrasa con aquello que anhelamos; en cada ola del mar, en cada baño que allí nos dimos, en cada puñado de arena que sostuvieron nuestras manos; en una isla que de tanto ser visitada dejó de ser desierta, en una palmera que de tanto ser azotada ya no porta ningún fruto, en un naufragio del que no podemos salvarnos... ahí es donde estoy siendo sin ser todo aquello que creí que era. 

  Allí, sin ir más lejos ni estar tan cerca; allí, sin saber ni el lugar que habito ni en el que quiero estar; allí dónde un día fuiste mía y yo parte de todo lo que eres; allí donde el cielo se confunde con el ancho mar... sí, el mar, ese que despierta mis sentidos pero que entierra tu alma, ese que nos vio crecer y que nos acompaña al otro mundo, ese... sólo ese que envuelve tus manos, tu cuerpo, todo lo que fuiste, todo lo que somos, pues yo no soy más que un reflejo de todo aquello que me dejaste ser; y, ahora, sin ser ni estar, no sé ni quién soy, ni a dónde me dirijo si es que voy a alguna parte, si es que sueño con avanzar, si es que realmente hay un sitio a donde poder ir.

  Quisiera viajar en el tiempo y coger tu mano, rozar tu piel y grabar a fuego en mi corazón todas las sensaciones que tu suavidad me produce, que un día me hicieron crecer, alzarme a lo más alto, sentir que estaba viva, saber que todo merecía la pena, tener la certeza de todas esas verdades que siempre proclamé; quisiera viajar en el tiempo y pararlo allí donde mi momento fue el de todos, el tuyo, con el brillo de una mirada que jamás olvidaré, con la energía de un corazón que nunca dejaré de sentir, con el calor que tu mano, fuertemente agarrada a la mía, me transmitió; quisiera y tantas cosas quisiera que ya no sé si algo quiero, que ya no sé si querer me sirve para seguir adelante, que ya olvidé que los sueños mueven mi vida, pues mi vida no descansa, no duerme sin ti, no sueña en la noche porque la oscuridad se ha acercado para ayudarme a olvidar algo que nunca sacaré de mí, algo que no es más que tu olor, que tus besos y tus abrazos, algo que no es nada siéndolo todo, algo que llamado así parece ser ínfimo cuando es más grande que el propio Universo.

  Sin ser ni estar, sin sentir ni pensar, no sé siquiera ni lo que mis manos transmiten entre tantas palabras que parecen vacías siendo, en realidad, todo aquello que golpea con dureza mi alma intentando poner sentido a lo que no lo tiene, pretendiendo dar vida a la muerte y muerte al sufrimiento. No hay inspiración entre mis lágrimas, ni miedo en mi pesar; no hay nada que detenga una vida que de vivir se cansó, no hay, no lo hay...; y al no haber encontrado nada me vuelvo a dormir sin conseguir soñar, sin conseguir volar y descansar entre las ilusiones que se me han perdido, porque sin haber encontrado nada... nada sigo sin ser...

  Y al volver la vista atrás y ver que todo sigue igual no puedo más que pensar que tal vez el sueño sea este y lo demás no sea más; y al volver la vista atrás sé que hoy haría lo mismo que hice ayer, pues hice lo que quise hacer; pero sobre todo, al volver la vista atrás puedo volver a tenerte cerca y recordar que no hay más de lo que quiero ver y ni menos de lo que me niego a sentir, que no puedo dejar de amar a quien me enseñó a vivir y que no puedo y no quiero caer en el infinito de un sentimiento que tan sólo es algo más... algo más que superar.

  Así que ya lo sabes, pues aunque yo siga siendo sin ser yo hay un sentimiento que nunca dejará de ser lo que es, que no desaparecerá en el más allá... y es que te quiero...te amo... y nada más...

sábado, 8 de diciembre de 2012

Fragancia de mujer


   Hoy el olor de una dulce fragancia te ha traído de nuevo a mí. Ha sido tan sólo durante escasos segundos, pero ¡qué maravillosos....! Ya no recuerdo la última vez que te sentí, hace tanto tiempo, que mis sentidos habían olvidado lo sublime de esta increíble emoción que produces en aquellos en los que consigues colarte.

   Quién me lo iba a decir a mí, tantas veces apodada de "donjuan", que iba a tenerte durante tantos días, ahora convertidos en meses, fuera de mi vida, sin impregnar cada uno de mis pensamientos, sin colarte dentro de mi cuerpo, sin verte en mis sueños, en aquellos que suelo tener estando lo más despierta posible. Siempre buscándote en cada persona con la que me cruzo, siempre atrapándote para hacerte más grande aún de lo que ya eres, siempre, siempre tú...

   Y, en aquellos segundos, en los que esa dulce fragancia de mujer ha impregnado mi nariz, mi olfato, todo mi cuerpo se ha estremecido, haciendo entrar a mi mente en un mundo de recuerdos que tan lejanos parecían. He vuelto a sentirte, sí, no voy a negarlo, aunque ni yo misma sepa porqué ese afán mío por alejarme incesantemente de ti, pero ha sido así. He sentido la necesidad de tenerte cerca, de querer acercarme a ti, de notar cómo tú sientes lo mismo, de jugar, de rozarnos; he sentido ese calor recorrer todo mi cuerpo haciéndolo estremecer con tan sólo pensarlo, con tan sólo creer que era posible ese beso... ese simple contacto que tanto me ha gustado siempre experimentar, llevar más allá, colmar con un fuerte arrebato de pasión que nos lleve a la más pecaminosa lujuria...

   Ya lo sabes, eres tú, mi gran amigo el deseo, el que has vuelto hoy a mí. Tú que tantas locuras de amor me llevaste a cometer, tú que tantas aventuras me has hecho vivir, sí tú, mi también temido enemigo... El deseo que me hace perder la cordura, que me lleva a tener experiencias inolvidables, pero que, al mismo tiempo, me hace confundir mi mente y mi corazón, me atrapa y me envuelve haciéndome soñar con un amor que ya sabemos que está sólo en la mente de una sociedad que no valora lo importante de una relación, la magia de amar profundamente a una persona, con el respeto y la sinceridad que eso supone, con la facilidad y la sencillez de la que debería quedar impregnado.

   Y, ahora, tanto huir del amor para no perder mi razón, tanto huir del dolor para no volver a perder mi rumbo, he dejado atrás también al deseo, dejando que mi cuerpo se consuma en la rutina de una vida que no quiere volver a estar llena de más altibajos, que no quiere confundir la de otro ser sediento de amor, pues el amor, como aquí lo nombro, no tiene cabida en mis días y no quisiera volver a engañarme con nadie más...

   Así, sin ni siquiera haber visto tu rostro, el deseo volvió a inundar mi ser haciéndome sentir la persona más afortunada del mundo, más llena y placentera, más motivada y alegre, pues al verte sin mirarte, al pensarte sin soñarte, al sentirte sin saber ni quién eras, tu simple olor me produjo todos estos sentimientos que de nuevo mi musa han transformado en un regalo para el mundo, para mis verdaderos amores, para vosotros... para mi alma....

   Después de tanto tiempo, una simple fragancia de mujer ha despertado en mí una de mis más ansiadas pasiones, haciéndome sentir tus besos sobre mis labios, tu humedad en mi boca, tu suavidad entre mis dedos y tu calor en cada poro de mi piel; después de tanto tiempo, me he dado cuenta de que la vida sigue, pero que sin ti difícilmente tendrá todo su sentido. Tú, el deseo, mi deseo...

lunes, 3 de diciembre de 2012

Siempre a vuestro lado

Aquel día, muy a mi pesar, me desperté en el mismo lugar. Aquella habitación me parecía tan fría que las sábanas, la colcha y las tres mantas que me tapaban parecían ser de hielo. La mañana trascurrió como todas. Enfermeras que entraban a cambiarme los goteros, amigos y familiares que venían a verme, mi marido deambulando por la habitación…


Yo, sin embargo, no tenía las mismas sensaciones de siempre. Desde que hice el primer vano intento de abrir mis ojos y pude sentir la mano de mi marido sobre la mía algo recorrió mi cuerpo. Fue una sensación de dolor increíble. Me quedé en blanco durante unos segundos, pero rápidamente una idea me vino a la cabeza: “Yo no me siento así, sino todo lo contrario, hoy me siento muy tranquila. No siento emociones de ningún tipo por dentro, diría que es tan sólo paz”. A pesar de eso, hasta que él no me soltó la mano no dejé de notar esa desesperación en mi alma.


No fue el único que me hizo estremecer el cuerpo ese día. Mi ex marido, el padre de mis hijos, al que adoro, mis hermanas, mis amigos, mis hijas e incluso, en la distancia que nos separaba, mi hijo. La preocupación llenaba cada segundo de sus días y, al verme aquel lunes, todos parecían percibir algo muy distinto a lo que yo estaba sintiendo. Era mi calma frente a sus miedos.


Cuando empezó a caer la noche, y tras aquel largo día de emociones encontradas, fue cuando lo entendí. Mi vida se estaba acabando y todos podían verlo en mi cuerpo, en mi rostro, en mi falta de luz, esa que poco a poco se había ido apagando.


En cuestión de segundos vi pasar mi vida por delante de mis ojos. No estaba segura de haber hecho todo lo que quería, no estaba segura de haber demostrado todo lo que siento, de haber dicho te quiero las veces necesarias, no estaba segura de nada. ¿Era realmente ese mi momento? Entre el colapso de pensamientos me di cuenta de que andaba divagando en pensamientos que normalmente tiene la persona que se queda, que sigue viviendo en el mundo terrenal… No, ¡para!, me dije. Estábamos equivocados, pues si soy yo la que me voy, la que ya no va a estar más aquí, seré yo la que tenga que tener claro que me voy feliz y en paz, pues ya no importa el cuándo sino el qué. ¿He terminado mi misión en esta vida? Si me encontraba a las puertas del cielo debía ser porque la respuesta era sí.


