Descubro en mi interior mensajes que aún no
consigo descifrar del todo. Es una sensación que me aprieta el estómago y
se irradia a todo mi cuerpo. A veces me produce las emociones más
maravillosas del día; otras, me hacen sentir pena, tristeza, incluso dolor. Lo
más fascinante no es esto, sino que normalmente todas estas sensaciones vienen
acompañadas del rostro de alguien en mi mente, del nombre de otra persona que no
soy yo. Puede ser locura...puede ser la vida...
Decido hablar con ella y me cuenta que sus pensamientos volaban con los míos; a veces no, pero sus miedos, su
silencio o su felicidad rebosaba con tanta energía que mi unión a ella me
estaba haciendo sentir lo mismo. Yo también sonrío con desconfianza al
recordarlo, no os voy a mentir. Todo es tan extraño para mí como si alguien me
lo estuviese contando. Ver para creer es lo que pienso, pero la cuestión no es
sólo que lo veo, sino sobre todo que lo siento.
No me encerraré en un mundo
con más locos para saber qué tipo de locura es la que me invade. No tengo miedo
a sentir nada de lo que el Universo tenga preparado para mí. Hoy seré una loca
que sueña con almas, que cree poder ayudar a los que lo necesitan, que sabe que
gritando desde el interior siempre llegará alguien que pueda darnos
ese sorbo de agua que necesitamos para seguir; ese aliento que nos permitirá
vivir un poco más, tal vez, incluso ser más felices; pero mañana de nuevo las personas que se cruzan por mi lado, sin conocer mi locura, me preguntarán cómo hago para mantener siempre mi sonrisa, por qué siempre encuentro con tanta facilidad el lado bueno de las cosas; o cómo puede ser que me duela tanto el corazón y esté muriéndome de risa. La respuesta es clara...yo siento la vida y os aseguro que es maravillosa...
Derrumbo todo lo que creía para
empezar a creer que nada en mis días es un sinsentido de experiencias
que sólo me conducen a la muerte; levanto mis sueños para darme cuenta de
que la vida es mucho más que un trabajo, una casa, un coche y una familia por
crear, queramos o no hacerlo...amemos o no a quien tenemos al lado. Elevo mis
esperanzas hasta donde a día de hoy me ha llevado mi creencia de que todo es
posible. Hoy soy, al fin, quien soy en realidad mientras que mis días son
lo que siempre he querido que fuesen; mis metas, mis propósitos y todos y cada
uno de mis sueños se hacen realidad... No sin esfuerzo, no sin antes haber
perdido todo lo necesario para hacer el hueco justo a lo que anhelaba; cosas
que incluso no sabía que podía llegar a perder y que ahora dejan el vacío de no poder dar
marcha atrás... Todo pasa por algo...no se puede tener todo...
Cuidado con lo que deseamos
porque el Universo tiene el poder de hacerlo realidad. Pensemos bien con
nuestras almas qué es lo que realmente nos hace felices, pues una vez pedido el
deseo el mundo entero conspira para que todo sea como deseamos.
Pensad...retroceder en el tiempo y evocar todas las veces que pedisteis cambios
en vuestras vidas. Hay que ser muy específicos, pues tal vez no tenéis lo que
soñabais, pero sí que es justo lo que habías pedido...
No neguemos al amor, pues sin él no
podemos vivir; en caso de dejar de sentirlo dejaríamos de existir. No pidamos
salir de un sitio sin antes tener claro a dónde querremos ir; estar en el vacío
es mucho más difícil que cualquier situación que se nos pueda presentar en la
vida. No pidamos dinero cuando lo que en realidad queremos es llegar a fin de
mes, pagar las facturas y tener algo más para poder disfrutar de ciertos
placeres que no son gratis; podríamos ser millonarios y no tener la posibilidad
de hacer nada de lo que en realidad soñábamos hacer al serlo. Pidamos vida,
tiempo, salud; pidamos aprender a tocar la guitarra o que el mundo entero se
interese por lo que escribirnos, pintamos, cantamos o, simplemente, sentimos...
Pidamos el calor de otros cuerpos y el sabor de otras bocas; pidamos abrazos, agua,
comida y vida para todos. Pidamos sin parar de hacerlo, pero pidamos para ser
felices...no para hacer creer al mundo que lo somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario