No son pocas las veces que la vida nos hizo llorar, que nos plantó delante de situaciones que ni siquiera sabíamos cómo enfrentar. Sin preguntar, sin poder opinar, teniendo tan sólo que seguir sin más...
No son pocas las veces que nos hemos perdido en el camino; en ocasiones de la mano, en otras estando muy lejos... Cuántas cosas debemos vivir para aprender, debemos perder para valorar, debemos olvidar para seguir...
No son pocas las veces que en la distancia recuerdo tus besos, tus abrazos y todos los momentos que nos regalaste cuando éramos niños; momentos que pasan pero que jamás se olvidan, momentos que son la base de toda mi vida...
No son pocas las veces que te preguntaste cómo lo conseguiríamos sin ella, cómo encontraríamos el sentido a una vida así; lo que tal vez nunca viste es que ella siempre ha estado en ti. No hay día que no la sienta dentro de todos nosotros...ella es la fuerza, la valentía que nos invita a vivir.
Y con esa valentía te has enfrentado a tempestades que parecían insalvables, has recorrido caminos casi intransitables, has subido montañas con los pies descalzos y, sobre todo, no has dejado en ningún momento de cuidar con tu amor a todos los que tenemos la suerte de tenerte en nuestras vidas.
Por eso...porque no son pocas las veces que te has caído, hoy quiero recordarte que son muchas más las que has sabido levantarte, ponerte de pie con la sonrisa que esconde el miedo del qué pasará, pero convenciendo al mundo de que nada más podría hacernos daño.
Esto no es una prueba, es tan sólo la vida. Vida que sin lucha no tiene sentido, vida que de ser fácil ya sería la muerte. Hoy te toca respirar profundo y recordar... Recordar que no hay nada peor que vivir lo que ya vivimos, que no existe el tiempo sino todo aquello que los días nos enseñan. No tengo la llave de tu salvación, pero sí la certeza de que todo, como siempre, encontrará su solución. La vida no castiga a los corazones bondadosos como el tuyo, tan sólo los llena de luz, de paz y de serenidad... y es con eso con lo que hoy quiero iluminar tu rostro.
Ahora... recoge tus buenos recuerdos, observa los ángeles a los que diste la vida, acércate al que da sentido a tus días... Dedícales una sonrisa y mira hacia delante con la fe de que todo lo que ahora te ahoga no es más de lo que un día no te dejó respirar. Tienes lo que ya muchos quisiéramos, el amor verdadero que hará que, poco a poco, todo vuelva a tener su grado de serenidad. No es menos lo que mereces, no es menos lo que eres capaz de conseguir.
Tú, mi hermana, todo lo que siempre quise, todo lo que nunca perderé... No temas de nuevo por nada, pues ya aprendimos que no tenemos poder para cambiar la vida de los demás; por mucho que los queramos, por mucho que nos quieran, nuestro destino es y será el que escrito está.
Mientras llega el comienzo de otra vida tan sólo debemos entender que es en ésta en la que debemos hacer todo lo posible por disfrutar. No pierdas la oportunidad de hacer reír a los que te rodean, no malgastes el tiempo en pensar en lo que no puedes cambiar e inviértelo en todo aquello que eres capaz de calmar con tu alma. No necesitamos tus lágrimas, al igual que tampoco tú quieres ver las nuestras...
Mi ofrecimiento de hoy son unas letras que den vida a las palabras que mi alma quiere hacerte sentir. Te mando estas líneas con besos entre sus puntos, con abrazos entre sus tildes, con todo mi amor en cada trazo. Todos somos uno y cada uno somos lo mismo. Todos estaremos bien si, al igual que yo estoy haciendo ahora mismo,...te animas a sonreír tú también.
TE QUIERO.
Preciosas letras Sonia.
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