Cuando mis ideas se asentaron dentro de mi cabeza me di cuenta de que aún me quedaba lo más importante, sentí desde aquel mismo instante que me quedaba el tiempo justo para cumplir mi última voluntad. Eso fue lo que hice. Aún no sé cómo, pero sin darme cuenta empecé a volar a través de las nubes y entonces…


…vi a mi marido dando una de esas breves cabezadas que daba cuando el cansancio no hacía más que ganarle la batalla. Cuántas horas lleva simplemente mirándome, tan sólo pidiéndole a Dios que no me apartase de su lado. Ha sido tan bonito nuestro amor, es tan grande la capacidad que tiene para hacerme sentir la persona más amada del mundo, que no me bastará la eternidad para agradecérselo. Le pedí que fuese fuerte, que se apoyara, no sólo en su familia, sino también en la mía, a la que él ya pertenece desde hace mucho, y donde todos lo quieren con pasión. Le di las gracias por haberme hecho tan feliz, por haberme enseñado que los sueños se pueden cumplir, por querer y mimar a mis hijos como si se tratase de los suyos, por haberme inundado de sorpresas, de romanticismo, por soportar mis manías y por aplaudir mis logros. Le di las gracias por entregarme el amor más sincero del mundo. Le besé en los labios, me acerqué al oído a susurrarle… “idem”… y…


…me vi sentada al lado del que un día fue mi esposo, allí en nuestra cama, reviví todos los momentos felices que me hizo sentir. Le pedí que fuese fuerte y que siguiese siendo el mismo gran hombre que siempre ha sido. Le di mil veces las gracias por haberme dedicado más de la mitad de su vida, por haberme dados tres hijos maravillosos, por haber sido el mejor padre del mundo, por regalarme cada nueve de noviembre un ramito de violetas… Lo colmé de besos y al abrazarlo…


…aparecí justo en la habitación de al lado donde estaba mi pequeño tesoro, mi niña pequeña…¡cuánto voy a echar de menos tus besitos en la frente!… Le toqué su precioso pelo rubio y le pedí que no dejara nunca de pensarme. Le dije: yo estaré siempre a tu lado, siempre que tengas una duda, siempre que necesites un consejo, siempre que te enfades con papi y siempre que necesites recordar que él, como todos, sólo queremos tu bien, siempre, mi chatita, siempre… Le di las gracias por haber llenado de luz mis días, por volver a dar sentido a mi vida con la suya, por ser tan especial y cariñosa, por ser como es, un reflejo de todo lo que soy yo. Tumbé mi cabeza sobre pecho y…


…me vi junto a mis hermanas. Era como si las tres hubiésemos volado juntas para abrazarnos al unísono para despedirme antes de partir en mi largo viaje. Estaban medio dormidas, las podía ver perfectamente e incluso, como me había pasado con mi hija, pude tocarles el pelo, volver a sentir la suavidad de sus manos, el calor de sus cuerpos… Les pedí que encontraran la paz en sus corazones, que dejasen de sufrir por mí, por su hermana pequeña, pues yo necesitaba descansar, necesitaba dejar este mundo para encontrar mi propia calma. Les pedí perdón por marcarlas con mi ausencia. Antes de decirles adiós les agradecí cada uno de esos momentos en los que me hicieron rabiar de pequeña, cada vez que me riñeron e intentaron hacerme comprender que mi rebeldía era en vano, cada vez que me abrazaron, cada beso que me dieron y, como no, cada uno de esos bailes y esas risas que hemos sentido, vivido y disfrutado en cada fiesta. Este abrazo fue de los más intensos que pude sentir, tal vez, porque llevaba el doble de amor y…


…no podía creérmelo, mi hijo, mi niño. ¡Bendito momento el de tu nacimiento! Mi primer hijo, uno de los momentos más importantes de mi vida. Siempre me pareció el niño más inteligente del planeta. Le pedí que fuese fuerte, tenía que saber que el vínculo tan intenso que nos había unido durante toda la vida no podría ser roto por la eternidad, pues él, mejor que muchos de nosotros, entiende perfectamente lo infinito de nuestras almas, la conexión eterna de nuestras energías… Le di las gracias por llenar cada día nuestra casa de carcajadas con sus ocurrencias, por haberme reñido mil veces en su intento de que viese lo fácil que era simplemente vivir. “Fui yo la que le pedí a Dios que tuvieses como último recuerdo esa cara resplandeciente que por suerte heredaste de mí”. Lo abracé sintiendo que podía partir su alma de la intensidad del amor que desprendí en él y…


…fue increíble llegar allí y verla, como no, frente a su ordenador. Aún no se había quitado la ropa del trabajo, pero allí estaba sin parar de teclear, como si la vida se le fuese en ello… Reconozco que nunca tuve el placer de ver cómo escribía, pero me recordó mucho a los momentos en los que ponía todo su empeño y concentración en estudiar. No se podía hacer ningún ruido y le molestaba enormemente que le hablase. Pensé que debía esperar a que terminase para decirle todo aquello que quería. Mientas tanto, leí las frases que había escrito esa noche en su página: “Martes 13, perfecto día para hacer cualquier cosa que nos apetezca”. Sonreí al pensar que, como ella misma diría, eso debía ser una señal. La miré, siempre me gustó mirar profundamente a mis hijos y ellos siempre se enfadaron por ello. Pero en ese momento me lo podía permitir, lo había hecho minutos antes con sus hermanos y ahora no iba a perder la oportunidad con ella. Siempre me sorprendió la forma que tuvo de enfrentarse al mundo y siempre pensé que no estuve a la altura de sus aprendizajes… pensé que me quedaban grandes y es ahora cuando comprendo lo sencillos que eran. Ante tal certeza me dije con sus propias palabras: Es magia… Fui leyendo lo que escribía y, al descubrir que no eran otra cosa que decenas de recuerdos que tenía conmigo, fui reviviéndolos y, de nuevo, toda mi vida pasó por delante. Pude ver al resto de mi familia, a mis tíos, a mis primos, a sus hijos y, como no, a mis amigos, mi amiga del alma… Tantas personas que siempre han estado, que ni la distancia más grande, ni los inconvenientes de cualquier relación, ni el tiempo, ni los rencores han podido borrar el amor sincero que siempre hemos sentido. Me sentí muy afortunada de haberlos tenido en mi vida, de haber formado parte de la suya. Me entristeció pensar en si realmente mis pensamientos, fluyendo por todo el Universo, estarían llegando a todas esas personas que era capaz de ver y sentir, a pesar de ser totalmente consciente de que seguía en aquella fría habitación de hospital.


Entre mi nube de emociones vi a mi hija tomar aire, supongo que intentando poner esa última frase que siempre hace que sus artículos rocen ese perfeccionismo que tanto la han caracterizado desde muy pequeña. Me acerqué a ella y, sin dejar de maravillarme de la luz de su sonrisa al pensarme, le pedí que no la perdiese nunca, que recordase que esa era su mayor virtud: la de iluminar al mundo con su sonriente cara, la de contagiar a todos con todo aquello que su enorme corazón era capaz de sentir. Le rogué que fuese fuerte, que se uniese a sus hermanos de tal manera que ninguno sintiese nunca mi falta, mi ausencia. Le di las gracias por haber estado siempre a mi lado, por haberme apoyado en las decisiones que tanto trabajo me costaron tomar, por haber perdonado los errores que toda madre comete ante aquello que desconoce y teme por el bienestar de sus hijos. Le volví a repetir la frase que rondaba por su cabeza: Estoy muy orgullosa de ti, chata. Le di un beso en la mejilla y cuando puso el punto final a su artículo….


…. noté como mi ser se expandía en todas direcciones, como la oscuridad de la noche se convertía en una luz intensa que penetraba en cada uno de mis sentidos multiplicando su poder por el infinito, escuchando el bombeo de mi alma, sintiendo la suavidad de mi energía, el sabor de la felicidad y el olor a vida más maravilloso de toda mi existencia. Al fin, después de poco más de medio siglo, había encontrado aquello que llevaba tantos años buscando, aquello me hizo perder tantas veces la cordura, el aliento e incluso las ganas de seguir viviendo. Al fin, después de tanto buscar, y cuando ya me había rendido ante sus pies, el amor más grande, puro e inmenso del mundo inundó toda mi alma. Aquella poesía que años atrás escribí voló por mi mente…


…. “Quiero llegar más allá,

quiero traspasar

todo este mundo

de miedos e hipocresías,

pues dicen mis fantasías

que lo que yo ando buscando

allá me está esperando”.


El mayor regalo que me llevo es haberos escuchado contar lo que aquel maravilloso martes trece conseguí haceros sentir cuando estuve a vuestro lado. Y ahora debéis saber que allí seguiré… a vuestro lado, siempre a vuestro lado.


Siempre a vuestro lado


Aquel día, muy a mi pesar, me desperté en el mismo lugar. Aquella habitación me parecía tan fría que las sábanas, la colcha y las tres mantas que me tapaban parecían ser de hielo. La mañana trascurrió como todas. Enfermeras que entraban a cambiarme los goteros, amigos y familiares que venían a verme, mi marido deambulando por la habitación...

Yo, sin embargo, no tenía las mismas sensaciones de siempre. Desde que hice el primer vano intento de abrir mis ojos y pude sentir la mano de mi marido sobre la mía algo recorrió mi cuerpo. Fue una sensación de dolor increíble. Me quedé en blanco durante unos segundos, pero rápidamente una idea me vino a la cabeza: "Yo no me siento así, sino todo lo contrario, hoy me siento muy tranquila. No siento emociones de ningún tipo por dentro, diría que es tan sólo paz". A pesar de eso, hasta que él no me soltó la mano no dejé de notar esa desesperación en mi alma.

No fue el único que me hizo estremecer el cuerpo ese día. Mi ex marido, el padre de mis hijos, al que adoro, mis hermanas, mis amigos, mis hijas e incluso, en la distancia que nos separaba, mi hijo. La preocupación llenaba cada segundo de sus días y, al verme aquel lunes, todos parecían percibir algo muy distinto a lo que yo estaba sintiendo. Era mi calma frente a sus miedos.

Cuando empezó a caer la noche, y tras aquel largo día de emociones encontradas, fue cuando lo entendí. Mi vida se estaba acabando y todos podían verlo en mi cuerpo, en mi rostro, en mi falta de luz, esa que poco a poco se había ido apagando.

En cuestión de segundos vi pasar mi vida por delante de mis ojos. No estaba segura de haber hecho todo lo que quería, no estaba segura de haber demostrado todo lo que siento, de haber dicho te quiero las veces necesarias, no estaba segura de nada. ¿Era realmente ese mi momento? Entre el colapso de pensamientos me di cuenta de que andaba divagando en pensamientos que normalmente tiene la persona que se queda, que sigue viviendo en el mundo terrenal... No, ¡para!, me dije. Estábamos equivocados, pues si soy yo la que me voy, la que ya no va a estar más aquí, seré yo la que tenga que tener claro que me voy feliz y en paz, pues ya no importa el cuándo sino el qué. ¿He terminado mi misión en esta vida? Si me encontraba a las puertas del cielo debía ser porque la respuesta era sí.

Cuando las ideas se asentaron dentro de mi cabeza me di cuenta de que aún quedaba lo más importante; sentí desde aquel mismo instante que tenía el tiempo justo para cumplir mi última voluntad. Eso fue lo que hice. Aún no sé cómo, pero sin darme cuenta empecé a volar a través de las nubes y entonces...

...vi a mi marido dando una de esas breves cabezadas que daba cuando el cansancio no hacía más que ganarle la batalla. Cuántas horas lleva simplemente mirándome, tan sólo pidiéndole a Dios que no me aparte de su lado. Ha sido tan bonito nuestro amor, es tan grande la capacidad que tiene para hacerme sentir la persona más amada del mundo, que no me bastará la eternidad para agradecérselo. Le pedí que fuese fuerte, que se apoyara, no sólo en su familia, sino también en la mía, a la que él ya pertenece desde hace mucho, y donde todos lo quieren con pasión. Le di las gracias por haberme hecho tan feliz, por haberme enseñado que los sueños se pueden cumplir, por querer y mimar a mis hijos como si se tratase de los suyos, por haberme inundado de sorpresas, de romanticismo, por soportar mis manías y por aplaudir mis logros. Le di las gracias por entregarme el amor más sincero del mundo. Le besé en los labios, me acerqué al oído a susurrarle... "idem"... y...

...me vi sentada al lado del que un día fue mi esposo, allí en nuestra cama, reviví todos los momentos felices que me hizo sentir. Le pedí que fuese fuerte y que siguiese siendo el mismo gran hombre que siempre ha sido. Le di mil veces las gracias por haberme dedicado más de la mitad de su vida, por haberme dados tres hijos maravillosos, por ser el mejor padre del mundo, por regalarme cada nueve de noviembre un ramito de violetas... Lo colmé de besos y al abrazarlo...

...aparecí justo en la habitación de al lado donde estaba mi pequeño tesoro, mi niña pequeña...¡cuánto voy a echar de menos tus besitos en la frente!... Le toqué su precioso pelo rubio y le pedí que no dejara nunca de pensarme. Le dije: "yo estaré siempre a tu lado, siempre que tengas una duda, siempre que necesites un consejo, siempre que te enfades con papi y siempre que necesites recordar que él, como todos, sólo queremos tu bien, siempre, mi chatita, siempre..." Le di las gracias por haber llenado de luz mis días, por volver a dar sentido a mi vida con la suya, por ser tan especial y cariñosa, por ser como es, un reflejo de todo lo que soy yo. Tumbé mi cabeza sobre pecho y...

...me vi junto a mis hermanas. Era como si las tres hubiésemos volado juntas para abrazarnos al unísono, para despedirme antes de partir en mi largo viaje. Estaban medio dormidas, las podía ver perfectamente e incluso, como me había pasado con mi hija, pude tocarles el pelo, volver a sentir la suavidad de sus manos, el calor de sus cuerpos... Les pedí que encontraran la paz en sus corazones, que dejasen de sufrir por mí, por su hermana pequeña, pues yo necesitaba descansar, necesitaba dejar este mundo para encontrar mi propia calma. Les pedí perdón por marcarlas con mi ausencia. Antes de decirles adiós les agradecí cada uno de esos momentos en los que me hicieron rabiar de pequeña, cada vez que me riñeron e intentaron hacerme comprender que mi rebeldía era en vano, cada vez que me abrazaron, cada beso que me dieron y, como no, cada uno de esos bailes y esas risas que hemos sentido, vivido y disfrutado en cada fiesta. Este abrazo fue de los más intensos que pude sentir, tal vez, porque llevaba el doble de amor y...

...no podía creérmelo, mi hijo, mi niño. ¡Bendito momento el de tu nacimiento! Mi primer hijo, uno de los momentos más importantes de mi vida. Siempre me pareció el niño más inteligente del planeta. Le pedí que fuese fuerte, tenía que saber que el vínculo tan intenso que nos había unido durante toda la vida no podría ser roto por la eternidad, pues él, mejor que muchos de nosotros, entiende perfectamente lo infinito de nuestras almas, la conexión eterna de nuestras energías... Le di las gracias por llenar cada día nuestra casa de carcajadas con sus ocurrencias, por haberme reñido mil veces en su intento de que viese lo fácil que era simplemente vivir. "Fui yo la que le pedí a Dios que tuvieses como último recuerdo esa cara resplandeciente que por suerte heredaste de mí". Lo abracé sintiendo que podía partir su alma de la intensidad del amor que desprendí en él y...

...fue increíble llegar allí y verla, como no, frente a su ordenador. Aún no se había quitado la ropa del trabajo, pero allí estaba sin parar de teclear, como si la vida se le fuese en ello... Reconozco que nunca tuve el placer de ver cómo escribía, pero me recordó mucho a los momentos en los que ponía todo su empeño y concentración en estudiar. No se podía hacer ningún ruido y le molestaba enormemente que le hablase. Pensé que debía esperar a que terminase para decirle todo aquello que quería. Mientras tanto, leí las frases que había escrito esa noche en su página: "Martes 13, perfecto día para hacer cualquier cosa que nos apetezca". Sonreí al pensar que, como ella misma diría, eso debía ser una señal. La miré, siempre me gustó mirar profundamente a mis hijos y ellos siempre se enfadaron por ello. Pero en ese momento me lo podía permitir, lo había hecho minutos antes con sus hermanos y ahora no iba a perder la oportunidad con ella. Siempre me sorprendió la forma que tuvo de enfrentarse al mundo y siempre pensé que no estuve a la altura de sus aprendizajes... pensé que me quedaban grandes y es ahora cuando comprendo lo sencillos que eran. Ante tal certeza me dije con sus propias palabras: "Es magia..." Fui leyendo lo que escribía y, al descubrir que no eran otra cosa que decenas de recuerdos que tenía conmigo, fui reviviéndolos y, de nuevo, toda mi vida pasó por delante. Pude ver al resto de mi familia, a mis tíos, a mis primos, a sus hijos y, como no, a mis amigos, mi amiga del alma... Tantas personas que siempre han estado, que ni la distancia más grande, ni los inconvenientes de cualquier relación, ni el tiempo, ni los rencores han podido borrar el amor sincero que siempre hemos sentido. Me sentí muy afortunada de haberlos tenido en mi vida, de haber formado parte de la suya. Me entristeció pensar en si realmente mis pensamientos, fluyendo por todo el Universo, estarían llegando a todas esas personas que era capaz de ver y sentir, a pesar de ser totalmente consciente de que seguía en aquella fría habitación de hospital.

Entre mi nube de emociones vi a mi hija tomar aire, supongo que intentando poner esa última frase que siempre hace que sus artículos rocen ese perfeccionismo que tanto la han caracterizado desde muy pequeña. Me acerqué a ella y, sin dejar de maravillarme de la luz de su sonrisa al pensarme, le pedí que no la perdiese nunca, que recordase que esa era su mayor virtud: la de iluminar al mundo con su sonriente cara, la de contagiar a todos con todo aquello que su enorme corazón era capaz de sentir. Le rogué que fuese fuerte, que se uniese a sus hermanos de tal manera que ninguno sintiese nunca mi falta, mi ausencia. Le di las gracias por haber estado siempre a mi lado, por haberme apoyado en las decisiones que tanto trabajo me costaron tomar, por haber perdonado los errores que toda madre comete ante aquello que desconoce y teme por el bienestar de sus hijos. Le volví a repetir la frase que rondaba por su cabeza: "Estoy muy orgullosa de ti, chata". Le di un beso en la mejilla y cuando puso el punto final a su artículo....

.... noté como mi ser se expandía en todas direcciones, como la oscuridad de la noche se convertía en una luz intensa que penetraba en cada uno de mis sentidos multiplicando su poder por el infinito, escuchando el bombeo de mi alma, sintiendo la suavidad de mi energía, el sabor de la felicidad y el olor a vida más maravilloso de toda mi existencia. Al fin, después de poco más de medio siglo, había encontrado aquello que llevaba tantos años buscando, aquello me hizo perder tantas veces la cordura, el aliento e incluso las ganas de seguir viviendo. Al fin, después de tanto buscar, y cuando ya me había rendido ante sus pies, el amor más grande, puro e inmenso del mundo inundó toda mi alma. Aquella poesía que años atrás escribí voló por mi mente...

            .... "Quiero llegar más allá, 
                   quiero traspasar
                   todo este mundo
                   de miedos e hipocresías,
                   pues dicen mis fantasías
                   que lo que yo ando buscando
                   allá me está esperando".

El mayor regalo que me llevo es haberos escuchado contar lo que aquel maravilloso martes trece conseguí haceros sentir cuando estuve a vuestro lado. Y ahora debéis saber que allí seguiré... a vuestro lado, siempre a vuestro lado.

lunes, 26 de noviembre de 2012

LO HARÉ...

   Después de dos semanas me encuentro de nuevo sentada ante una hoja en blanco en la que ni siquiera sé qué voy a plasmar. Ha sido muy duro para mí volver a leer aquello que te escribí mientras tú ibas camino del cielo... Aún se me encoge el corazón al recordar la sensación que me invadió cuando el teléfono sonó justo en el momento en el que puse el punto y final a aquel artículo que esperaba que leyeses algún día.., pues no cabía duda de que al otro lado estaba la noticia que tanto temía que llegase...."mamá se ha ido...".

  Se me parte el corazón, más aún si cabe, sólo de pensar que ya no estás. Mis creencias en el Universo, mi certeza de que todos somos energía y que energía seguiremos siendo, mi convicción sobre aquello que he aprendido y que  me dice que ahora estarás conmigo en cada momento, en cada lugar, en cada parte de mí, puedo asegurarte que no me consuelan en absoluto... mamá...

   No puedo parar de imaginarte, de pensarte, de soñar que esto no es más que una pesadilla de la que en cualquier momento voy a despertar. Sí, es la desesperación lo que me inunda, lo que hace que me duela el alma, lo que consigue que mis días carezcan de sentido sin tu llamada, sin tus besos, sin poder contarte las cosas que voy a haciendo, lo que me ha pasado, a la persona tan especial que he conocido, todo aquello que mueve mi corazón y que siempre te ha hecho vibrar como si tu propia vida fuese... ¿qué sentido tiene ahora todo eso mami? Es tan duro no poder contarte nada que desesperada grito al cielo tu nombre... mamá... pero ¿sabes qué pasa? Que al contrario de lo que siempre ha ocurrido, esta vez ni mis gritos, ni mis llantos, ni mi pena son consolados... tú ya no estás para hacerlo...

   Me quedo en un rincón de mi vida esperando sentir tus brazos sobre mi cuerpo, esperando oír tus palabras, esas que siempre han sabido darme paz y calma, que siempre han servido para arrancar la pena de mi corazón y que me ayudaban a ver las cosas de otra forma, de color, de cientos de colores... Todo se vuelve oscuro y frío sin ti, todo parece estar en una dimensión paralela que puedo ver, observar... pero que ya no puedo tocar...

  Lo sé, todo es cuestión de tiempo, me lo repito constantemente y cuando se me olvida mis ángeles se acercan a recordármelo. No te puedes imaginar, mami, la suerte que tengo, no sólo de tener la mejor familia del mundo, sino también de haber encontrado a los mejores amigos que todos deseamos tener. Me he sentido arropada y acompañada desde antes de que te fueses, y ahora... pufff... cada minuto recibo un mensaje, una llamada o un abrazo que me devuelven a la vida, que me dan el aliento que me falta para encontrar sentido a todo lo que ahora parece no tenerlo.

  Hay personas de todas partes, personas que están cerca y otras que no pueden estarlo, pero que con su magia y con su gran corazón me llevan de la mano, como si de ti misma se tratase, procurando que no me pierda en el mar de mi dolor, en la pena de tu ausencia, en la realidad más triste que jamás he vivido. Sí, mami, tengo suerte de tenerlos y quiero que lo sepas, que te quedes tranquila porque sé que estarán siempre a mi lado.

  Aún así, no hay nada ni nadie que pueda recomponer mi corazón y a cada segundo me pregunto cuánto va a durar esto, cuánto seré capaz de soportar... He vuelto a la rutina que todos me han dicho que me ayudará a seguir, pero... no hay rutina sin ti, sin tu amor, pues también formabas parte de todos mis días, de cada pensamiento, de cada cosa que hacía. Todo terminaba cobrando valor al poder contártelo, independientemente de no me prestases atención, de que tuviese que repetirte mil veces quién es esa amiga de la que te hablo, que la leche caliente no me gusta mí sino a mi hermano, que ella no puede ser el amor de mi vida aunque a ti te gustase, que tienes que hacer más deporte, que tenemos que dejar de fumar... que te necesito, mamá... te necesito para vivir... Esto es lo que más coraje me da que no hayas recordado, que te necesito porque eres mi madre, porque no importa cómo seamos y lo que queramos, tú eres mi madre y yo aún me siento muy pequeña como para poder caminar sin ti, como para poder arriesgarme a equivocarme sabiendo que ahí estarás tú para ayudarme a corregir mis errores... para escucharme, sólo eso mamá... quiero hablar contigo, quiero estar contigo, ¡quiero verte!

  Cómo una mente tan limitada como la nuestra puede llegar a entender el concepto del nunca jamás, algo tan infinito en el tiempo que hace temblar hasta el alma. No me lo creo, no quiero creerlo, no puedo... me ahogo en mis lágrimas, en la pena que me aprieta el corazón.

  Te pido perdón por caer a lo más bajo de mi vida, por pensar, en demasiadas ocasiones, que no seré capaz de salir de aquí, por gritarte y enfadarme por haberte alejado de mí... Te pido perdón por no escribirte cosas bonitas y felices, por no contarte todo lo bueno que sigue habiendo en mi vida, por no bromear con lo malo que me recorre el cuerpo. Sólo te pido que lo entiendas, que por una vez, seas capaz de ponerte en mi lugar y entiendas que si, como siempre me has repetido, madre no hay más que una... ahora sé que nunca más volveré a sentir todo aquello que tú me has dado, que sólo tú podías hacerme sentir.

  No sé como, mami, te juro que no lo sé, pero te pido que confíes en mi porque te prometo que seguiré en pie, cueste lo que cueste...

... lo haré porque hay a mi alrededor una familia estupenda que tiene que recuperar la alegría, que necesita volver a sonreír, a reírse de la vida y que, sobre todo, sé que cuentan conmigo para ello. 

... lo haré porque tengo una hermana pequeña que necesita que me la coma a besos cuando la vea, que le escuche y le aconseje en cada uno de sus pasos, que le de la mano cuando no encuentre el camino; que le recuerde que la quiero, que todos la queremos; que esté siempre a su lado, cerquita, dándole y enseñándole todo lo que sé, todo lo que de ti pude aprender... Porque ella es magia, mami, y tan sólo su mirada me da fuerzas para seguir... me da todo el amor que le enseñaste a transmitir...

... lo haré porque mi hermano y yo somos uno y tenemos millones de recuerdos que compartir para seguir dándote vida dentro de la nuestra, porque juntos somos más fuertes, porque él me inspira y me protege, porque yo le abrazo y le doy fuerzas... porque le quiero y sabemos que nuestro "pequeño gran" regalo de hermana nos necesita más que nunca...

... lo haré porque mi padre también merece que lo ayudemos; porque él ha dado su vida por nosotros y ahora me toca devolverle el favor, estar siempre a su lado, secar sus lágrimas, y mantenerme como me ha pedido: fuerte..."debemos ser fuertes..."

... lo haré porque tus hermanas se han quedado sin su hermanita pequeña y eso es muy duro, mami...; porque ellas son soles que merecen también que las cuide tanto como te cuidé a ti, porque me demuestran su amor y porque no quiero que pase un día sin que sientan el mío...

...lo haré porque te casaste con un hombre maravilloso que te amará siempre; que nos quiere como si fuésemos sus hijos; que siente el vacío de no tenerte en cada minuto de sus días; porque no quiero dejar de estar a su lado, de acercarle mi hombro para llorar si lo necesita, de acompañarle dentro de la soledad que ahora le invade...

... lo haré porque hay personas que te aman y te seguirán amando, que te demostraron ser tus mejores amigos, para los que fuiste su ángel bajado del cielo para tenderles tu mano; porque ellos también están a mi lado, porque me dan lo que tú querrías que me diesen y porque sé que quieren seguir sintiendo a través de mi que sigues aquí, que has dejado el mejor de los legados... tres hijos maravillosos que no son más que tres pequeñas partes de lo grande que siempre fuiste y seguirás siendo a través de nosotros...

   Así que lo haré mamá, caminaré hacia delante aunque mis lágrimas me nublen la vista; escucharé nuestras canciones aunque mis oídos sólo sientan tu silencio; sentiré la magia de la vida aunque el alma se me parta por no poder contarte lo que siento; me levantaré cada mañana aunque al día le falte el azul de tu mirada; lucharé por seguir haciendo que te sientas orgullosa de mí... Pero no olvides nunca que el orgullo es mío, pues cada día cientos de personas me recuerdan lo fácil que me resulta dar amor, lo bonito que es sentirlo y yo, en mi interior, siempre les contesto: "no soy yo... es mi madre la que ha sabido enseñarme lo qué es el amor...", para ti tu mayor fantasía... para mí el motor de mis días...

   Daría cualquier cosa por volver a tenerte a mi lado... Te echo tanto de menos... tanto... ¡Mamá!

martes, 13 de noviembre de 2012

Yo escribiéndote y tú volando al cielo.

Como siempre, le hice caso a uno de mis ángeles y busqué esa imagen que me recordara la vida que siempre has rebosado. Recuerdo, además, que no hace tanto tiempo uno de ellos me dijo: "no puede pasarle nada malo, ella es alegría, jovialidad, desprende energía positiva con tan sólo su sonrisa...". Lo sé, es cierto y no quiero que se nos olvide.

Por eso, hoy que mis sueños no quieren volar sin ti he estado soñando contigo. He soñado...

   ...que poníamos la música muy alta, cantábamos y bailábamos por toda la casa como siempre nos gustó hacer...

   ...que me llamabas de forma insistente, una y otra vez, preocupada por nada, pero pensando que me había pasado algo, cuando lo único que ocurría es que estaba en la ducha; recuérdalo, no todo el mundo coge el móvil en el baño como haces tú...

   ...que me hacías mil preguntas sobre mi cita de ayer, que me suplicabas, como la mejor de mis amigas, que te diese todos los detalles, soñando junto a mí con un posible amor por sentir...

   ...que me contabas todos tus secretos, llorabas en mi hombro y me agradecías como siempre que supiese entenderte, perdonarte y alentarte en todos tus propósitos, esos que siempre supiste alcanzar...

   ...que me sentaba a tu lado con tus apuntes de la universidad explicándote cómo hacer los análisis sintácticos que tan mal se me han dado siempre. Suerte que creaste a una niña muy inteligente que aún sin saber hacerlas consiguió que tú las "bordases"...

   ...que me mirabas con orgullo en el patio de mi universidad mientras hice un baile con mis compañeros, descubriendo que al fin había dejado de ser la niña tímida y callada para convertirme en la mujer alegre y extrovertida que ahora soy. Siempre he admirado eso en ti...

   ...que me llamabas para invitarme a alejarnos de todo, a sentarnos juntas a imaginar, mirando al mar... a nuestra Caleta, cómo queríamos que fuese nuestra vida...

   ...que estabas a mi lado en el día más importante de mi vida, dándome la mano, mirándome con tu cara iluminada y repitiéndome una y otra vez lo orgullosa que te sientes de mí...

Y soñando me he dado cuenta de que lo único que he hecho es recordar todos esos momentos en los que rebosabas vida, en los que yo, no sólo me sentía orgullosa de ser tu hija, sino sobre todo de que tú fueses mi madre.

Ahora, cuando los recuerdos despiertan mi sonrisa, cuando tu vida llena la mía, cuando tu alma se funde con mi ser, ya no quiero mirar atrás, tan sólo proyectar hacia delante y, saber, sentir y tener la certeza de que seguirás llenándome, llenándonos con tus ocurrencias, con tus bailes y tu desafine al cantar, con tus fantasías y con tus miedos, con tus caricias y con tus besos, con esa mirada que podría iluminar un planeta entero, con ese corazón que de tanto amar hoy se siente cansado.

Quiero que sepas que tengo a medio mundo proyectando por ti, soñando conmigo que todo esto no es más que un momento de descanso que tu alma necesita, que tu cuerpo pide para volver a nacer con mucha más energía, con muchas más ganas de vivir y de hacer lo que siempre has hecho... comerte el mundo.

Nunca encontraré las palabras que puedan expresar cuánto te quiero, cuánto te amo, mamá...

 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Totalmente en blanco...

   Ante un folio en blanco me encuentro cada noche sabiendo lo fácil que me resultará llenarlo con todo aquello que siento, con todo lo que voy aprendiendo, con emociones e ideas que, la mayor parte de las veces, salen directamente de mi corazón sin ni siquiera pasar por mi mente. Tanto es así, que al leerme y reflexionar sobre ello incluso, en ocasiones, no llego a estar de acuerdo con lo que yo misma escribo o, tal vez, prefiero no estarlo...

   Sin embargo, hoy no tengo esa facilidad, quizás porque he dejado de sentir y, cuando reacciono, lo único que hago es pensar. Me encuentro como mi folio...totalmente en blanco. Me distancié del amor de pareja para dejar de sufrir y ahora me doy cuenta de que cualquier amor puede hacernos daño. Me quedo con mis amigas, las de siempre y las que llegáis ahora para estar a mi lado como están las amigas... cuando realmente lo necesitamos. Sé que tenías razón, pero tal vez no quise reconocerlo... 

   Me levanté ante un nuevo día con la sensación de tristeza recorriendo mi ser y, de nuevo, no me equivoqué, pues algo malo estaba pasando a alguien a quien quiero con todo mi corazón. No llego a entender porqué el Universo me ha otorgado, a estas alturas, este don con el que no sé que hacer y que más que un don me parece un castigo... Y me bastó con escribir una frase para que las personas que me quieren de verdad, aunque no estén a diario en mi vida, entrasen sin más a darme todo su calor. Y, como no, hoy aprendo otra lección y se derrumba todo lo que mi corazón creyó ayer...eso es la amistad... ¿qué más se puede pedir?

   Hay una certeza que me quema el alma, que me aprieta el corazón y que me hace tener fuertes dolores por todo el cuerpo... me tensa, me atrapa, me quita la respiración. De nuevo lo siento, de nuevo lo veo y...no quiero, tan sólo deseo alejarme. Hoy que me paro en seco, pues creo que eso fue lo que hice, alejarme de mi realidad, esa que tanto daño me hace... esa que me roba el sueño y de la que, como ya hice una vez, huyo sin más...

   Esta noche no estás para distraer mi atención, y no es porque no quieras, sé lo que harías gustosa, tanto  tú como muchas otras maravillosas personas que, por suerte, están siempre a mi lado aunque no las vea, aunque ni siquiera les dedique mis buenos días. Esta noche me enfrento sola ante el miedo, ese que se cuela en cada poro de mi piel y hace que desespere ante mi impotencia...

  Hace unas horas le grité furiosa al Universo, con tanta fuerza que aún siento las consecuencias de tanta energía gastada. Mi garganta está irritada, mis músculos no han dejado de estar contraídos, mi corazón ha dejado de latir, mi alma vaga por la vida como si ésta hubiese dejado de tener todo su sentido...

   Ya no quiero esconderme más, ya no quiero volver a dar esquinazo al hecho que ahora me quita el sueño, me roba mis ilusiones y deja a mi vida sin rumbo. No es culpa del Universo, pues a pesar de mis insultos, de mis malas maneras con él, hoy me ha hecho cientos de regalos, me ha hecho reír como siempre, me ha permitido salir pronto de trabajar, me ha dado un sitio para aparcar cerca de casa, me ha ayudado a evadir de mi mente los pensamientos que no conducen a nada y, sobre todo, me ha dado el amor necesario que me recuerda que no estoy sola y que, pase lo que pase, nunca lo estaré.

  Ahora, al fin, abro los ojos ante todo lo que no quiero ver y me decido a estar a tu lado, a darte todo el tiempo que tengo, a entregarte todo lo que soy si con eso consigo que sigas en mi vida, pues ¿qué sería yo sin ti? ¡¡¡¿Como imaginarme en ella sin tus besos, sin tus preguntas, sin tus llamadas, sin tus comidas, sin tus sonrisas, sin tu belleza, sin ti?!!! No quiero ni puedo pensarlo, pero no lo puedo evitar... me pierdo entre mis lágrimas... el dolor sigue haciendo mella en mí, me vuelvo a derrumbar entre las preguntas que no encuentran respuestas y no quiero escuchar a nadie, no quiero que intentéis convencerme de que todo va a ir bien, porque eso ni el Universo lo sabe... pues no depende de nosotros, tan sólo depende de ella, de sus ganas de seguir, de sus ganas de vivir, de sus ganas de ser.... 

  Hoy me propongo darte motivos para vivir, llenarte de mi amor y que entiendas que te necesito a ti más que a nadie en el mundo, porque aunque tú me dieses la vida no tienes derecho a quitármela, no te lo voy a permitir. Voy a estar a tu lado todo el tiempo que mi vida me lo permita, cada minuto, cada segundo y, si debo estar más... estaré, pues no hay nada más importante que tú.

   Sólo deseo encontrar la manera de echar al miedo de mi vida, de poder alejarlo al otro lado del mundo, de decirle que no quiero que esté aquí, que me deje, que no me haga llorar más... que ya no me quedan lágrimas, que ya no me quedan fuerzas, que no quiero sufrir más... Quiero dedicarte mis mejores sonrisas, hacerte reír, darte la mano, decirte cuánto te quiero y recordarte las veces que sea posible... que te necesito, te necesito, que no te vayas de aquí...

    Quiero pedir perdón al Universo por haber perdido la fe, por haber creído que me estaba fallando, por sentir que había traicionado mi confianza, por haberlo culpado de todo... del inmenso dolor que me atrapa y no me deja avanzar. Tú no eres el responsable, lo sé, pero también sé que yo tampoco puedo hacer más que tú, pues cada uno somos responsables de nuestra propia vida. Por eso, hoy me riño y me reprocho no haber dado todo aquello que sí está en mi mano y, al mismo tiempo, me perdono, prometiéndome a mí misma que no volveré a fallar, que no te volveré a fallar.

  Totalmente en blanco pero sintiendo dentro mí cuanto te amo, madre...

domingo, 11 de noviembre de 2012

No se me olvidará nunca...

   Más de un artículo te he escrito ya a estas horas para conseguir que entiendas lo que ahora hay dentro de mis pensamientos, dentro de mi corazón, dentro de mi alma...y, sin pretensión de quitarte credibilidad, dentro de la tuya. Pero... desde que leí tus palabras me decidí a no hacerte ver una realidad que no sé si no quieres ver o si es que, simplemente, no es la misma que la mía. Y... ¿quién soy yo para convencerte de nada? Cada uno ve y vive la vida como quiere y, tal y como haces tú, yo también te respetaré.

  No voy a mentirme, mi corazón se partió en mil pedazos después de leer tus palabras, pero... no porque no las esperase sino porque siento que, independientemente de lo que me has dicho, no son ciertas del todo. Aprendí, a fuerza de muchos palos y errores, que no todos somos capaces de ver, que las cosas son tal y como son y, durante muchos años, me encargué de abrirle los ojos a los que no eran capaces de mirar más allá de ellos mismos, más allá de su corazón... en el interior de su alma, que es la que, al fin y al cabo, mueve nuestras vidas... nuestros actos.

   Hoy ya no me encargo de eso. Dejo que cada uno recorra su camino al ritmo que quiera, pues forzarlo nunca tiene recompensas positivas. A pesar de todo, no he podio sentirme triste más tiempo del necesario, del que he creído suficiente para darme cuenta de que nuestra amistad, según lo que entiendo, no era tal o... tal vez era mucho más que eso. Ayer, ahora sé que no por casualidad, estuve releyendo nuestras primeras conversaciones. Todo empezó por nada y acabó siéndolo todo. De una simple pregunta comenzó a nacer una relación pura y sincera que nos ha llevado a compartir aspectos muy importantes de nosotras mismas, que nos han tenido "atadas" durante muchos días a conversaciones donde las risas y la diversión han sido su principal motor.

   El Universo nos unió para que, en un momento en el que ambas necesitábamos a alguien que nos hiciese sonreír, estuviésemos una al lado de la otra, dándonos los ánimos que la vida nos robaba por otros aspectos. Yo también sentí que podía ayudarte, que podías necesitarme, que podía impedir, de cierta manera, que la tristeza te envolviese más de lo necesario. Lo más bonito de todo es que eso dio paso a que quisiésemos compartir mucho más, a que nuestros pensamientos volasen a donde la otra se encontraba, que nuestros buenos deseos llegasen allí a donde el tiempo y la distancia parecen no poder poner límites. Ha sido maravilloso, y aún lo es, saber que hemos estado tan cerca estando, en realidad, tan lejos...

  No puedes pretender que me crea que has estado ahí sólo porque yo lo necesitaba, pues es cierto que siempre me has dado la palabra precisa y que me has hecho llegar el aliento necesario cuando me ha hecho falta, pero también, que cuando el dolor ya no estaba tú seguías haciéndome reír y aportándome momentos que jamás se borrarán de mi ser.

   Sé, por lo que he visto en ti, que todo lo que me has dado ha sido con tus mejores intenciones, con tu corazón por delante y con tu sinceridad siempre presente; pero, también que, a pesar de lo que me hayas querido transmitir, esto es y será mucho más de lo que ninguna de las dos querrá reconocer jamás. El qué ni lo sé ni ahora quiero saberlo, pero no me conformo con saber que yo he creído darte todo cuánto necesitabas, para mantener la energía que te hacía falta cada día, y que tú simplemente hayas hecho lo mismo, pues puedo reconocer, y de nuevo no me queda más que reírme, que eso sería tan sólo los actos de dos bobas que queriendo sentirse mejor en sus vidas, se han dedicado a entregar a otra persona aquello en realidad nos ha hecho sentir mejor a nosotras mismas.

   Quizás sea cierto que somos almas gemelas. Dos almas con los mismos propósitos y, quizás sea por eso que se me encoge el corazón al pensar que tú hayas creído estar ahí para alegrar mi corazón cuando era yo la creía estar alegrando el tuyo. Tanto llamarte boba para acabar siéndolo yo; tanto darte mi amor para quedarme colgada del tuyo; tanto creernos importantes en la vida de la otra para no ser capaces de reconocer que ambas nos aportábamos felicidad tan sólo al mandarnos esos "simples" mensajes....; tanto creer en el amor para volver a darnos cuenta que cada uno vive su vida y que cuando el dar no es algo que nace de nuestro nuestro interior, sino de la necesidad que creemos adivinar en el otro...simplemente, deja de ser amor.

   Y ahora sonrío al pensar que dejé de escribir, de dormir, de hacer deporte, de exprimir cada segundo del poco tiempo libre que tengo en mis días para dedicártelo, pensando, al igual que tú, que te vendría bien, que lo necesitabas, que merecía la pena, que estábamos, simplemente, compartiendo lo que somos... Sé, en el fondo de mi ser, que así ha sido y vuelvo a sonreír... es tan maravillosa y rara la vida a veces, que aún me cuesta entender cómo la misma realidad tiene visiones tan diferentes...

   Ya lo sabes... y sé que no se te olvidará nunca... Pero también quiero que sepas que tampoco yo olvidaré lo bonito que es que alguien te desee cada mañana que tengas un buen día, que te avise de que ya está en casa, que te espere para poder hablar contigo, que te haga reír por el simple placer de hacerlo. Lo sabes también... yo ya estoy dentro de ti y, como dije al principio, no habrá distancia ni tiempo que puedan cambiarlo.

   Y, esto no lo sabes, pero aunque no se haga físico en un mensaje, yo estaré cada día a tu lado a la hora del café, te acompañaré en el coche en tus "quehaceres" diarios, te abriré la puerta al llegar a casa, te haré reír antes de dormir y te mandaré millones de besos cuando vayas a soñar...

   Nos vemos en Grecia...

   

  

jueves, 8 de noviembre de 2012

EL PLACER DE TU AUSENCIA....

   Hoy soy consciente de que han pasado ya demasiados días desde que te fuiste. No hace tanto estabas aquí, sacando de mi interior todo aquello que siento, que sentimos; permitiéndome compartir con el mundo las maravillosas experiencias que la vida me hace tener. Ahora, me planteo el porqué de todo esto...cómo no, ya lo ironizó alguien que me vio entre mis letras..."esa chica que no se pregunta nada en su libro...".

  Es cierto, siempre me pregunto millones cosas, simplemente, porque sé que todo tiene un sentido en mi vida, en nuestras vidas... No quiero sentirme triste porque no estés a mi lado, no quiero echarte de menos sin motivos, pues si algo sé, es que tú eres el motor de lo que soy, de lo que sueño cada día....

  No es cierto que no estés...tal vez no lo sea, pues ambas sabemos que cada día proyectas cientos de palabras, de frases, de emociones en mí, pero...¡qué difícil puede resultar a veces transmitir tanto...!

   Hoy el día ha estado lleno momentos de felicidad, el Universo se ha unido a mi sonrisa para recordarme que basta con eso...con sonreír para que todo fluya sin más...pero, de repente, me frenas en seco ante la ausencia  de lo que busco, de los sentimientos, de las emociones que me dan la vida. 

   Sí, de nuevo te vi, pero hoy, no me regalaste esa "simple mirada" que una vez hizo temblar mi corazón, hoy no me regalaste las palabras que hacen tambalearse a mi alma, hoy no sentí el beso que mueve mis días... Así es la vida, y yo sólo puedo preguntarme el porqué...

   Hoy aprendo otra lección. Y es que la ausencia de lo que ayer me diste también tiene un significado. Grité a los cuarto vientos cuánto te deseaba, y quizás llegaste a oírlo, por eso, sólo por eso, hoy tu mirada se esconde para evitar decirme nada, pero...¿sabes qué ha pasado? que hoy te sentí más que nunca, que sin quererlo sonó nuestra canción, esa que un día yo quise que tú también sintieras; y, como no creo en las casualidades, sé que si alguien la pidió fuiste tú... Qué esperabas que entendiese de tu ausencia de miradas, pues sólo lo que puedo sentir, que me evitas para no corroborar lo que un día me hiciste vivir...

   Hoy el Universo me ha dado todo cuanto le he pedido, me ha llenado el alma de sensaciones mágicas que, como siempre, dan sentido a mi vida. Una palabra, un mensaje, un beso y un abrazo, esa mirada que me agradece que yo haya estado allí, pues ella sí me miró, ella sí tiene el valor de expresarme cuánto me quiere...

  Hay tantas personas a las que amo con todo mi ser, que a veces me pregunto si no se me acabará el amor... No, no creo que llegue ese día, pues el amor es la energía que mueve al mundo, el amor es infinito y no pienso guardarlo para el momento más oportuno, porque estoy segura de que ese momento es cada minuto, es cada segundo que el Universo me permite vivir.

  Quisiera decirte que eres especial, pero especiales son todas las personas que me piensan, aunque tan sólo sea un segundo. Hay gente que me acerca a su vida y otras que al sentir todo lo que yo siento, simplemente, hacen el intento de alejarme... Pero no me iré, yo seguiré siempre viva dentro de cada una de ellas...

   Y me repito, y lo haré mil veces si es necesario. Agradezco todo aquello que me dais, pero no penséis nunca que vuestro silencio no es nada para mí, pues yo sé ver más allá de una palabra, más allá de un gesto, de una sonrisa; más allá de todo lo que nunca te atreverás a decir, más allá de lo que tus actos, sean para darme o para quitarme, me muestran. Tú también sientes este amor y yo...me pierdo dentro del mar de tus dudas...pero me encuentro dentro de una vida que es sólo eso...vida...mi vida.

   Después de reprocharte que te fuiste, tan sólo quiero darte las gracias por volver a mí, aunque sólo sea durante estos minutos en los que me pregunto tantas cosas, en estos momentos en los que busco las respuestas a todas mi dudas; ahora sé que estás dentro de cada persona que me roba el sueño, que me da la vida...

  Podría escribir miles de artículos, tantos como personas pasan por mi vida, tantos como sentimientos me hacéis sentir. No soy un ave de paso en la vida de nadie, yo dejo la huella marcada en el corazón del que sabe apreciar la vida, del que sabe sentir lo que somos en realidad: seres mágicos dispuestos a abrir nuestras almas a todo aquello que el Universo nos quiera regalar.

  Y, esto no son más que cientos palabras que parecen no decir nada, pero que dejan ver todo que tú, sí tú...tú y tú, dejáis ver en vuestras acciones. Sólo hay que observar más allá de lo que somos y sentir dentro de lo que nos ilumina como personas..., pues la energía seguirá fluyendo queramos o no pararla, porque ante el amor no hay freno que valga...

  Hoy, tú, mi musa, la reina de mi inspiración, vuelves a mí para sacarme del corazón las confusiones que tal vez mañana confundan a decenas de las almas que me rondan, que están en mi vida sin saber porqué; pero ahí yo no puedo hacer nada...

  Te doy las gracias, mi Universo, por haberme llevado en este día a reencontrarme con aquello de lo que huí y que ahora sé que está muy lejos de mí; por acercarme a todo lo que no vi, pero que ahora no quiero perder de vista; por no dejarme morir en el intento de comprender todo lo que no está mi mano, pero que hoy me hace feliz; por mimarme en los momentos que lo necesito y por olvidarme cuando es mejor que mi corazón descanse. 

   Hay sentimientos tan puros y tan intensos que, en ocasiones, parecen llevarse mi vida, que más de una vez, encienden mi alma, pero que otras me dejan sin aliento. Quiero seguir siendo quien soy, quiero entregaros mi esencia, lo más sincero de mi interior, aquello que provocáis en mi y que nadie más que yo puede decidir daros...

  Y al releer mis letras siento que os perderéis en una nube de sentimientos que no podré explicaros jamás, pero esto es lo que me atrapa, las sensaciones de tenerlo todo sin, aparentemente, tener nada; sin que dependa de nadie, ni siquiera de ti, mi fiel inspiración, el que yo pueda ser feliz.

  Hoy me acuesto con la certeza de que mañana encontraré las respuestas de lo que hoy me ahoga, con la convicción de que el que quiera compartir mi sinceridad me entregará la suya, con la suerte de saber que las "casualidades" no existen, con el corazón lleno de amor y la mente vacía de pensamientos que no me conducen a nada. En la nada no estás tú, así que allí jamás me perderé...

jueves, 18 de octubre de 2012

Yo también tuve ese sueño.

   Quien sabe qué es esto que me inunda haciéndome volar, como de costumbre, allí a dónde no quiero llegar. No sé cómo decirte que no quiero que estés en mi vida, que dónde tú encuentras una simple diversión yo siempre siempre acabo con el corazón herido... No, ya no quiero jugar más, hoy ya me planté ante tu descaro y no quiero volver a mirarte, a buscarte...

  Tú me puedes, me atrapas y me llevas a tener las ilusiones más remotas de este planeta, aquello que está prohibido, que no debe visitarse, que no puede tocarse....que me da la vida. Si no puedo tenerte es eso lo que quiero, es eso por lo que no sólo soy capaz de luchar, sino de lo que además estoy segura de poder alcanzar. Siempre, siempre se cumplen mis sueños...pero hoy no, no quiero que sea así, te lo repetiré el tiempo que quieras; hoy no me dejaré arrastrar por esta fuerte pasión que despiertas en mí, por esa mirada que se clava en lo más profundo de mis sentidos haciendo temblar todo mi cuerpo; por el deseo que me hace soñar con tu tacto, con esos labios de los que escucho gritar a un beso...a mi beso.

   A veces vuelo contigo a un lugar lejano al que estoy segura que nadie más puede llegar y, allí, te doy todo aquello que tu cuerpo me pide...allí te doy lo que soy, lo que me haces sentir. No dudo de si tú lo quieres también, de si valoras todo aquello que te entrego, porque allí...no estás tú, es sólo mi fantasía y, en ella, puedo tomar todas las decisiones, dejando, sin miedos, que seas tú la que decidas...

  Así, prefiero seguir soñando que saciar aquello que provocas en mí, pues no quiero perderme en el morbo que en mí desprende tu ser, sino seguir siendo fiel al mío, a aquel que sabe de sobra que es mejor que siempre haya dos sin tres. Puedo decir que no me robas el sueño, ni ahogas mis deseos, que no eres más de lo que te permito ser, pero aún así, reconozco que no puedo evitar perderme en ti...

   Por todo esto, te pido que si tú también me estás permitiendo ser algo más en tu interior, no tengas ningún miedo, pues sabemos que nunca será nada más... Pero, eso sí...quiero que te acerques y simplemente me lo digas...: "yo también tuve ese sueño".


lunes, 15 de octubre de 2012

En ese lugar...

   De nuevo hoy estuve allí, en ese lugar. Cada vez que cruzo sus puertas tu recuerdo viene a mi mente. No puedo dejar de verte en cada rincón, moviéndote de un lado a otro, con tu gran sonrisa, con ese parecido que todos dicen que tenemos...que tuvimos...

  Otra vez vuelvo a llenarme de tu magia y agradezco al Universo que te ayudase en esos momentos que seguro no fueron fáciles, que tan sólo fueron la forma de mantener a tu familia, a esos hijos por los que tanto diste...a ti misma.

   Lo mejor, mi linda mujer, es que sin ni siquiera habérmelo planteado en ese momento, uno de mis ángeles me dio la mano para ayudarme a adentrarme más en ti. "Os voy  enseñar la parte de adentro....". Cuando me dirigía allí la emoción recorrió todo mi cuerpo y, cuando pude ver todas esas paredes llenas de fotos...¡ufff!... ¡¿Dónde estás?! Eso es lo que hice, buscarte, pero ¿sabes? Aunque pueda sentirte no te conozco, no tengo la imagen de tu joven y bello rostro, no podía reconocerte...es más, creo que te vi en todas esas caras sonrientes que se reflejaban en aquellas imágenes. 

  Por unos minutos me consolé pensando que tal vez, dentro de la dureza de tu trabajo, podrías tener momentos llenos de gratificación y felicidad, pues, todo lo malo va acompañado siempre de cosas buenas. Tú, fuiste la persona más valiente del mundo, la persona que más marcó aquel momento y aquel lugar, que desde entonces y hasta hoy sigue recogiendo la misma magia...y, en definitiva, a las mismas personas. 

  ¿No sigue ocurriendo hoy lo mismo? Unos dan lo mejor de sí mismos para alcanzar sus meta y sus sueños y otros disfrutan de ello. 

  No son sólo cuatro paredes, sino un lugar lleno de luz dentro de la tenue oscuridad que lo hace ser el sitio más romántico y apacible que he conocido. El amor siempre ha fluido y fluirá entre sus mesas y sillas, entre las copas que apoyamos en la barra, entre las personas que hacen posible que lo disfrutemos, entre las personas que decidimos ir y dedicar parte de nuestro valioso tiempo a llenar de vida nuestras propias vidas.

   En ese lugar ya los romanos se divertían y compartían sus ilusiones

   En ese lugar el tiempo se para e incluso retrocede para que podamos dar mayor valor a nuestra vida.

   En ese lugar no hay nadie que no tenga un sueño...nadie que no pueda entender los tuyos.

   En ese lugar cualquier cosa es posible, cualquier milagro puede hacerse realidad.

  En ese lugar se recogen para la eternidad todos los sentimientos que su misma magia hace fluir de nuestro corazón.

  En ese lugar he hecho mi sueño realidad y algo me dice que habrán muchos más.

 En ese lugar puedo sentir que tú vives en mí y que, ahora más que nunca, me acompañas allí donde también tú intentabas hacer de tu vida, la más digna y feliz del mundo. Te siento...

domingo, 14 de octubre de 2012

"Amor a medias"

   Hoy te escribo de nuevo a ti, mi Amor, ese amor que siempre siento a medias... Te he buscado en muchas personas y, lo mejor, es que siempre te he encontrado... La cuestión está en que cada vez que lo hago me dejas nadando en el vacío de todo aquello que creí sentir.

   Yo me abro a ti y te entrego todo lo que soy, pero tú...siempre me dejas con la miel en los labios. Sí, lo sé...sé que para ti soy esa persona que te parece grande y segura de sí misma, con luz propia y que sabe bien por donde pisa, pero cuando llegas me pierdo en el mar de los sentimientos que generas dentro de mi corazón... Entonces es cuando tu aprovechas para robarme lo que soy, lo que siento, incluso, lo que me haces sentir.

   Sé que "sin darme todo yo me sentía completa"... Pero... crees que puedo conformarme con esa mirada que un día me hizo querer algo más de ti; crees que tu sonrisa me ciega hasta perder mi verdadero camino; crees que puedo apostar toda mi vida por alguien que no sé si llenará mi alma o romperá en mil pedazos mi corazón....si me llevará a realizar ese "viaje al cielo"; crees que sólo quiero esos besos que al fin conseguí; crees que el amor que me das es suficiente para llenar un alma que no se conforma con poco. Y, es entonces cuando me reprochas que no puedo darte más, cuando, en realidad, eres tú quién te alejas, quien crees ser poco para mí, quien no te vez capaz de seguir mis pasos...

   "Tú quieres un amor a medias" donde, sin darte cuenta, lo único que haces es esconderme de lo que tú mismo eres, de lo que tú mismo sientes... Y, yo..."yo busco un amor a medida", un amor que sea capaz de conocerme y quererme tal como soy; un amor que sea sincero, que me roce el alma cada día; quiero un amor que me observa de forma descarada con esa mirada que, al principio, siempre escondía entre la gente; deseo que siempre seas valiente para decir lo que sientes, que no haya nada que frene lo que sentimos, que no haya excusas para no darnos el beso de buenas noches, que no exista nada que rompa el lazo que un día el Universo hizo que nos uniésemos.

   Ahora, segura de poder avanzar sin ti en mi vida, te veo pasar delante de mi, coqueteando como siempre has hecho, pero...hoy no, hoy no me dejaré arrastrar por ti, porque hoy tengo un sueño. Hoy sé quien soy y me doy cuenta de que te ríes de mi; te ríes cuando compruebas que detrás de ese disfraz de "donjuan" se esconde un alma que grita al cielo alcanzar algo que ahora no quiere, algo de lo que huye, algo que en realidad le da la vida: tú, mi Amor....

   Aún así, no hay distancia que pueda separarnos porque, pase lo que pase, "donde quiera que yo vaya, llevaré una huella tuya" que me recordará que soy capaz de amar y de sentir como ni tu mismo llegaste a pensar. Llevaré esa marca que me recordará que ya no hay nadie más a quien yo deba regalar mi Amor, simplemente, porque mi amor eres tú, y tú...ya me has dejado marchar demasiadas veces...

  Por eso ahora sé que no soy lo que buscabas...pero aún así, quiero que sepas que tampoco tú eres lo que yo quería encontrar. Si tengo que morir de Amor, será cuando seas capaz de aportarme la felicidad que mi alma necesita. Por eso, hoy te pido que me abras "la puerta de salida, al fin y al cabo...no soy lo que querías...".


viernes, 12 de octubre de 2012

El día más feliz...gracias a vosotros.

   Hoy, sin lugar a dudas, es el día más feliz de mi vida. Puedo aseguraros que hasta que no vea el vídeo no voy a saber exactamente lo que ha pasado en ese maravilloso lugar. Le emoción y, ya por último, los nervios que me han invadido no me han dejado ni ser consciente de lo vivido...

  Las emociones comenzaron cuando os vi llegar...cuando pude abrazaros y sentir que estabais allí compartiendo mi sueño, acompañándome en este nuevo viaje que justo ahora comienzo, con el miedo y las dudas de quien recorre un nuevo sendero por explorar, sabiendo a dónde quieres llegar, pero sin tener la más remota idea de cómo lo harás...

  El día ha transcurrido con muchos nervios desde que empecé a ver desfilar delante de mí, en mi lugar de trabajo, las bandejas y bandejas de comida que mi jefe y mis compañeros habían preparado para mi... Más tarde las llamadas y los mensajes casi no me han dejado respirar...gracias...y disculpadme los que no han recibido respuesta.

  Y, evidentemente, el momento en sí... la presentación de mi primera obra ¡ufff!! ¡¿Cómo podría expresarlo?!...no es posible, ni una gran escritora podría hacerlo, menos yo que aún soy novata en esto de transmitir... 

   Desde el principio todo ha girado en trono a la magia y a la fuerza que el Universo reúne para ayudarme en este arduo camino, pero lo mejor, ha sido el cómo de todo este día. A pesar de haber sido mi presentación, absolutamente todo lo que ha ocurrido hoy se ha hecho patente a través de personas que han puesto una parte muy importante de ellos en lo que yo deseaba.

  Quiero dar las gracias a todas y cada una las personas que habéis estado hoy conmigo. No podía esperar menos, siempre habéis estado y sabía que no faltaríais al momento más crucial de mi vida...la presentación de mi primer libro. Ha sido una experiencia maravillosa sentiros, teneros tan cerca, y escuchar esas historias "para no dormir" que ha creado mi Universo para conseguir que estéis hoy aquí. Personas que han llegado de Prado del Rey, Tarragona, de Granada, de Córdoba, y, como no de Madrid...mi hermanito... Personas que han tenido que salir corriendo para llegar, que han dejado algunas de sus responsabilidades, que han salido a pesar de tener fiebre y, los que llevan días de insomnio proyectando que el día fuese todo lo que, finalmente, ha sido....un día redondo.

  Gracias a los que habéis estado dedicando vuestro tiempo a llenar un huequito más de mi corazón a través de vuestro mensaje...habéis estado geniales. Me habéis hecho reír, llorar y vibrar de emoción...no podía ser de otra manera, si os elegí fue porque sabía que eráis capaces, que podríais transmitir todo aquello que los demás también estaban pensando o que, simplemente, querían saber. Agradezco vuestro esfuerzo y puedo deciros que ha merecido totalmente le pena. Os quiero muchísimo. 
  
 Y, bueno, no puedo olvidarme de Paloma, sin la que, sin duda, mi presentación no hubiese sido ni la mitad de emocionante. Todos saben que me cautivó nada más verla. Hay miradas que no pueden esconder lo que piensa el corazón...y cuando tuve el pacer de conocerla personalmente sabía que me traería grandes "regalos" a mi vida. No me equivoqué, al fin puedo alegrarme por poder decirlo...quizás sea porque he tenido la suerte de conocer a muchos otros ángeles en estos últimos meses.

  Así ha sido. Durante las últimas semanas he tenido que cambiar mi fe ciega en el Universo por mi fe ciega en Paloma. No he podio dormir pensando en qué decir hoy, imaginando que era eso que me tenía preparado, viendo como mis compañeros rumoreaban entre ellos mientras, desde lejos, escondían sus sonrisas...El mensaje quedó claro: "No te preocupes de nada, yo controlo el tema, tu lo que tienes es que disfrutar de tu día"... 

   ...Y eso he hecho...como una niña chica. Nunca lo pude imaginar mejor. Así es la magia del Universo...engrandece tus grandes sueños hasta lo imaginable.

   Un día sentí que en el Pay Pay había algo mío, pero hoy me doy cuenta de que lo que sentí no fue más que un aviso de todo lo que me quedaba por vivir allí.

   Con total certeza....continuará...

jueves, 11 de octubre de 2012

Carta de una admiradora al programa de radio "Buenos días"


   Estimado Guillermo:

 Sigo su programa y me encanta la sección que dedica a los libros, a través de la cual he podido escuchar a la novel escritora gaditana Sonia Brúnar, sabiendo que el programa de hoy también dedicaría un tiempo a la poesía me he atrevido a mandarle algo especialmente dedicado a la joven Sonia, reconozco que lo que le mando no es muy bueno poéticamente hablando, pero si la poesía es emoción y sentimiento, los míos van puestos en este pequeño texto.

   Si ve usted a bien dedicárselo de una admiradora de las letras, y descubridora de las
suyas.

   Gracias sea o no sea posible atender mi sugerencia, gracias por su programa.

Desde la distancia te observo,
te leo en mis madrugadas,
compartes tus palabras con el mundo
regalas sonrisas sin precio,

Dejas tu mano volar sobre el teclado,
y en cada golpe de tus dedos
dejas tu huella en un todo,
a veces he de leerte más de dos veces,
pues me sorprende que escribas
lo que necesitaba leer.

No se en que estarás pensando ahora,
aparte de que el verso es libre de toda norma,
sin rima…
pero es que no la necesito,
porque cada palabra tuya
ya rima perfectamente con las emociones que despiertan.
Yo no soy escritora,
tú sí,
por eso este intrusismo que hoy practico
dudo que se vuelva a repetir

Tan solo quería agradecerte,
que de alguna manera,
mientras tú te preguntabas en que pensabas,
sin tal vez pretenderlo,
dejaste una parte de ti en nuestros pensamientos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

A mi madre

Divagando entre las preguntas que ahora inundan mi ser, 
no puedo más que gritarte que siempre te quiero ver, 
no queremos perder de vista a la persona que nos vio nacer,
a quien nos dio toda su vida, y no enseñó lo que es querer.

Quiero, como tú, dedicarte una poesía,
unos versos que desprendan alegría
y que puedan iluminar tu ser, 
pero, el miedo me paraliza, pues no te quiero perder.

Resignada ante la impotencia de no saber componer,
esas frases que te ayuden para nunca más decaer, 
ahora decido regalarte mi prosa, 
para poder tocar tu alma de mujer.

Hoy quiero decirte madre:

...que mi vida no existe sin la tuya, pues tu niña morena te necesita a pesar de haber crecido, igual que el mundo al agua para no morir de sed.
...que no hay ilusiones ni sueños cumplidos sin la mirada de una madre orgullosa, igual que nada existe si no lo podemos ver.
...que nadie comprende tu pena, pues el dolor está sólo dentro de uno mismo, pero sin dudar aquí están tus hijos para compartirlo contigo...
...que si ya ganaste una vez, esto no es más que una muestra más de tu fuerza, del valor que siempre te hizo vencer.
...¡que más quieres que te diga qué tu no sepas ya!, que tu luz ilumina la nuestra como las olas acompañan al mar.

Y al rendirme de nuevo ante tus versos te diré
que hoy me levanto por ti,
hoy soy yo la que busca tu futuro,
la que te acompaña hasta él.

Tú, quédate tranquila,
pues no tienes más que hacer,
sonríele a la vida,
deja que el viento acaricie tu piel.

Aprovecha cada segundo,
disfruta de cada placer, 
piensa que hoy estás viva
y que mientras vivas
nosotros lo haremos también.

Madre no hay más que una,
así que ya sabes que hacer,
no te alejes demasiado 
no nos dejes nunca caer.

Entre tus brazos crecí,
entre tus brazos lloré, y aprendí
que no hay nada más bonito que tenerte siempre aquí,
aquí muy cerquita de mí.

lunes, 1 de octubre de 2012

Él manda.

   Intento que no me atrape, pero Él siempre está ahí, controlando cada paso, cada momento de mi vida... Va y viene; me envuelve y me suelta; me grita y me acuna; me quita la vida, pero también me devuelve la esperanza.

  Aparto mi mente de Él pero es fuerte, grande,...o tal vez le dimos ese falso valor...pero eso ahora ya da igual. Pienso en lo que deseo...ahí está, lo veo, lo miro y hasta puedo tocarlo, pero ¡no! no te acerques demasiado, porque Él vendrá  y te lo quitará....

   Siento las ganas de tenerte, de compartir algo más que un segundo, que un sueño por alcanzar...pero como Él no está presente, eso nunca sucederá. Quiero, pienso y anhelo hacer lo que mi corazón me dicta, dejarme llevar y no pensar en nada más...

  Ya que no puedo tenerte me decido siempre a escribirte, pero...hoy ya no es posible, ¿no lo sabes ya? Él vendrá a buscarme...a recordarme que no me quiere acompañar... Me invade, me frena, me empuja y me hace aprender y valorar la esencia de la vida, pero, en ocasiones, no aporta tranquilidad, no  me permite volar. 

   Se cuela sin más, y aprovecho para preguntarle que más puedo hacer para sentir que lo gano, y no que lo pierdo constantemente. Su respuesta es muy clara: 

   "No quieras atraparme, no quieras hacerme grande ni pequeño, no quieras jugar con mi presencia. Yo, soy el Tiempo, el amo y señor de toda tu vida; Es mejor que dejes de buscarme y empieces de una vez a valorarme". 

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