miércoles, 15 de mayo de 2013

Insomnio oposicional...

    Hace una hora que me acosté, cinco minutos desde que me he levando... Creía estar quedándome dormida hasta que de repente me he dado cuenta de que apretaba mis puños con todas mi fuerzas... 

    Pensamientos que me roban el sueño... Sueños que no me dejan soñar. Me gustaría contaros que estoy así por esas conversaciones mágicas que tengo con mis ángeles, que es por haber tenido la oportunidad de hablar de nuevo con la mujer que hacía meses me regalaba sus más intensas miradas, o por haber tenido la suerte de alegrarle el corazón a mi niña... Pero no es así...no me roba el sueño el amor, ni la pasión, ni el deseo o tal vez sí...

   Deseo...claro que es un deseo, deseo convertido en necesidad, necesidad que nació siendo un sueño, el sueño de compartir mi vida con cientos de niños y niñas, esos que siempre dieron sentido a mi vida. Si es cierto que el Universo me dio el don de saber expresarme a través de mis letras, os aseguro que el vínculo que siempre he tenido con los niños me viene desde antes de nacer. Niños...los seres más mágicos y puros del mundo...

    Hoy me enfrento de nuevo al duro reto de opositar, a la difícil tarea de sentarme a estudiar aún sabiendo que todo es muy complicado, que llega a tacharse incluso de imposible. Dan ganas de salir corriendo, de tirar la toalla, de renunciar de una vez por todas a este sueño que no parece encontrar su lugar en mi vida.

    Decepciones que han marcado durante años mi camino de opositora...cuántas veces he aprobado ya sin que eso me haya servido de nada... Me agobio, el aire me falta... Me siento en la cama y me pregunto quién soy, con quién hablo, de quién es esa voz que me frena ante lo que quiero.

    Me levanto y me envuelvo en lo mejor de mi vida...mis letras...mis reflexiones, mi única forma de sacar de mí lo mejor que tengo. Ahora me río. Si la vida no me hubiese enfrentado a las adversidades que han supuesto estas pruebas yo jamás hubiese retomado mi maravillosa "manía" de escribir para desahogarme; nunca hubiese escrito mi libro, no tendría este blog, ni mi página de escritora, no me estaríais leyendo y mis palabras no tendrían motivos para salir de mí.

    Todo en la vida, lo entendamos o no, lo asimilemos o no, nos duela o no....todo pasa por algo. Bendito momento en el que crearon ese fatídico sistema transitorio de oposición que, a pesar haber roto mis sueños, mi corazón y mi alma mil veces en cien pedazos, hoy me da la oportunidad para ser lo que soy realmente: Escritora.

    Me paro... Lo sé, todos lo sabemos, este camino no es más fácil que el anterior...cuántos escritores viven de sus publicaciones... No lo sé, pero os aseguro que muchísimos menos de los que escriben. Sé que todo irá avanzando hasta límites insospechables, pero mientras...mis gatitos y yo necesitamos alimentarnos...vivir... Os amo, eso también lo sabéis. Sois y seréis siempre el sentido de todo lo que escribo, el motivo por el que lo hago...no necesito más, tan sólo porque del amor se vive, pero ya lo sabemos...no se come.

    Por eso, y mientras mis sueños y pasiones van tomando forma, yo voy buscando alternativas que me permitan seguir desarrollando mi interior, que me ayuden a vivir, a tener tiempo para ser... Que mejor que dar rienda suelta a mi pasión por los niños, al placer de educarlos en la belleza que encierra la educación física. No sabéis como ha cambiado todo... Ya no somos maestros de gimnasia que ponemos a los niños a dar vueltas a un patio, a hacer flexiones y abdominales...aún recuerdo a mis compañeras llorando porque les daba miedo saltar al potro. No, ahora nuestro trabajo consiste en ayudar a los alumnos a que su cuerpo se desarrolle de forma adecuada, a que aprendan que deben crear buenos hábitos de higiene, de ejercicio, en las relaciones, en su forma de vida... Es tan bonito...que a veces me parece hasta irreal.

    Maravillosas leyes educativas que leídas suenan como poesía, pero que siempre son acompañadas de cientos de "peros"... Y llegado el momento, todo el sistema se tambalea regalando plazas a personas sin vocación, dejando en casa a los maestros que sentimos en nuestra alma la necesidad de educar, el placer por hacerlo... 

    Mientras intentaba dormir he visualizado el momento de ir a ver los resultados de los exámenes... Sonrío. Cuántas veces habré soñado ya con cambiar ese momento que tanto se repite. Poder descolgar el teléfono para contarle a mi padre que al fin y, como siempre me ha dicho, "me ha tocado la lotería", porque en palabras suyas..."para qué quieres que te toquen un montón de millones...acabarías por aburrirte. ¿No es mejor que te "toque" un trabajo que te guste para toda la vida?". Mi padre... Creo que si algún día saco la plaza...se le sale el corazón por la boca...

    Y eso he hecho...me he visto...mi nombre en un papel que refleja las personas que finalmente han obtenido la plaza de maestra. Lloro y lloro de la emoción tan sólo con pensarlo. Tantos años, tanto sacrificio, dinero, tiempo, ilusiones...cuántas cosas me he perdido por tener que estudiar y estudiar...siempre estudiar...

    No sé si será este año o habrá que esperar otros dos...no lo sé, pero al menos ahora tengo la enorme suerte de poder pasar algún tiempo con los niños, sustituyendo a otros que no pueden, en ciertos momentos, desempeñar su trabajo y...benditas sean las bajas médicas que nos permiten rozar nuestros sueños aunque sólo sea un instante. Tal vez no todo haya sido todo en vano...esto me lo gané con mi esfuerzo...

    Ahora sólo quiero dormir, descansar, dejar de preguntarme qué pasará, pues sea lo que sea que pase asumo la realidad de que nada es imposible, aunque no por eso posible será; asumo la verdad de que todo pasa por algo y tan sólo por eso...lo que tenga pasar...pasará...


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