jueves, 16 de mayo de 2013

Tu ser en mis escritos...

    Me pregunto para qué queréis mis escritos, por qué esa necesidad de veros reflejados en ellos. Es mi amor, mi forma de sentirlo, de expresarlo, de hacéroslo llegar lo que os llena el corazón o tal vez el alma, quizás ambas cosas o tan sólo ese espacio que en vuestras vidas no conseguís llenar.

   Dices que, tal vez, es esto lo que busco...¿de verdad piensas eso? Te diré que no. Una cosa es que no crea en todo lo que un día me partió el corazón y otra muy distinta que me cierre ante ello. La realidad es que no es mi alma la que busca las vuestras, sino las vuestras las que acaban por encontrar a la mía.  Mi alma libre...deseosa por poder llenar a otras almas atadas en la vida que por propia decisión eligieron. Y así, vuestros sueños vuelan a través de mi libertad, a través de los sueños que soy capaz de construir para que no se os olvide lo bello de soñar...

    ¿No será que se repite la historia porque son los corazones enamorados del amor que ha creado esta sociedad los que más anhelan el verdadero amor? Mis palabras no son más que la mayor expresión de como yo lo siento, de como un ser libre y abierto a sentir puede llegar a llenar de pasión, de deseo, de ilusiones algo que el mundo a terminado por convertir en un todo vacío y rutinario. La pareja no es sumisión, ni conformismo, no tiene que ser un día que se repite hasta la saciedad, no debe tener implícita la sensación que conlleva una atadura. 

    Por eso, al entregaros un amor libre, un amor que se forja bajo el respeto, bajo la acentuación de todo aquello que veo brillar en vuestros ojos, de la humedad que tan sólo yo percibo en vuestros labios, del deseo callado que sin pretenderlo provoco en vuestros cuerpos...acabáis por perderos entre el calor de mis frases, entre los sentimientos que encierran, entre los sueños que os hacen volar y fantasear con todo que aquello que podría ser si fuese algo más que una simple histoira que leer.

    De esta forma, mientras yo fabrico deseos que me lleven a sentiros de verdad, vuestras mentes sólo se conforman con la idea de mi intención hacia vosotras, con el morbo que crea el saber que detrás de cada palabra escondo ese nombre que cada noche repito en mi cama antes de dormir. Pero, ¿de qué me sirve? Me planteo lo absurdo de nuestra relación...si me compensa realmente hacer de vuestros deseos órdenes para mí...

    Tras el momento de divagación siempre acabo viendo la luz. Qué puede haber más bello que hacer sentir como lo hago con tan sólo pulsar las teclas de mi ordenador, con tan sólo abrir las puertas que dan rienda suelta a mi inspiración. Claro que vale la pena. De qué si no vive un escritor. Del placer de sacar de su alma lo más bello, lo más poético...la mejor forma de poder hacer volar a los corazones que tengan el privilegio de poder sentirlo, de saber entenderlo, de conseguir encontrarse en cada letra que toma vida en este papel, en este mundo que felizmente creo  para quien desee conocerlo.

    Y si escribo sobre el deseo de volver a mirarte a los ojos, de volver a sentir una simple mirada que haga estremecer mi cuerpo, no tengo que decir nada más para que sepas que son tus ojos los que busco; y si levanto una escalera para bajarte la luna, no hace falta que te diga que es para entregártela a ti, que es para poder verte feliz; qué más da que los sueños sueños sean, qué importa que tan sólo la noche pueda ser testigo de lo que tú y yo compartimos, que, en realidad, tan sólo el Universo sepa qué hay de verdad en cada una de mis palabras, en cada uno de tus silencios...qué más dará lo que el mundo sepa o no, lo que nosotras mismas nos ocultemos, si, por vivir o morir nadie puede hacer más apuestas, si el destino se escribe siendo borrado a cada paso, si los días pueden ser eternos finales que nunca encuentren su fin, si por sentir nadie puede condenarnos, pues de hacerlo serán ellos los condenados por envidiarnos...

    Y mejor que vivir del aire, de la nada o del vacío...yo propongo vivir de ilusiones, porque los sueños...los sueños no tienen dueño y hagamos lo que hagamos, sintamos lo que sintamos, de esta forma, siempre...siempre nos quedarán los sueños.

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