jueves, 15 de agosto de 2013

Hace ya tiempo...

   Hace ya tiempo que no le escribo nada. Siempre me pasa lo mismo. Es tan grande el deseo de apartarlo de mi vida que se me olvida que no puedo vivir sin él. Han bastado dos frases para volver allí donde lo habíamos dejado, allí donde, en realidad, nunca estuvimos.
 
   Es difícil comprender el porqué de todas las cosas de la vida. Simplemente pasan...y yo empeñada en darle razón lógica a todo. Sé que todo es perfecto en el Universo, que todo fluye hacia donde debe, hagamos lo que hagamos el fin será el mismo. La diferencia que marcan nuestras acciones está en que ocurran antes, después o...tal vez nunca.
 
   Tenemos nuestra mente para tomar decisiones erróneas y nuestros corazones para corroborar lo que desean nuestras almas...para ser felices. Un simple gesto puedo cambiar toda tu vida, todo lo que sientes, todos tus sueños.
 
   Sí, hace tiempo que no le escribo nada. Intento no pensar en lo que me hace sentir. Cómo puedo perderme en esa mirada sintiendo que jamás escaparé de ella, comprobando que está allí donde mire, allí donde mis ojos se posen. Cómo puedo oír cada noche su voz pronunciando mi nombre, llamándome desde la más lejana distancia, desde un lugar que ni siquiera sé si existe. Cómo estar tan segura de que sólo su aliento puede avivar el mío, de que sólo sus besos pueden provocar a mis labios, de que es sólo su cuerpo el que deseo y sueño con acariciar...
 
    Poco a poco los días marcan un nuevo estado en el que, sin tenerlo, puedo sentirlo a cada segundo, puedo luchar por él aún sabiendo que jamás será mío, puedo sonreírle soñando que está a mi lado, sin pensar siquiera si me apetece tenerlo cerca. Ya no se trata de lo que yo quiera, sino de lo que fue, es y siempre será.
 
    Sí, hace tiempo que no le escribo nada. Creí que eso me ayudaría a darle esquinazo, pero no es posible....ni olvidarlo, ni esquivarlo, ni negarlo. Es posible dejar de pensarlo, pero jamás conseguiremos dejar de sentirlo, porque tan sólo él tiene el saludable don de despertarnos cada mañana con una sonrisa, de hacernos cosquillas durante el día, prepararnos la cena al llegar a casa, llenar de espuma nuestro baño, llenar de luz nuestra vida. Él, tan sólo él puede hacernos sentir de maravilla cuando nos despierta a media noche, cuando nos roba el sueño, cuando se cuela en ellos...
 
   Él es tan poderoso que puede controlar mis dedos para cambiarlo todo...sí, hasta el hecho de que hace tiempo...demasiado tiempo...que no le escribo nada...

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