domingo, 13 de octubre de 2013

No escapan los caminos...

    No escapan los caminos que debemos recorrer. Las sendas nos marcan los pasos sin que nos demos cuenta de que no hay lugar para escondernos. De nada sirve correr hacia ninguna parte pensando que no habrá más tristeza que nos atrape, más dolor que se clave, más nostalgias que esquivar. La felicidad no existe sin el desconcierto que la haga volar, sin los sueños que caen a nuestros pies, sin el esfuerzo de levantarnos mil veces, como se levanta el sol cada mañana, como lo hace la luna para velar por nuestros sueños...

    No escapan los caminos que evitamos mirar. Apartando la vista de la realidad que nos asusta contemplar...¡qué inútil intento el de esconder el cuerpo detrás de una mano, el sol detrás de un dedo, la vida detrás de una mentira! Abrir los ojos y ver que no era oro lo que nos cegaba cada día, que no era el sol el que nos daba calor, que no eran esos besos los que nos permitían vivir. No importa que nuestros párpados nos hayan mostrado un cielo negro si ahora somos conscientes de que su color es el azul...

    No escapan los caminos que debemos sentir. Los corazones nos buscarán queramos o no amar, pues son los sentimientos los mensajeros de la libertad, de todo aquello que nos hace grandes, fuertes; que puede hacernos vulnerables, invisibles, casi inexistentes... No sirve de nada volar a un país de palabras vacías, de cielos que no guardan estrellas que puedan caer, de mares que no tienen olas que puedan mojar la arena. Sentir sin más, sentarnos a soñar, pues de cualquier manera... lo tenga que venir vendrá.

    Avanzando por nuestros caminos, esos que jamás nos podrán evitar... Lo haremos sin perder de vista todo aquello que nos enseña la verdad, que nos da la libertad para andar por el camino que caminando nos permitirá vivir; caminos por recorrer, mirar, sentir...

 

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