Al bajar las escaleras siento que el frío comienza a colarse en mi interior. Me monto en el coche buscando el calor que huye de mi sin más, y, sin embargo, solo puedo sentir más y más frió...Detrás de mi dejo la mitad de mi vida, el sentido que me faltaba y del que no me quiero volver a separar...y eso me entristece el alma a cada metro que me alejo, a cada segundo que no te tengo cerca, haciéndome revivir lo duro que me resultó hace años separarme de ti.
De repente, una llama se enciende desde el fondo de mi corazón y me inunda todo el pecho irradiándome calor por todo el cuerpo. Entonces, recuerdo que ahora puedo sentirte cerca de mi siempre que quiera y eso, simplemente, me despierta a la vida. Sonrío, miro al frente y continúo mi camino despidiéndome de ti:
"Eres tú mi luz, esa que iluminó mi camino durante tantos años, esa a la que dejé en mi pasado haciéndome creer que no era nada...qué equivocada...Y ahora, de nuevo, vuelves a mi vida para recordarme que sigues ahí, que ambos nos necesitamos para respirar con más facilidad, que llenamos ese hueco que un día el tiempo dejó sin más... Me quieres, me sientes, te quiero, te siento....la pena de tener que alejarme de ti desaparece cuando me doy cuenta de que muy pronto, de nuevo, disfrutaré al verte sonreir, cantar, bailar y vacilar al mundo con tu gran personalidad. Por eso, aunque ahora mismo te extraño, soy feliz soñando con nuestro próximo reencuentro, ese que ahora sé, que siempre será eterno. Te quiero, mi pequeño mimo, mi calor...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario