Querido Mimo:
Ahora mismo te tengo justo en frente. Estoy tumbada en tu cama mientras tú trasteas con el ordenador y...lo reconozco...se me cae la baba. Son ya doce años de vida que no han pasado en vano, ni en tu cuerpo ni en tu mente. Estás tan guapo como siempre y, aunque sigo teniendo la nostalgia de mi "pequeño conguito"...ahí estas tú para recordarme que ese niño aún continúa vivo dentro de ti.
Ojalá pudiese explicarte lo que siento cuando, de buenas a primeras, vienes y me das un achuchón al mismo tiempo que me comes a besos. Para mi son los cientos de "te quieros" que tantos años eché en falta de ti. Tú...mi niño cariñoso, no en vano que te llamásemos Mimo.
Te observo y veo esa facilidad para hacer las cosas que realmente te gustan y te motivan, y no puedo más que sentirme orgullosa de ti, de todo lo que has sido capaz de conseguir por ti mismo y de todo lo que sé que alcanzarás con el tiempo.
No puedo evitar sentirte como parte de mi, como si fueses un pedazo de aquello que reflejé durante tantos años en tu personalidad, en tu forma de entender la vida, en tu manera de ser feliz. Ahora sé, que a pesar de todo, Mamá y yo lo hicimos bien.
Hoy, después de mucho tiempo, vuelo a sentirme segura a tu lado, sé que puedo protegerte de cualquier cosa, pero también, que tú siempre estarás cerca para hacer lo mismo por mi. Por fin he conseguido volver a despertar a la madre que un día quedó enterrada en lo mas profundo de mi corazón y hoy, sin miedos, vuelvo a gritar al mundo que tengo el hijo más maravilloso de todo el Universo.
Te quiero mi niño, mi Mimo.
Mimi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario