lunes, 26 de noviembre de 2012

LO HARÉ...

   Después de dos semanas me encuentro de nuevo sentada ante una hoja en blanco en la que ni siquiera sé qué voy a plasmar. Ha sido muy duro para mí volver a leer aquello que te escribí mientras tú ibas camino del cielo... Aún se me encoge el corazón al recordar la sensación que me invadió cuando el teléfono sonó justo en el momento en el que puse el punto y final a aquel artículo que esperaba que leyeses algún día.., pues no cabía duda de que al otro lado estaba la noticia que tanto temía que llegase...."mamá se ha ido...".

  Se me parte el corazón, más aún si cabe, sólo de pensar que ya no estás. Mis creencias en el Universo, mi certeza de que todos somos energía y que energía seguiremos siendo, mi convicción sobre aquello que he aprendido y que  me dice que ahora estarás conmigo en cada momento, en cada lugar, en cada parte de mí, puedo asegurarte que no me consuelan en absoluto... mamá...

   No puedo parar de imaginarte, de pensarte, de soñar que esto no es más que una pesadilla de la que en cualquier momento voy a despertar. Sí, es la desesperación lo que me inunda, lo que hace que me duela el alma, lo que consigue que mis días carezcan de sentido sin tu llamada, sin tus besos, sin poder contarte las cosas que voy a haciendo, lo que me ha pasado, a la persona tan especial que he conocido, todo aquello que mueve mi corazón y que siempre te ha hecho vibrar como si tu propia vida fuese... ¿qué sentido tiene ahora todo eso mami? Es tan duro no poder contarte nada que desesperada grito al cielo tu nombre... mamá... pero ¿sabes qué pasa? Que al contrario de lo que siempre ha ocurrido, esta vez ni mis gritos, ni mis llantos, ni mi pena son consolados... tú ya no estás para hacerlo...

   Me quedo en un rincón de mi vida esperando sentir tus brazos sobre mi cuerpo, esperando oír tus palabras, esas que siempre han sabido darme paz y calma, que siempre han servido para arrancar la pena de mi corazón y que me ayudaban a ver las cosas de otra forma, de color, de cientos de colores... Todo se vuelve oscuro y frío sin ti, todo parece estar en una dimensión paralela que puedo ver, observar... pero que ya no puedo tocar...

  Lo sé, todo es cuestión de tiempo, me lo repito constantemente y cuando se me olvida mis ángeles se acercan a recordármelo. No te puedes imaginar, mami, la suerte que tengo, no sólo de tener la mejor familia del mundo, sino también de haber encontrado a los mejores amigos que todos deseamos tener. Me he sentido arropada y acompañada desde antes de que te fueses, y ahora... pufff... cada minuto recibo un mensaje, una llamada o un abrazo que me devuelven a la vida, que me dan el aliento que me falta para encontrar sentido a todo lo que ahora parece no tenerlo.

  Hay personas de todas partes, personas que están cerca y otras que no pueden estarlo, pero que con su magia y con su gran corazón me llevan de la mano, como si de ti misma se tratase, procurando que no me pierda en el mar de mi dolor, en la pena de tu ausencia, en la realidad más triste que jamás he vivido. Sí, mami, tengo suerte de tenerlos y quiero que lo sepas, que te quedes tranquila porque sé que estarán siempre a mi lado.

  Aún así, no hay nada ni nadie que pueda recomponer mi corazón y a cada segundo me pregunto cuánto va a durar esto, cuánto seré capaz de soportar... He vuelto a la rutina que todos me han dicho que me ayudará a seguir, pero... no hay rutina sin ti, sin tu amor, pues también formabas parte de todos mis días, de cada pensamiento, de cada cosa que hacía. Todo terminaba cobrando valor al poder contártelo, independientemente de no me prestases atención, de que tuviese que repetirte mil veces quién es esa amiga de la que te hablo, que la leche caliente no me gusta mí sino a mi hermano, que ella no puede ser el amor de mi vida aunque a ti te gustase, que tienes que hacer más deporte, que tenemos que dejar de fumar... que te necesito, mamá... te necesito para vivir... Esto es lo que más coraje me da que no hayas recordado, que te necesito porque eres mi madre, porque no importa cómo seamos y lo que queramos, tú eres mi madre y yo aún me siento muy pequeña como para poder caminar sin ti, como para poder arriesgarme a equivocarme sabiendo que ahí estarás tú para ayudarme a corregir mis errores... para escucharme, sólo eso mamá... quiero hablar contigo, quiero estar contigo, ¡quiero verte!

