jueves, 26 de abril de 2012

"MI SEÑO DE EDUCACIÓN FÍSICA"

"Seño, cuando se fue nuestro maestro tenía miedo por el/la maestro/a que vendría y cuando entraste por la puerta me fijé en tu mirada y vi que eras honrada, me encariñé contigo poco a poco. El viernes te fuiste y mi corazón en mil pedazos se rompió.

   Cuando tú viniste los pájaros cantaron más que nunca y cuando te fuiste los pájaros se quedaron mudos ¡Vuelve!

   Y como tú nos dijiste el último día: No dejes de perseguir tus sueños.

   ¡Te quiero de corazón! "

martes, 24 de abril de 2012

SER DE LUZ

   Escribir sobre ti...qué fácil y qué complicado al mismo tiempo. Fácil, porque lo que ahora mismo siento a tu lado es pura magia y sobre eso sí que se me da bien hablar; difícil, porque son tantas las cosas que hemos vivido y las situaciones que ahora compartimos, que necesitaría más de un artículo para expresarlo. 

  En realidad, te he escrito muchas veces, pero nunca sé qué elegir de todo lo que releo para publicarlo. Cada vez que le he escrito a Mimo, tú has venido a mis pensamientos, tal vez, porque la vida ha hecho que en muchas ocasiones haya tenido que verte como una hija y los sentimientos son totalmente iguales en muchos aspectos. Las sensaciones que te llevan a proteger a una persona por encima de todo, a tener pesadillas que te recuerdan el temor constante a que le pase algo, a preocuparte en la lejanía de como se sentirá, de que será lo que le da vueltas en su cabeza, lo que, en ocasiones, no le permite ser feliz son, precisamente, las que nos unen de una forma especial.

   Otra de las ventajas de mi situación actual ha sido la poder acercarme más a ti, tú que tan lejos estabas de nosotros, que sin darte cuenta empiezas a hacerte mayor y a mirar mucho más allá de lo que tienes delante. Jamás te reprocharía yo tales acciones, sino que, por el contrario, he recordado que no hace tanto también yo vivía de la misma manera y, en esos momentos, no necesitas que te reprochen constantemente que vas a "tu rollo", sino que lo que tu corazón necesita es saber que estamos ahí, que tenemos el deseo de compartir momentos de nuestra vida contigo y que, si tu no vienes a nosotros, no importa, porque a nosotros, que ya hemos aprendido el valor de la familia, no nos cuesta, en absoluto, ser quienes demos el paso que nos llevará a disfrutar de tu presencia.

   Me encanta recordar tu carita redonda de cuando eras pequeña y esas dos "bolitas" celestes iluminando tu rostro, esa gran personalidad que siempre tuviste y la inteligencia que desde bebé nos mostraste. No había persona que no se parase a tu paso para dedicarte las palabras más bonitas que se le pueden dedicar a una niña... irradiabas luz allá a donde fueses.

   Ahora, terminando tu etapa de adolescencia para entrar en la edad adulta, me da incluso más miedo que te pierdas en el camino, que te encuentres perdida ante tantas decisiones que debes empezar a tomar por ti misma y que marcarán el sendero de tu vida. El Universo ha hecho que volvamos a encontrarnos después de todos estos años viviendo juntas pero en mundos distintos y, tal vez, las circunstancias que en algún momento nos separaron, sean las que a día de hoy nos vuelven a unir para acompañarnos la una a la otra en el camino.

  Me encanta cuando confirmas que "hay que hacerle caso a mi hermana porque ella siempre tiene razón"...es más, me hace llorar de emoción cada vez que lo reivindicas, pero debo confesarte algo... no siempre tengo razón. Esa es una de las cosas más importantes y maravillosas que vas a aprender...nunca des nada por hecho, pues la vida siempre te terminará sorprendiendo con algo que nunca esperarías. Cuando crees que ya lo sabes todo de cualquier ámbito de tu vida..¡bum!, algo ocurre en tu día que te cambia por completo los esquemas que ya tenías, dejándote boquiabierta ante lo inesperado, ante la magia... A veces, esas situaciones pueden causarte algún daño, pero en ese caso tampoco debes resistirte pues, tras todo eso, también se esconden bellas lecciones que te ayudarán a ser feliz. 

   Sea lo que sea lo que acontezca en tu vida, lo más importante es que nunca olivdes que te necesitamos y que todos daríamos la nuestra por ti. Yo, como tu hermana que soy, lo que jamás dejaré de hacer es estar a tu lado para que siempre tengas alguien con quien desahogarte y a la que no hacer caso de ningún consejo para darle la razón después de equivocarte; y, por supuesto, para que compartamos todos los logros que vayamos alcanzando, esos aprendizajes que, a pesar de la diferencia de edad, vamos adquiriendo juntas y, por supuesto, esas maravillosas puestas de sol en las que disfrutamos de algunos de los placeres prohibidos de la vida mirando la vida desde la Casería...

   Deseo que sigas viendo las señales que cada día te manda el Universo y que poco a poco, y con paciencia, vayas alcanzando todos tus sueños... 

   Te quiero "carita".


miércoles, 18 de abril de 2012

SINTIÉNDOTE

   Como si de la nada hubieses salido apareces delante de mí para hacer latir mi corazón con esa intensidad que creí no poder volver a sentir jamás; como si de la nada hubieses salido... entras en mi vida sin avisar, pero de una forma tranquila y pausada, cambiando todos mis sentimientos y, al mismo tiempo dejándome seguir siendo y viviendo como hasta ahora.

   Nunca conocí el amor de esta forma, pues siempre lo sentí como un huracán que llega a tu vida revolviendo todo lo que te rodea, haciéndote actuar rápido para no perder lo que puede arrasar si te quedas quieto; lo sentí como un fuerte golpe en el corazón que por momentos endulza tu vida, pero que pronto acaba amargándola... 

   Tras tanto tiempo lejos de ese sentimiento, todo lo que tengo está en orden, ocupa el lugar adecuado en mi vida y me hace sentirme segura. No quisiera por nada del mundo perder lo que tanto me ha costado alcanzar, sin embargo, ya no puedo resistirme más a sentir, a sentirte...

   Acepto que entres en mi vida, es más, quiero que lo hagas, cada vez más y más, porque cuanto más avanzas en ella más puedo sentir que sigo viva, que esa parte que no sabía de que llenarse, ahora lo tiene muy claro...quiere llenarse de ti, del amor romántico que tanto echaba de menos.

   Hoy quiero devolverte la sorpresa y regalarte lo que siento. Siento...

   ... que das vida a todos los sentimientos que enterré para no volverlos a sentir....y me encanta.
   ... que mi pensamiento vuela contento a recordar cada parte de tu cuerpo, cada beso que me regalas, cada sonrisa que me dedicas...me encantas.
   ... que los días sin tenerte a mi lado están faltos del sonido de tu risa, del olor de cuerpo, de la energía que desprendes y de la que me haces desprender.
   ... sí, siento un fuerte pellizco en el estómago que me dice que necesito tenerte cerca, que quiero verte, tocarte, besarte y decirte al oído cuánto te deseo.
   ... tus ganas de estar conmigo, de compartir sueños, viajes, noches en vela haciendo el amor...
   ... que mi corazón se desboca al verte y que mi alma se estremece cuando te vas.
   
   Así es, mi amor, sintiéndote siento que por mucho que me niegue, yo también nací para amar y que el miedo no debe ser invitado a nuestra fiesta, pues esto es una celebración privada en la que sólo tu y yo estamos invitadas, en la que tan sólo el Universo es testigo de lo que sentimos, de lo que anhelamos, de lo que juntas planeamos... Aquí, no hay reproches, ni mentiras; no hay daño ni lágrimas; no hay malas acciones ni nadie que juzgue nuestro amor; no existe nada que pueda tan siquiera arañar nuestra burbuja. Lo que celebramos es la magia de sentir que nos amamos siendo nosotras mismas, con nuestras propias vidas, pero con el placer de compartirla con alguien que la valora y la respeta; se trata, en definitiva, de ser completamente libres dentro de este amor que ata a nuestros corazones.

   Ya lo sabes...siempre. 
   Beso.

martes, 17 de abril de 2012

LA BOLA DE CRISTAL

   Hace casi treinta años tuve la suerte de entrar en un fantástico colegio. Allí, como suele pasar, viví muchas de las experiencias más importantes de mi vida. La infancia es lo que más nos marca y, casi sin darnos cuenta, nos da la base para todo lo que seremos en el futuro.

   Cuando somos pequeños vemos la realidad de una forma totalmente distinta, bajo mi punto de vista, es la forma más inocente y mágica de ver la vida. Teniendo esto en cuenta y añadiéndole que yo siempre fui muy inocente, es normal que con tan sólo cinco años creyese firmemente todo lo que los maestros nos decían. En este caso quiero recordar a Marisa y su bola de cristal.

   Sí, así es, mi maestra nos contaba que teníamos que portarnos muy bien porque ella tenía una bola de cristal en la que podía vernos todo el día. Yo, que era una niña muy responsable, hacía todo de una forma muy cuidadosa esperando que al día siguiente ella me dijese lo bien que lo había hecho todo. No puedo más que partirme de risa al recordarlo...

  Es maravilloso ver que como pasa el tiempo y saber que hay cosas que nunca en la vida vamos a olvidar. No sólo a Marisa y su bola de cristal, sino también a Salvador y sus puntos rojos y azules, a Conchi y sus obligadas excursiones a Sevilla... al maestro que perdimos en cuarto y que nos dejó como recuerdo el día de cole más extraño, a Isabel, que vino a sustituirlo y que siempre nos dejaba jugar después de las explicaciones de Sociales... Todos ellos, sin dudarlo nunca, me valoraron y me dieron ese empujón que siempre me ha faltado para creer en mis propias posibilidades.

   Hoy, el Universo me hace otro regalo y me lleva a tener uno de los reencuentros más emotivos de los últimos tiempos. Ayer, "casualmente" (sin olvidar que las casualidades no existen) veo a Marisa y, hoy, después de ir a visitarla, sigo creyendo que tiene su bola de cristal. No importa que no pueda hacerme un hueco en el colegio, porque lo que ya ha hecho por mi me ha llenado el corazón hasta hacerme de nuevo llorar de emoción, de alegría, de felicidad. 

   En tan sólo unos minutos me ha dado la fuerza que a veces me falta para seguir adelante por este camino que sigue siendo cuesta arriba, que tan cansada me hace sentir, que tanta energía me roba... Ya sabemos que alcanzar los sueños requiere mucho esfuerzo y que no debemos rendirnos, pero... unas palabras que te recuerden que puedes, que vales...; un beso sincero, un abrazo o achuchón, como ella lo ha llamado, son el motor que dan sentido a todo lo demás, que hace que la vida merezca la pena.

   Ahora, al pasar de los años, puedo ver más allá de la maestra  que fue para mi y sentir a la persona que realmente es. Me siento afortunada por tener cerca a gente tan maravillosa como ella, como todos los que últimamente se cruzan a mi paso, que me dan la satisfacción de ser quien soy y el valor para no rendirme nunca. 

   Hace tiempo que dejé de estar enfadada con la vida, con el mundo, con la sociedad y, desde entonces, cada día descubro que todo eso que me ahogaba no era más que yo misma luchando contra imposibles... En estos momentos, en los que mi alma se abre dejando fluir lo que el Universo quiera regalarme, tan sólo me pasan cosa buenas....¿qué digo? buenas no, ¡maravillosas...!

   De nuevo me encuentro ante la problemática de no saber cómo expresar con palabras todos los sentimientos que me invaden. Siento el amor en todas las personas con las que me relaciono y sonrío sin más, desde el fondo de mi corazón, al notar la sinceridad de aquellos que me lo dan sin esperar nada más a cambio.

   Doy gracias al Universo por este reencuentro, por los bellos recuerdos que me ha traído y por demostrarme que mi paso por mi trabajo actual, aunque no sea el soñado, es lo mejor que me ha podido pasar, pues ha estado, está y sé que seguirá estando cargado de momentos tan emocionantes y felices como el de ayer.

   Os quiero mucho, ya lo sabéis... Me hacéis feliz, muy feliz. 

   

domingo, 15 de abril de 2012

TE QUEDAS

   Poco tiempo has estado entre nosotros, es verdad. Pero suficiente, para comprobar que ha merecido la pena (no resulta nada apropiada esta palabra), que tu paso de puntillas por el Colegio nos muestra tu gran sensibilidad.

   Nos sentimos orgullosos por nuestra colaboración en tu bienestar emocional y en la satisfacción de tus anhelos, en esta pequeña porción de tu tiempo.

   Quienes llevamos algunos años en este centro, sabíamos de las sensaciones que suele experimentar el profesorado que pasa por aquí, con mayor o menor permanencia, porque así nos lo hace saber. Pero, nunca antes nadie había expresado, como tú, tales muestras de gratitud. Creemos que todos salimos reforzados, que esto nos ayuda a seguir creyendo en lo que hacemos y cómo lo hacemos. 

  Te deseamos lo mejor en el futuro y que de alguna forma lo compartas con nosotros. No te habrás ido para siempre. También te queremos, Sonia.

Amigos del Colegio San José

sábado, 14 de abril de 2012

ESA LUZ...

   Dentro de la oscuridad, intento encontrar un ápice de luz que pueda guiarme para dar el siguiente paso que me lleve a continuar mi camino. Todo en la vida tiene un principio y un fin, así es y así debemos asumirlo, sin embargo, no es lo mismo el final de algo que no nos hace feliz, en comparación  con el punto y final de lo que llena cada uno de tus sentidos e inunda tu corazón de intensas emociones.

  Hoy me preguntaban cómo era posible que en tan poco tiempo tuviese esos sentimientos tan fuertes y positivos y, la respuesta, es muy fácil...sólo tenéis que veros desde fuera. Ya lo he dicho...maravilla del mundo... Pero, a lo que no consigo responder es la pregunta que mi alma lleva haciéndome todo el día: ¿Cómo es posible que de un segundo a otro el Universo te de y te quite lo que tan feliz te hace? Quizás mi falta de entendimiento ante todo lo que me está pasando, sumado a lo que siempre digo: "el que sepamos que todo tiene un fin no ayuda a que sea menos doloroso", sea lo que hace que me sienta tan perdida...

  En esos momentos en los que cada segundo de tu vida tiene un sentido total, no puedes pensar en su final, sino todo lo contrario, sientes que cada instante que la compone es el principio de todo lo que el Universo tiene para ofrecerte. La luz que se enciende delante de ti es tan fuerte que te ciega por completo, haciendo que ni veas ni quieras ver el final que hay al fondo de la misma... Avanzas y no puedes evitar querer acercarte más a ella, tener la necesidad de sentir su calor cada vez con más intensidad; la sonrisa se dibuja en nuestros rostros como reflejo de un corazón lleno de paz y de amor; el cuerpo se transforma en una nube de energía que irradia sensaciones positivas allá por donde pasamos, contagiando a todos con nuestra propia luz... Eso es, se trata de brillar con luz propia... ¿qué puede haber más bello que eso en la vida, cómo te puedes plantear que eso tenga un final? No sería muy acertado que lo hiciésemos, ya que, en ese caso, no nos permitiríamos disfrutar de toda esa magia en la que nos vemos envueltos.

  Ahora, busco y sigo buscando, de forma desesperada, esa salida, esa nueva luz que me recuerde que  un final  no tiene porqué significar la pérdida de todo lo que teníamos, sino, que tal vez, sea el comienzo de algo mucho mejor y donde todo lo importante que parece quedar atrás, sigue a tu lado para continuar aportándote lo que necesitas. Los cambios no te dejan sin nada, simplemente, sirven para deshacernos de todo aquello con lo vamos "cargando" y de lo que deberíamos prescindir sin más. Si no lo haces tú mismo el Universo, Dios o la propia vida acabará haciéndolo por ti.

  Por eso, tras uno de los días más oscuros de mis últimos tiempos, y no sin antes haber desahogado a través de mis palabras esa presión que sentía en mi pecho, al fin puedo levantar la mirada, dándome cuenta de que la luz aún sigue ahí, de que aún os tengo a mi lado, de que mi corazón sigue latiendo con la misma intensidad y de que... no estaba dentro de un oscuro vacío, simplemente, tenía los ojos cerrados.

  Deseo que el Universo me de siempre la energía necesaria para no cerrar mis ojos ante lo que me rodea, ante lo que soy, ante una vida que cambia constantemente, pero que no es más que el reflejo de nuestra evolución como personas. ¡Sigamos viviendo!

jueves, 12 de abril de 2012

ME QUEDO...

  Llevo ya un buen rato aquí sentada intentando sacar de mí el cúmulo de sensaciones que ahora mismo me ahogan. Sin embargo, son tantas, tan nuevas y tan intensas que no sé cómo darles forma con mis palabras, más aún, sabiendo que a partir de mañana todo será diferente.

   Hace tres semanas mi vida llegó a ese momento por el que tanto he luchado y, porqué no reconocerlo, tanto he sufrido... Es ese instante en el que todo parece volver a la normalidad, donde mi estabilidad económica deja de pender de un hilo, donde mi trabajo me permite tener el tiempo necesario para dedicarme a lo que más me gusta, ya sabéis...mi familia, mi hijo, mi guitarra y, como no, a escribir... En estos días he sentido que puedo vivir y sentir sin otras preocupaciones... 

   Pero, lo más interesante de todo esto es que, como siempre, el Universo se ha encargado de hacerme ver que detrás de mis sueños hay mucho más de lo que puedo imaginar. Cada vez que hace uno de mis deseos realidad consigue sublimarlo hasta lo más alto, haciendo que mis pensamientos se queden en nada ante tanta maravilla.

  Cuando temerosa ante lo desconocido entré en ese centro, todas y cada una de las persona que me fui cruzando a mi paso, fueron dándome esa paz y tranquilidad que jamás pensé poder sentir en tan poco tiempo. Una gran sonrisa en cada uno de sus rostros al hablarme, un gesto de amabilidad al tratarme, una gran descarga de energía positiva al rozarme... Así, es normal que ahora no quiera irme, pues la sensación que me invade es la de formar parte de todo aquello que, en realidad, no es más que vuestro, y donde yo tan sólo soy alguien que está de paso...

   Quiero que sepáis que aunque el Univeso me lleve a otra nueva aventura, para mí ninguno de vosotros estáis de paso por mi vida. Sé que el tiempo me irá transmitiendo el sentido de que hayáis formado parte de mi camino, aunque por el momento, a mi me basta con saber que hay cosas con las que ya, indudablemente yo...me quedo. Sí....

   ...me quedo con la imagen de todos lo amaneceres que me han llevado hasta vosotros.
   ...me quedo con mi gran sonrisa cada día al sentirme totalmente plena cuando volvía a casa.
   ...me quedo con mis lágrimas de satisfacción al cantar en mis viajes en el coche sabiendo que mi vida vuelve a tener todo su sentido.
   ...me quedo con los ojos inocentes de todos los niños y niñas que me han regalado su espontaneidad.
   ...me quedo con la sensación de que hay personas que siguen valorando a los demás muy por encima de su apariencia.
   ...me quedo con las conversaciones de horas "sin ganas", con las que nos acompañaban en los recreos y con aquellas que quisimos tener y para las que nunca tuvimos la oportunidad....
   ...me quedo con vuestra sencillez y con la sinceridad de vuestros gestos.
   ...me quedo con una fantasía, una ilusión y muchas risas a vuestro lado.
  ...me quedo con un fuerte pellizco en el estómago, que me recuerda, a cada instante, que no volveré a formar parte de vuestro día a día y que ya no estaréis en el mío, dejándome con un vacío que cualquiera no podrá llenar. 

    Habéis puesto un listón demasiado alto como para que sea capaz de sentirme igual en cualquier otro colegio del mundo... No ha sido el lugar, sino las personas, vosotros, los que habéis marcado mi vida, grabándome a fuego, la certeza de que siguen existiendo personas con grandes corazones que son capaces de darte la mano sin conocerte y, además, sin esperar nada a cambio.

   Sin miedo a que no lo entendáis, sin miedo a que me juzguéis, sin miedo a nada, porque vosotros mismos me habéis dado esa confianza, no puedo irme sin deciros que os voy a echar muchísimo de menos y que mi corazón, siempre tendrá una zona vip reservada para vosotros. Os quiero mucho.

miércoles, 11 de abril de 2012

SER QUIEN SOY

   Le resultó imposible dormir en toda la noche, tenía un fuerte dolor de cabeza y la sensación de que algo se le había desencajado dentro de la misma. A las seis de la mañana su desesperación por no poder descansar la hizo salir de la cama. Bajó al salón y se preparó un café. Sentía frío. Abrió la cortina y supo que el día acompañaría esa sensación de tormenta que tenía en su interior. Así fue, cuando quiso ver amanecer unas enormes nubes tapaban el sol, lo único que podía haber iluminado aquel caótico día.
No pudo resistir la tentación de mirar el correo. No sabía qué era lo que le estaba pasando, pero sin saber porqué tenía el impulso constante de comprobar si ella le había mandado algún mensaje. 

En sus olas de pensamientos se quedó colgada en uno de esos temas que preparaba para sus alumnos de la academia, concretamente el del aprendizaje. A través de él debía hacer entender a aquellos a los que preparaba para ser grandes profesores, cómo funciona el cerebro a la hora de aprender nuevos conocimientos. Había algo que era básico y que le había enseñado Piaget: «tenemos unos esquemas que se forman en base a nuestras experiencias; a partir de ahí, se trata de ir añadiendo y modificando poco a poco los mismos con las nuevas vivencias, con los nuevos aprendizajes. Cuando nos enfrentamos a conceptos nuevos se produce un "desequilibrio" en nuestra mente, que poco a poco, y una vez que los añadimos a uno de nuestros esquemas de pensamiento ya existentes, nos lleva de nuevo a la situación de "equilibrio"- así de sencillo le resultaba explicarlo». Sin embargo, nunca antes Rebeca había sido tan consciente de este proceso. «Diós ¿qué me está pasando? Siento como si el cerebro se me moviese, ¿me estoy volviendo loca?».

Sobre las doce de la mañana y tras haberse levantado y acostado cientos de veces, decidió que ya era una hora prudencial para llamar a su amiga, necesitaba que alguien le ayudase a entender lo que le estaba ocurriendo.

     - Hola.
     - Hola María, ¿te cojo en buen momento?
     - Sí ¿qué te ocurre? Te noto la voz algo triste.
     - No lo sé.
     - Pues si no lo sabes tú...
    - María, ¿recuerdas lo que estudiamos en la facultad sobre la formación de esquemas mentales?
     - Sí ¿qué pasa con eso?- le dijo entre risas.
     - Creo que mi cerebro se está moviendo y no puedo pararlo.
     - No entiendo lo que dices, lo siento Rebeca- le dijo mientras se reía más aún.
     - A ver, esto va en serio María, te cuento. 
     - Venga vale, te escucho- le dijo dándole más seriedad a su tono de voz.
   - El viernes estuve hablando por internet con una de mis alumnas de la academia. Ya sabes como soy. Estuve interesándome por cómo le van los estudios. Es de las alumnas que creo que este año puede sacar plaza y, como su preparadora, me veo en la obligación de apoyarla y darle ánimos.
     - Sí, ya sé la importancia que le das a eso. Pero, ¿que te ha pasado?
   - Bueno, creo que esta vez he metido la pata con tanto interesarme por estas cosas, porque...-dudó antes de seguir-...resulta que esta chavala acabó dándome a mi una larga charla. 
      - Una charla sobre qué.
      - Sobre la química. 
      - ¿Sobre la química?- le preguntó extrañada.
     - Espera que te lo cuento. Me dijo que el primer día de clase le pasó algo que para ella fue nuevo y diferente- paró para tomar aire y continuó-. Ella, que por cierto se llama Sira, estaba apoyada en la ventana del pasillo mirando hacia la calle y, de repente, sintió un escalofrío por todo su cuerpo. Al girarse vio pasar a una chica. Sólo pudo fijarse en su ropa, pues ya estaba de espaldas cuando la miró.
     - Y ¿quién era?
    - Eso mismo le pregunté yo, pero espera. Me contó que no quiso darle mayor importancia y de nuevo se volvió y siguió mirando hacia la calle. Al rato le ocurrió lo mismo. Esta vez, al mirar atrás vio como la chica entraba en su clase, llevando un folio en la mano, por lo que pensó que tal vez sería la secretaria con el listado de alumnos.
     - Vaya, y ¿qué pasó?- le preguntó intrigada.
    - Pues nada, en ese momento decide que no le va a dar importancia porque no quería desviarse de su propósito de este año: aprobar la oposiciones. Así que decide pasar de aquellas sensaciones. Cuando entra en el aula ve que la chica en cuestión está sentada en la mesa del profesor y, según sus palabras: por poco le da algo malo.
     - ¿Por qué?
     - ¡Porque era yo, María! ¡Era yo! ¡Su preparadora!
     - ¡Ostias! ¡Qué fuerte! ¿Se ha colado por ti?
     -  Ella dice que es química. Además, como te he dicho, luego me explicó lo que ella opina sobre eso.
     - ¿Y qué es lo que opnia?
     - Bueno, según su teoría, lo que le pasó a su cuerpo fue una reacción química al estar cerca del mío, por tanto, esto es algo distinto al amor o al deseo, es pura energía, la mezcla de todas las sensaciones, porque como te he dicho ella ni siquiera me vio cuando yo pasé, simplemente me sintió.
     - Estoy alucinando.
     - Pues imagina yo. Y eso no es todo. Afirma, que al ser así, y por esa regla de tres, yo también tenía que haber sentido algo, pues, según sus palabras, «la reacción química siempre se da entre dos elementos y, en este caso, entre dos cuerpos». Me preguntó si yo no había sentido nada extraño o diferente en estos meses al hablar con ella.
     - ¿Y qué le dijiste?
     - Le dije que no, pero...
     - ¿Pero?
     - ¡¿Pero qué iba a decirle?! ¡Es una mujer, por el amor de Dios!
     - A ver. Tranqulizate, por favor.
    - María, ese día yo no sentí nada. Era el primer día de clase y yo tenía otras preocupaciones. Sin embargo, hace tan solo una semana coincidimos en el descanso y estuvimos hablando. Ella tenía que hacer una exposición en la hora siguiente y le pregunté que tal la llevaba. Después de eso empezamos a hablar de una cosa y de otra.
     - ¿De qué concretamente?
    - No sé, de nada especial. Yo le contaba lo mucho que me gusta mi trabajo, las ganas que tenía de que acabaran las vacaciones de Semana Santa para seguir dando clases en el instituto y la academia, y ella intentaba convencerme de que hay cosas mucho más emocionantes que hacer en la vida que trabajar.
    - ¡Qué bueno!- le dijo entre risas-. A tí no hay quien pueda convencerte de eso, tu trabajo es tu vida.
   - La cuestión es que a pesar de pensar así, me dijo que estaba aprendiendo mucho con mis clases y que le encantaría poder conseguir esa plaza y trabajar como prefesora en algún centro de secundaria.
    - Bueno, eso está bien.
     - Sí, pero...
     - ¿Otro “pero”? Qué miedo me das... ¿qué pasa?
    - Que cuando me hablaba, ponía mucha pasión en lo que decía y en cierto momento sentí algo que subía desde mi estómago y me dejaba casi sin respiración. En aquellos momentos no le di importancia y pensé que sería por lo que decía, porque me hizo recordar mis tiempos de opositora y que mis ilusiones habían sido las mismas hacía no muchos años.
     - ¿Y no era por eso?
   - Ahora ya no lo sé. Nunca había sentido nada igual y conozco a gente muy entregada a sus oposiones, al sueño de ser profesor, que ponen incluso mucha más pasión y sentimiento al trabajo que hacemos...no sé, no sé, no sé qué me pasa...- dijo mientras se hacía el vacío.
     - Rebeca, ¿es que te gusta esa chica?
    - ¿Cómo me va a gustar una mujer? Solo puedo decirte que el viernes cuando me contó todo eso pude haberle cortado la conversacion y no lo hice, quería seguir escuchando lo que me decía porque sus palabras me hacían sentir bien. A través del chat no podía ver su cara y era como si fuese un hombre quien me estaba, de alguna manera, "tirando los tejos". No me ofendió, sino que me gustó.
    - Ay, Dios mio...- le dijo María que se había quedado totalmente atónita.
   - Eso mismo me repito yo a cada segundo, pero lo peor es que al día siguiente me mandó un correo pidiéndome disculpas por su osadia al decirme todo esto.  Me prometió que no me molestaría y que el viernes siguiente en clase actuaría como si no hubiésemos hablado. No quería que me sintiese incómoda. Sin embargo, yo no he podido evitar conectarme estos dos días para ver si coincidíamos de nuevo en el chat.
    - Y ¿habéis coincidido?
    - No, al parecer está cumpliendo su promesa. 
   - Rebeca, las dos sabemos que tus relaciones con los hombres nunca han sido duraderas y, aunque siempre dices que es porque prefieres dedicar tu tiempo al trabajo, tal vez, sea al revés, y dediques todo tu tiempo a trabajar porque no hay nada en tu vida que te motive o te emocione más. Quizás te has dejado llevar por lo que la sociedad considera "normal" y eso ha hecho que nunca te planteases tener una relación con una mujer. La verdad es que tampoco yo sé que decirte, ya sabes que estos temas para mi son difíciles de entender. Mi hermana lleva años con su novia y yo aún no sé si lo he asimilado del todo- se quedó callada y de repente gritó- ¡eso es, mi hermana!.
     - ¿Tu hermana?
   - Si, tú la conoces, y creo que deberías hablar con ella, quizás te pueda aconsejar en algo.
     - Ainsss....-suspiró- está bien dame su número de teléfono.
    La larga conversación que mantuvo con su amiga María se quedó en nada en comparación con la que mantuvo con Irene, su hermana, y también con Lucía, su pareja, que antes de estar con Irene, tampoco había estado antes con ninguna mujer.

- Lo estoy pasando mal porque no puedo quitármela de la cabeza, porque no puedo parar de mirar la foto que tengo en su ficha de la academia para recordarme que es una mujer,  porque tengo todas sus palabras dando vueltas en mi mente, porque me ha hecho sentir sólo con ellas lo que ningún hombre antes, porque sé que tengo que verla el viernes y no quiero que note que me encuentro en este mar de dudas, por millones de cosas...
- Para Rebeca, por favor. Tienes que centrarte y dejar de agobiarte. Mira, si no te interesase lo más mínimo ni siquiera te plantearías todo eso que nos estás contando, ¿de acuerdo?
- Sí, pero, si decido seguir adelante y me encuentro en la situación de quiera que hagamos el amor ¿qué hago? Yo no sé, me quedaría quieta seguro.
- A ver, no te precipites, lo primero es que la tengas delante. Internet hace que las cosas sean muy subjetivas. Lo mismo cuando la tengas cerca y la mires no te apetezca en absoluto besarla ni hacer otra cosa que no sea hablar. Creo que estaría bien que quedáseis fuera de la academia y si ella es tan especial como cuentas y, además, está respetando su promesa de no agobiarte con el tema, seguro que no quiere verte únicamente para llevarte a la cama. Te dejará que te vayas adaptando a la situación.
- Está bien. Voy a esperar al viernes y, en función de lo que sienta cuando la vea, le propongo que nos veamos otro día fuera.
El viernes llegó antes de lo que a Rebeca le hubiese gustado. Desde que salió de su casa iba pidiéndole a Dios que Sira no fuese ese día a la academia. Al llegar se paró en la secretaría y se sentó allí a conversar con una compañera mientras veía pasar a sus alumnos a la clase. Una de las veces que levantó la mirada, allí estaba, «es ella, ha venido- pensó», las piernas empezaron a temblarle y tras ellas todo el cuerpo. No podía entender porqué le ocurría eso, pues nunca antes un hombre la había hecho estar tan nerviosa.

Antes de entrar en el aula cogió aire y se dispuso a llevar a cabo todo lo que había preparado. Normalmente hacía un esquema de su clase con los puntos que quería tratar, pero para aquel día había planificado todos y cada uno de los segundos de las cinco horas que iba a estar frente a ella. Tanto fue así que incluso se buscó algo que hacer durante los treinta minutos del descanso por si a Sira le daba por quedarse deambulando por los alrededores de la clase como solía hacer.

Los primeros quince minutos puso un vídeo y se situó al fondo de la clase. Desde allí podía observarla. «Es ella, es una mujer la que me dijo todas esas cosas que tanto me gustaron. La miro, la veo y...no puedo decir que me eche para atrás ¿qué me pasa?¿qué es esto?- se repetía». Tras el vídeo, soltó todo lo que se había encargado de memorizar, evitando mirarla en todo momento.

Cuando acabó la clase no pudo más que recoger su carpeta y su ordenador a toda prisa y salir disparada hacia fuera. Cuando iba a montarse en el coche, Sira pasó al volante del suyo y le dedicó su mejor sonrisa. Sus piernas se tambalearon.

Al día siguiente, tras otra noche más de insomnio, se dio cuenta de que no podía seguir alargando más aquella situación y decidió escribirle un correo expresándole su deseo de poder verla para tomar algo juntas. Lógicamente, Sira aceptó encantada y, además, le dijo que no se preocupara por el hecho de quedar, pues eso no debía significar que pasara algo más entre ellas.

Cuando Rebeca se estaba preparando para salir empezó a notar que su mente y su cuerpo empezaban a relajarse. Su cerebro parecía haber aceptado al fin que la persona que estaba llamando su atención era del sexo femenino. Aún le quedaban muchas puertas que cruzar antes de llegar a estar al lado de Sira, sin embargo, había algo dentro de ella que le decía que tan sólo debía dejarse llevar por el que parecía ser el camino correcto.
La cena le resultó de lo más apacible. Estuvieron compartiendo ideas, pensamientos y experiencias, sobre todo relacionadas con el tema que las había unido: la enseñanza. Rebeca fue sintiéndose cada vez más segura de que había hecho bien al quedar con Sira, sin embargo, ahora comenzaba a dudar sobre qué debía hacer para dar el siguiente paso: quería besarla.

Después de cenar se fueron a tomar una copa y ambas aprovecharon la fuerte música para estar cada vez más cerca. Cada vez que Sira se acercaba a su oído para contarle algo, a Rebeca se le subía un escalofrío que esta vez comenzaba algo más abajo del estómago. 

