Como os propuse, yo también he estado dedicando tiempo a pensar en esta frase. Casi todo el mundo contesta directamente que siempre da sin esperar recibir, pero cuando indagan en el significado real de lo que eso significa comienzan los "peros".
Podría enumeraros algunos, pero en resumen, todos vienen a decir que, aunque en un principio, demos sin esperar recibir, cuando llevamos mucho tiempo haciéndolo sí que esperamos alguna respuesta. "Si das, das y das, y no recibes nada ¿qué sentido tiene malgastar tu tiempo en eso?"
Reconozco que yo también pensaba así hasta no hace mucho, pero, por suerte, la vida me está enseñando no sólo a dar sin esperar recibir, sino, sobre todo, a disfrutar cuando lo hago. Esa es la cuestión. Cuando te sientes bien entregándole a otra persona lo que está en tu mano, no necesitas que te devuelva nada, porque ya tienes las satisfacción de haber podido ayudarle o aportarle algo a su vida.
Ahora, cuando salgo a la calle el mundo se convierte en un lugar en el que yo soy importante, que no es lo mismo que ser imprescindible, pero que tiene tanto o más valor. Cada día, le dedico mi sonrisa a todas las personas con las que me cruzo; le dejo paso al coche que quiere salir de una calle, o a la señora que está en el paso de peatones; le mando un mensaje lleno de energía a quien no la tiene; llamo a quien necesita hablar, le doy el euro que me queda en el bolsillo al hombre que toca acordeón en la calle real; les gasto bromas a mis compañer@as para que el trabajo se les haga menos pesado y....un sin fin de pequeñas cosas que van dando sentido a cada segundo de mi vida.
Cabe preguntarse ¿y qué recibo yo a cambio? ¡Uf! ¡¿Cómo podría expresarlo?! Yo, simplemente, me siento la persona más feliz del mundo, porque cada sonrisa que me devuelven merece la pena.
Todo esto, se convierte en energía positiva que va coloreando todo cuánto me rodea y, en este estado, no hay nada, por difícil o triste que pueda ser, que sea capaz de cambiar lo que siento. Y entonces... llego a mi casa a cualquier hora y siempre aparco en la puerta; aparecen en mi vida personas que, a pesar de no conocerme, dan a mis "cosas" el valor que deseo que tengan; me cruzo con esa persona que tantas ganas tenía de ver; recibo un correo de ese amigo que hace tiempo que no veo, y....sobre todo, poquito a poco, todos mis sueños se van haciendo realidad.
Este es el motivo de que haya querido compartir con vosotros esta reflexión. Me encantaría que si ya sentís esto, sigáis haciéndolo siempre y que, si por el contrario, aún no lo habéis experimentado, no dejéis pasar ni un día más. Las consecuencias son altamente positivas, pero eso sí, no olvidéis que "la paciencia es la madre de toda ciencia" y esta no iba a ser menos.
"Y así, sabréis "LO BELLO QUE ES VIVIR"". Os dejo esta preciosa canción para que la disfrutéis.
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