  Cómo una mente tan limitada como la nuestra puede llegar a entender el concepto del nunca jamás, algo tan infinito en el tiempo que hace temblar hasta el alma. No me lo creo, no quiero creerlo, no puedo... me ahogo en mis lágrimas, en la pena que me aprieta el corazón.

  Te pido perdón por caer a lo más bajo de mi vida, por pensar, en demasiadas ocasiones, que no seré capaz de salir de aquí, por gritarte y enfadarme por haberte alejado de mí... Te pido perdón por no escribirte cosas bonitas y felices, por no contarte todo lo bueno que sigue habiendo en mi vida, por no bromear con lo malo que me recorre el cuerpo. Sólo te pido que lo entiendas, que por una vez, seas capaz de ponerte en mi lugar y entiendas que si, como siempre me has repetido, madre no hay más que una... ahora sé que nunca más volveré a sentir todo aquello que tú me has dado, que sólo tú podías hacerme sentir.

  No sé como, mami, te juro que no lo sé, pero te pido que confíes en mi porque te prometo que seguiré en pie, cueste lo que cueste...

... lo haré porque hay a mi alrededor una familia estupenda que tiene que recuperar la alegría, que necesita volver a sonreír, a reírse de la vida y que, sobre todo, sé que cuentan conmigo para ello. 

... lo haré porque tengo una hermana pequeña que necesita que me la coma a besos cuando la vea, que le escuche y le aconseje en cada uno de sus pasos, que le de la mano cuando no encuentre el camino; que le recuerde que la quiero, que todos la queremos; que esté siempre a su lado, cerquita, dándole y enseñándole todo lo que sé, todo lo que de ti pude aprender... Porque ella es magia, mami, y tan sólo su mirada me da fuerzas para seguir... me da todo el amor que le enseñaste a transmitir...

... lo haré porque mi hermano y yo somos uno y tenemos millones de recuerdos que compartir para seguir dándote vida dentro de la nuestra, porque juntos somos más fuertes, porque él me inspira y me protege, porque yo le abrazo y le doy fuerzas... porque le quiero y sabemos que nuestro "pequeño gran" regalo de hermana nos necesita más que nunca...

... lo haré porque mi padre también merece que lo ayudemos; porque él ha dado su vida por nosotros y ahora me toca devolverle el favor, estar siempre a su lado, secar sus lágrimas, y mantenerme como me ha pedido: fuerte..."debemos ser fuertes..."

... lo haré porque tus hermanas se han quedado sin su hermanita pequeña y eso es muy duro, mami...; porque ellas son soles que merecen también que las cuide tanto como te cuidé a ti, porque me demuestran su amor y porque no quiero que pase un día sin que sientan el mío...

...lo haré porque te casaste con un hombre maravilloso que te amará siempre; que nos quiere como si fuésemos sus hijos; que siente el vacío de no tenerte en cada minuto de sus días; porque no quiero dejar de estar a su lado, de acercarle mi hombro para llorar si lo necesita, de acompañarle dentro de la soledad que ahora le invade...

... lo haré porque hay personas que te aman y te seguirán amando, que te demostraron ser tus mejores amigos, para los que fuiste su ángel bajado del cielo para tenderles tu mano; porque ellos también están a mi lado, porque me dan lo que tú querrías que me diesen y porque sé que quieren seguir sintiendo a través de mi que sigues aquí, que has dejado el mejor de los legados... tres hijos maravillosos que no son más que tres pequeñas partes de lo grande que siempre fuiste y seguirás siendo a través de nosotros...

   Así que lo haré mamá, caminaré hacia delante aunque mis lágrimas me nublen la vista; escucharé nuestras canciones aunque mis oídos sólo sientan tu silencio; sentiré la magia de la vida aunque el alma se me parta por no poder contarte lo que siento; me levantaré cada mañana aunque al día le falte el azul de tu mirada; lucharé por seguir haciendo que te sientas orgullosa de mí... Pero no olvides nunca que el orgullo es mío, pues cada día cientos de personas me recuerdan lo fácil que me resulta dar amor, lo bonito que es sentirlo y yo, en mi interior, siempre les contesto: "no soy yo... es mi madre la que ha sabido enseñarme lo qué es el amor...", para ti tu mayor fantasía... para mí el motor de mis días...

   Daría cualquier cosa por volver a tenerte a mi lado... Te echo tanto de menos... tanto... ¡Mamá!

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