sábado, 8 de diciembre de 2012

Fragancia de mujer


   Hoy el olor de una dulce fragancia te ha traído de nuevo a mí. Ha sido tan sólo durante escasos segundos, pero ¡qué maravillosos....! Ya no recuerdo la última vez que te sentí, hace tanto tiempo, que mis sentidos habían olvidado lo sublime de esta increíble emoción que produces en aquellos en los que consigues colarte.

   Quién me lo iba a decir a mí, tantas veces apodada de "donjuan", que iba a tenerte durante tantos días, ahora convertidos en meses, fuera de mi vida, sin impregnar cada uno de mis pensamientos, sin colarte dentro de mi cuerpo, sin verte en mis sueños, en aquellos que suelo tener estando lo más despierta posible. Siempre buscándote en cada persona con la que me cruzo, siempre atrapándote para hacerte más grande aún de lo que ya eres, siempre, siempre tú...

   Y, en aquellos segundos, en los que esa dulce fragancia de mujer ha impregnado mi nariz, mi olfato, todo mi cuerpo se ha estremecido, haciendo entrar a mi mente en un mundo de recuerdos que tan lejanos parecían. He vuelto a sentirte, sí, no voy a negarlo, aunque ni yo misma sepa porqué ese afán mío por alejarme incesantemente de ti, pero ha sido así. He sentido la necesidad de tenerte cerca, de querer acercarme a ti, de notar cómo tú sientes lo mismo, de jugar, de rozarnos; he sentido ese calor recorrer todo mi cuerpo haciéndolo estremecer con tan sólo pensarlo, con tan sólo creer que era posible ese beso... ese simple contacto que tanto me ha gustado siempre experimentar, llevar más allá, colmar con un fuerte arrebato de pasión que nos lleve a la más pecaminosa lujuria...

   Ya lo sabes, eres tú, mi gran amigo el deseo, el que has vuelto hoy a mí. Tú que tantas locuras de amor me llevaste a cometer, tú que tantas aventuras me has hecho vivir, sí tú, mi también temido enemigo... El deseo que me hace perder la cordura, que me lleva a tener experiencias inolvidables, pero que, al mismo tiempo, me hace confundir mi mente y mi corazón, me atrapa y me envuelve haciéndome soñar con un amor que ya sabemos que está sólo en la mente de una sociedad que no valora lo importante de una relación, la magia de amar profundamente a una persona, con el respeto y la sinceridad que eso supone, con la facilidad y la sencillez de la que debería quedar impregnado.

   Y, ahora, tanto huir del amor para no perder mi razón, tanto huir del dolor para no volver a perder mi rumbo, he dejado atrás también al deseo, dejando que mi cuerpo se consuma en la rutina de una vida que no quiere volver a estar llena de más altibajos, que no quiere confundir la de otro ser sediento de amor, pues el amor, como aquí lo nombro, no tiene cabida en mis días y no quisiera volver a engañarme con nadie más...

   Así, sin ni siquiera haber visto tu rostro, el deseo volvió a inundar mi ser haciéndome sentir la persona más afortunada del mundo, más llena y placentera, más motivada y alegre, pues al verte sin mirarte, al pensarte sin soñarte, al sentirte sin saber ni quién eras, tu simple olor me produjo todos estos sentimientos que de nuevo mi musa han transformado en un regalo para el mundo, para mis verdaderos amores, para vosotros... para mi alma....

   Después de tanto tiempo, una simple fragancia de mujer ha despertado en mí una de mis más ansiadas pasiones, haciéndome sentir tus besos sobre mis labios, tu humedad en mi boca, tu suavidad entre mis dedos y tu calor en cada poro de mi piel; después de tanto tiempo, me he dado cuenta de que la vida sigue, pero que sin ti difícilmente tendrá todo su sentido. Tú, el deseo, mi deseo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entradas Destacadas