Quiero que sepas que el daño que te he causado no ha sido intencionado. No pensé en ningún momento que el no contarte mi día a día te pudiese parecer una mentira. Pero también, reconozco que en este pensamiento no he teniendo en cuenta lo que hemos compartido en los últimos días. Así como tampoco tuve muy en cuenta tus sentimientos y el hecho de que, el que los míos sean diferentes, no implica que los tuyos no tengan importancia.
Quiero que sepas que siento no haber terminado de abrirme a ti, que me duele saber que he podido herirte con mi forma egoísta de vivir ante el temor de que me hagan daño. Lo único que he conseguido es dañar a otra persona y, ese, tampoco es mi propósito en la vida.
Pero también, quiero que sepas que nuestro encuentro no ha sido en vano, pues, por una parte, has traído a mi a un ser mágico que me está abriendo puertas que creí totalmente selladas, que está dando luz a una parte de mi corazón que llevaba mucho tiempo a la sombra; y por otra parte, porque estoy segura de que, de alguna manera, ya sea ahora o con el tiempo, yo también podré aportarte algo mágico a tus días, para de esa manera compensar el dolor que el camino hacia mi felicidad te ha causado.
La amistad es uno de los tipos de Amor más maravillosos del mundo, porque tan sólo con el respeto, la sinceridad y la comprensión puede mantenerse para siempre. Por eso, tal vez sea hora de que dejemos de juzgarnos sin conocernos y empecemos a querernos mostrándonos tal y como somos.
Hoy te brindo mis disculpas y mis agradecimientos deseando de todo corazón que nuestras vidas sigan unidas para acompañarnos como dos grandes amigas en cientos de momentos del camino.
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