Ante un folio en blanco me encuentro cada noche sabiendo lo fácil que me resultará llenarlo con todo aquello que siento, con todo lo que voy aprendiendo, con emociones e ideas que, la mayor parte de las veces, salen directamente de mi corazón sin ni siquiera pasar por mi mente. Tanto es así, que al leerme y reflexionar sobre ello incluso, en ocasiones, no llego a estar de acuerdo con lo que yo misma escribo o, tal vez, prefiero no estarlo...
Sin embargo, hoy no tengo esa facilidad, quizás porque he dejado de sentir y, cuando reacciono, lo único que hago es pensar. Me encuentro como mi folio...totalmente en blanco. Me distancié del amor de pareja para dejar de sufrir y ahora me doy cuenta de que cualquier amor puede hacernos daño. Me quedo con mis amigas, las de siempre y las que llegáis ahora para estar a mi lado como están las amigas... cuando realmente lo necesitamos. Sé que tenías razón, pero tal vez no quise reconocerlo...
Me levanté ante un nuevo día con la sensación de tristeza recorriendo mi ser y, de nuevo, no me equivoqué, pues algo malo estaba pasando a alguien a quien quiero con todo mi corazón. No llego a entender porqué el Universo me ha otorgado, a estas alturas, este don con el que no sé que hacer y que más que un don me parece un castigo... Y me bastó con escribir una frase para que las personas que me quieren de verdad, aunque no estén a diario en mi vida, entrasen sin más a darme todo su calor. Y, como no, hoy aprendo otra lección y se derrumba todo lo que mi corazón creyó ayer...eso es la amistad... ¿qué más se puede pedir?
Hay una certeza que me quema el alma, que me aprieta el corazón y que me hace tener fuertes dolores por todo el cuerpo... me tensa, me atrapa, me quita la respiración. De nuevo lo siento, de nuevo lo veo y...no quiero, tan sólo deseo alejarme. Hoy que me paro en seco, pues creo que eso fue lo que hice, alejarme de mi realidad, esa que tanto daño me hace... esa que me roba el sueño y de la que, como ya hice una vez, huyo sin más...
Esta noche no estás para distraer mi atención, y no es porque no quieras, sé lo que harías gustosa, tanto tú como muchas otras maravillosas personas que, por suerte, están siempre a mi lado aunque no las vea, aunque ni siquiera les dedique mis buenos días. Esta noche me enfrento sola ante el miedo, ese que se cuela en cada poro de mi piel y hace que desespere ante mi impotencia...
Hace unas horas le grité furiosa al Universo, con tanta fuerza que aún siento las consecuencias de tanta energía gastada. Mi garganta está irritada, mis músculos no han dejado de estar contraídos, mi corazón ha dejado de latir, mi alma vaga por la vida como si ésta hubiese dejado de tener todo su sentido...
Ya no quiero esconderme más, ya no quiero volver a dar esquinazo al hecho que ahora me quita el sueño, me roba mis ilusiones y deja a mi vida sin rumbo. No es culpa del Universo, pues a pesar de mis insultos, de mis malas maneras con él, hoy me ha hecho cientos de regalos, me ha hecho reír como siempre, me ha permitido salir pronto de trabajar, me ha dado un sitio para aparcar cerca de casa, me ha ayudado a evadir de mi mente los pensamientos que no conducen a nada y, sobre todo, me ha dado el amor necesario que me recuerda que no estoy sola y que, pase lo que pase, nunca lo estaré.
Ahora, al fin, abro los ojos ante todo lo que no quiero ver y me decido a estar a tu lado, a darte todo el tiempo que tengo, a entregarte todo lo que soy si con eso consigo que sigas en mi vida, pues ¿qué sería yo sin ti? ¡¡¡¿Como imaginarme en ella sin tus besos, sin tus preguntas, sin tus llamadas, sin tus comidas, sin tus sonrisas, sin tu belleza, sin ti?!!! No quiero ni puedo pensarlo, pero no lo puedo evitar... me pierdo entre mis lágrimas... el dolor sigue haciendo mella en mí, me vuelvo a derrumbar entre las preguntas que no encuentran respuestas y no quiero escuchar a nadie, no quiero que intentéis convencerme de que todo va a ir bien, porque eso ni el Universo lo sabe... pues no depende de nosotros, tan sólo depende de ella, de sus ganas de seguir, de sus ganas de vivir, de sus ganas de ser....
Hoy me propongo darte motivos para vivir, llenarte de mi amor y que entiendas que te necesito a ti más que a nadie en el mundo, porque aunque tú me dieses la vida no tienes derecho a quitármela, no te lo voy a permitir. Voy a estar a tu lado todo el tiempo que mi vida me lo permita, cada minuto, cada segundo y, si debo estar más... estaré, pues no hay nada más importante que tú.
Sólo deseo encontrar la manera de echar al miedo de mi vida, de poder alejarlo al otro lado del mundo, de decirle que no quiero que esté aquí, que me deje, que no me haga llorar más... que ya no me quedan lágrimas, que ya no me quedan fuerzas, que no quiero sufrir más... Quiero dedicarte mis mejores sonrisas, hacerte reír, darte la mano, decirte cuánto te quiero y recordarte las veces que sea posible... que te necesito, te necesito, que no te vayas de aquí...
Quiero pedir perdón al Universo por haber perdido la fe, por haber creído que me estaba fallando, por sentir que había traicionado mi confianza, por haberlo culpado de todo... del inmenso dolor que me atrapa y no me deja avanzar. Tú no eres el responsable, lo sé, pero también sé que yo tampoco puedo hacer más que tú, pues cada uno somos responsables de nuestra propia vida. Por eso, hoy me riño y me reprocho no haber dado todo aquello que sí está en mi mano y, al mismo tiempo, me perdono, prometiéndome a mí misma que no volveré a fallar, que no te volveré a fallar.
Totalmente en blanco pero sintiendo dentro mí cuanto te amo, madre...
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