- ¿Por qué me dijiste que a pesar de gustarte los hombres tienes tu elección clara hacia las mujeres?. No entiendo que a una mujer lesbiana le pueda atraer un hombre- le dijo sin más. Aquello era nuevo para ella y las dudas que le asaltaban eran constantes. Quería saber más.
       - Mira Rebeca, si tengo que ponerme una etiqueta, cosa que no me gusta, me pongo la de lesbiana, porque es con una mujer con quien siento el amor, con quien me divierto y con quien quiero compartir mi vida. Pero, no puedo decirte, como le ocurre a otras mujeres, que sienta rechazo por los hombres. El sexo con ellos no me ha ido mal, e incluso tengo grandes amigos, pero hay cosas que un hombre nunca podrá darme y que yo necesito en mi vida.
- ¿Qué tipo de cosas?- le preguntó extrañada.
- Lo principal es que somos diferentes en la forma de pensar. Ellos le dan importancia a ciertas cosas y nosotras a otras y eso ha hecho que con mis novios no me sintiese comprendida en muchos aspectos y no pudiese compartir con ellos cosas que para mi son importantes. 
- Vaya, es comprensible. Algo así es lo que me pasaba a mi con mis parejas. Sentía que por mucho que se los explicase no llegaban a comprender mis sentimientos, mis necesidades y, tal vez, yo tampoco las suyas.
- Pero lo mejor, Rebeca, lo más maravilloso de estar con una mujer, es su tacto.
- ¿Su tacto?
- Sí, su tacto. Las manos son más pequeñas y encajan mejor con las de otra mujer- le dijo mientras cogía las suyas y las entrelazaba con sus dedos. - Los labios son blanditos, y la lengua es muy suave y blandita también. Cuando besas a una mujer hay un intercambio de sensaciones tan fuertes que el corazón parece que se te va a salir del pecho. Y no te puedo ni describir la mágica sensación de tener su suave piel rozándose con la tuya. Si has estado antes con un hombre todo esto se engrandece mucho más, porque tus sentidos no pueden más que compararlo todo el tiempo, hasta que se acostumbran cómodamente a esas dulces sensaciones de las que ya nunca te quieres desprender.
- ¡Buf! Dicho así parece como si al estar con una mujer nunca más puedas volver a estar con un hombre.
- Cada persona es un mundo Rebeca. Solo puedo decirte que ahora que vuelvo la vista atrás, era evidente, desde pequeña, que yo era diferente, que mis intereses eran distintos a los del resto de mis amigas, y ahora, sólo sé que si el Universo me ha dado la oportunidad de sentir las emociones más gratificantes de mi existencia al lado de una mujer, estoy dispuesta a lo que sea por seguir haciéndolo toda mi vida.
- Me gusta orite hablar así, Sira.
- Y a mi me gusta que te guste.

Las dos se quedaron mirando y, de nuevo, ese intercambio de energía empezó a fluir por sus cuerpos. Sira, que había estado conteniendo el impulso de besarla desde que la vio llegar, ya no pudo aguantarse más. Se acercó muy lentamente a ella, le acarició la cara y posó sus labios sobre los de Rebeca. En ese momento pudo sentir como ésta cogía fuertemente aire por la nariz para ir soltándolo mientras separaba suavemente sus labios esperando impaciente poder sentir la lengua de Sira.

Aquellos segundos fueron para Rebeca los más intensos y agradables que jamás había sentido. Por su cuerpo, el cúmulo de sensaciones la estaba desbordando y, en su mente un único pensamiento: «Llevaba toda mi vida esperando este momento. Ahora estoy preparada para ser quien soy en realidad».

CARTA A MIMO IV

Querido Mimo:

  Ahora mismo te tengo justo en frente. Estoy tumbada en tu cama mientras tú trasteas con el ordenador y...lo reconozco...se me cae la baba. Son ya doce años de vida que no han pasado en vano, ni en tu cuerpo ni en tu mente. Estás tan guapo como siempre y, aunque sigo teniendo la nostalgia de mi "pequeño conguito"...ahí estas tú para recordarme que ese niño aún continúa vivo dentro de ti.

   Ojalá pudiese explicarte lo que siento cuando, de buenas a primeras, vienes y me das un achuchón al mismo tiempo que me comes a besos. Para mi son los cientos de "te quieros" que tantos años eché en falta de ti. Tú...mi niño cariñoso, no en vano que te llamásemos Mimo.

   Te observo y veo esa facilidad para hacer las cosas que realmente te gustan y te motivan, y no puedo más que sentirme orgullosa de ti, de todo lo que has sido capaz de conseguir por ti mismo y de todo lo que sé que alcanzarás con el tiempo.

   No puedo evitar sentirte como parte de mi, como si fueses un  pedazo de aquello que reflejé durante tantos años en tu personalidad, en tu forma de entender la vida, en tu manera de ser feliz. Ahora sé, que a pesar de todo, Mamá y yo lo hicimos bien.

   Hoy, después de mucho tiempo, vuelo a sentirme segura a tu lado, sé que puedo protegerte de cualquier cosa, pero también, que tú siempre estarás cerca para hacer lo mismo por mi. Por fin he conseguido volver a despertar a la madre que un día quedó enterrada en lo mas profundo de mi corazón y hoy, sin miedos, vuelvo a gritar al mundo que tengo el hijo más maravilloso de todo el Universo.


  Te quiero mi niño, mi Mimo.

  Mimi.

domingo, 8 de abril de 2012

QUÉDATE TRANQUILA


   Hoy te escribo a ti, mi amiga, por demostrarme, como siempre, que me quieres con todo tu corazón.

   A pesar del amor que sentimos la una por la otra siempre hemos discutido hasta no poder más en todas y cada una de las conversaciones que hemos mantenido, sobre todo, sobre el amor.

  Tú, empeñada en verme enamorada de alguien para sentir, en tu interior, que mi vida ya está totalmente encaminada; proyectando sin darte cuenta en mi la necesidad que tú tienes de amar... También sentí eso alguna vez, lo sabes, pero cada cosa tiene su momento.

  Y yo, como también sabes, disfrutando de cada segundo, de cada regalo que el día me brinda y avanzando dentro de mi vida, esa que, hasta hace muy poco, carecía de total sentido para mi. Tienes que entender que el esfuerzo por salir de donde había caído y conseguir alcanzar mis sueños es demasiado grande como gastar energías en otros aspectos, ahora secundarios, y más cuando éstos, más que ayudarte a avanzar, pueden frenarte en el camino. En eso no me puedo permitir arriesgarme ahora mismo...

  Crees que no siento amor, y tengo que decirte que precisamente ahora, es cuando puedo presumir de estar totalmente enamorada. No tengo que esperar a ver a una persona concreta para que el estómago se me encoja, la respiración se me corte y el pulso se me acelere hasta creer que muero allí mismo... No, yo eso lo siento durante todo el día... cuando salgo a la calle y el sol me deslumbra dándome todo su calor; cuando levanto la mirada y veo el cielo más celeste del mundo, las nubes mejor pintadas del planeta y las playas más bellas...; lo siento cuando esa mirada se me clava y me habla sin decirme nada, cuando me regalan dulces besos, abrazos sinceros...; lo siento cuando me reencuentro con alguien a quien quiero, que me respeta, me da cariño y me entrega sus mejores palabras, sus chistes más malos y su personalidad desastre con la que todos nos sentimos siempre protegidos; lo siento cuando las personas de mi alrededor me cuentan lo felices que se sienten, lo maravillosas que son sus vidas, lo enamoradas que están...; lo siento cuando escribo, lo siento...siempre.

  En definitiva, mi pequeña, si hay algo que jamás cambiará entre nosotras, es la insalvable ventaja que te llevo en el "fantástico mundo del amor". Por eso, nuestras discusiones serán eternas, pero no debemos asustarnos, porque eso tan sólo significa que eternamente seguiremos preocupándonos la una por la otra. 

   Quédate tranquila. Te apuesto lo que quieras a que no encuentras ahora mismo a alguien más feliz que yo en la Tierra ;-)    Te quiero

lunes, 2 de abril de 2012

LO QUE NO SE CONOCE NO SE ECHA EN FALTA

   Esta frase la leí no hace mucho y tengo que deciros que me dejó pensando en ella más tiempo del que me hubiese gustado.

   Últimamente tengo sensaciones nuevas, que nunca antes había sentido. Me relaciono con las personas de una forma más natural y que me permite ser yo misma todo el tiempo. Esto puede parecer algo corriente, pero si os paráis a pensarlo descubriréis que la sociedad está tan llena de valores aparentemente comunes, que a pesar de la libertad de la que disponemos para ser como somos en realidad, hay momentos en los que nos adpatamos sin más, sin ni siquiera darnos cuenta, al comportamiento más "aceptado socialmente".

   Hoy, no es que yo camine en contra de la sociedad, sino que me uno a caminar junto a ella sin perder de vista mi propio camino, mi propio rumbo. No me da miedo lo que puedan pensar los demás puesto que sé que dentro de todos nosotros nacen los mismos sentimietnos, las mismas sensaciones que, de una u otra forma, nos hacen vibrar por dentro. Por eso, cuando nos reflejamos los unos en los otros, aumenta nuestra seguridad y también los demás comienzan a ser más ellos mismos y así, el efecto se va reflejando cada vez en más personas. Es una sensación totalmente nueva e indescriptible para mi...

  Esto, a su vez, me hace poder compartir cosas que antes no podía con personas que sé que pueden entenderlo, que lo viven igual, haciéndome recordar que lo que sueño es posible; que cada sentimiento que me abruma por parecer contrario a lo "normal", es lo más bello y habitual de quien sabe vivir la vida con toda su intensidad; que no me equivoco, que esta es la manera, que no debo dudar al dejarme llevar; que la ilusión es lo que nos mueve, que amar es lo más bello del mundo y que, mientras creamos en que "todo es posible", seguiremos descubriendo mil formas de hacerlo.

   Y ¿qué tiene que ver todo esto con el título? Pues, que entre tantas nuevas emociones no puedo evitar, a pesar de lo mágico del momento, tener un pequeño vacío en mi interior, un hueco que no sé de qué quiere llenarse, que no encuentra cómo ser saciado, que se escapa a lo que mi corazón nota vibrar en su interior. Aunque en mi feliz independencia me niegue a creerlo, hay algo que echo de menos. Por eso, aunque sea cierto que "lo que no se conoce no se echa en falta", también lo es que todos nos hemos enamorado alguna vez y que, puesto que sabemos lo que se siente, tenemos la fuerte necesidad de seguir haciéndolo, de querer volver a sentir y emocionarnos cuando pensamos en ella; de respirar profundamente intentando calmar el pellizco que nos produce su recuerdo en nuestro estómago; de levantarnos con su nombre en la mente y acostarnos con sus frases en nuestro corazón; en definitiva, de compartir algo más que unos momentos...

   Siendo nuestra mente tan capaz de recrear todo lo que aún no ha pasado, puede incluso sentir por sí misma lo que un día ya sintió con alguien, así que... tal vez no pueda echarte de menos porque aún no te conozco, pero sí por todos los sentimientos que el pensarte revive en mi interior.

   Me acuesto con estos pensamientos que no son más que una pequeña nube de sentimientos contradictorios que hoy giran en torno a mi corazón: alegría, euforia, emociones y sensaciones inolvidables, sonrisas y carcajadas; pero también mi más temido enemigo: el miedo. El ying-yang de la vida...me encanta.

  Gracias a esas personas mágicas que me rodean por llenar el espacio más grande e importante de mi corazón...mi ying. Os quiero.

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