Hace un par de días me vino a la mente una de mis amigas. Es esa sensación que nos llega a veces, como algo que nos golpea y nos recuerda que la amistad, como cualquier otro tipo de amor, debe ser mimada y avivada para que no se apague el calor que la mantiene viva.
En ese momento, casi sin darnos cuenta, decidimos que por encima de todo ese día no puede acabar sin mandarle, por ejemplo, un mensaje que pueda trasmitirle que le echamos de menos y que le seguimos llevando en la mente y el corazón.
A veces veo pasar los días en el trabajo y, aunque, como no me canso de repetir, allí me lo paso muy bien con mis encantadores compañeros y compañeras (y hasta con mi jefe), echo mucho de menos poder hacer más cosas, estar con otras personas y, también, tener nuevas experiencias. Quiero estar más relajada con mi familia, poder compartir tiempo con todas mis amigas, ver con mayor continuidad a mi niño... Y entonces, la vida parece pararse ante mis ojos.
La maravilla, es que por muy triste que pueda llegar a hacerme sentir todo esto, tal y como me ha escrito mi amiga, "mirar la vida con felicidad ayuda a descubrir la felicidad de la vida".
Ahora, después de otro día muy similar al de ayer, llego a casa y todo cambia, pues, a pesar de mi cansancio no puedo dormir sin encender el ordenador antes. Y sí, asumo que internet y las nuevas tecnologías que tanto rechacé, son importantes en mi vida y, reconozco, que es lo que me ayuda cada día acostarme con la sensación más agradable del mundo.
En este caso, el ordenador me permite hacer lo que más me gusta: escribir y compartir lo que escribo; y, por otra parte, me acerca a todas las personas a las que echo de menos, ya sea a través de un correo, por un "me gusta" o, simplemente, porque sé que están al otro lado de mis palabras.
Hoy, me acuesto feliz porque, a pesar de que mis horas libres son las de sueño de la mayoría de mis amigas, he podido sentirlas a mi lado mientras leía sus mensajes; hoy me acuesto feliz porque mañana toca día libre e intenso, en el que estaré con mi familia y disfrutaré de una cenita y "peli" con mi niño; hoy me acuesto feliz porque no pienso poner el despertador para levantarme mañana.
No puedo más que repetir lo afortunada que me siento por todo lo que hay en mi vida, pues es todo lo que deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario