Leí, hace unos años, un libro que explicaba cómo
conseguir todos nuestros sueños para ser felices. Se basaba en averiguar cuáles
son nuestras verdaderas pasiones y usarlas como brújulas para alcanzar nuestras
metas. Os puedo asegurar que es mucho más real y sencillo de lo que, a primera
vista, parece.
Cuando miras dentro de ti y encuentras ese acto,
lugar, persona o sentimiento que te hace vibrar, volar, quedarte
voluntariamente en pausa para poder deleitarte de la "perfecta"
sensación que te produce..., es cuando has dado con la tecla que dará la
entrada a la auténtica banda sonora de tu vida.
El día en el que descubres para qué has llegado a
este mundo, cuál es tu función dentro del infinito Universo, todos sus hilos se
mueven y comienza el baile de señales que guiarán todos y cada uno de los pasos
que des hacia tus sueños. Esta es la clave; si al encontrar tus pasiones te
diriges hacia ellas, el mundo será la barca que te ayude a cruzar cualquier
dificultad; si por el contrario, una vez que sabes quién eres, decides seguir
el camino que se te "impone", el sendero de tus pasos estará cada vez
más difuminado, haciendo que tu deseado futuro se mantenga alejado; que tu
pasado quede borrado; y que tu presente sea el peor de los regalos...
Aquellos que optan por la primera opción son
cuestionados frecuentemente; familiares, amigos y algún que otro desconocido se
dedica, como si de ellos dependiese su propia vida, a convencerles de que no es
la opción más "segura". Me pregunto cómo pueden dejar caer la
"seguridad" de sus vidas en un colchón de estabilidad... Me respondo
sabiendo que tan sólo cuando comprendes lo dudoso que es el simple hecho de
seguir vivos, es cuando valoras, desde la perspectiva más inestable y segura,
todas las decisiones.
Puedo asegurar que da miedo, que todos los consejos
que te han dado se pasean por la mente como símbolo de mal presagio... Sin
embargo, al dar el primer paso en la carrera de nuestros sueños, todo cambia de
color, resaltando por cada esquina una nueva señal que nos deja ver, con total
claridad, que vamos por el camino correcto.
Hoy abro mi ventana hacia vuestros corazones y me
encuentro la mejor señal que podían enviarme; ella ha sido el motivo de mi
sonrisa, la razón de mis letras y la motivación para continuar; hoy volví a
sentir que tan sólo al soñar hallaremos la felicidad. Hoy he vuelvo a elegir a
favor de mis pasiones y, de nuevo..., encuentro señales; señales entre
corazones que me enseñan sus ilusiones; señales en sus ojos, sus manos y sus
besos; señales en el trabajo, en la calle y en Facebook; señales en las señales
y más señales que me señalan. Hoy, podría volver a dudar, pero no quiero
volverme a señalar; podría dar un paso atrás, pero no tengo miedo a fracasar;
podría buscar mil excusas, pero no tengo a quién engañar; sólo me queda mi día
hecho de señales que ahora comparto y, entre las que quizás...está también tu
propia Señal.
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