No recuerdo ya ni el día que el sol nos regaló la suerte de poder hablar por primera vez; hace tanto que la luna se ha olvidado de darnos las buenas noches al acostarnos... Supongo que ni ella misma pudo imaginar que ésto llegase hasta este punto.
Días que no dejan de ser intensos y noches eternas que esperan que el sueño de tenerte cerca se cumpla. Tal vez nos parezca demasiado amor como para poder ser real, quizás es sólo el producto de dos almas que, unidas por motivos que van mucho más allá de lo terrenal, pretendemos amarrar bajo el profundo significado que le damos al amor. ¿Qué podría ser si no esto que nos mantiene tan unidas en la infinita distancia que nos separa?
No puedo caminar sin dejar de sentirte dentro, sin pararme en cada flor que me recuerda a ti con su olor, sin detenerme en la sonrisa de otras que me miran queriendo ser alguien que jamás serás tú. Cada paso me parece acercarme a donde estás aunque no tenga ni la más remota idea de dónde te encuentras; cada palabra que escribo te habla sin saber siquiera qué quiero decirte.
No hay explicación para algo que nace de la nada y se convierte en todo. No conseguimos encontrar esa pieza que tal vez consiga que todo encaje; todo da vueltas en nuestras mentes tratando de hallar la fórmula que aclare toda esta ecuación, pero día tras día uno más uno sigue siendo tres...
Pasa el tiempo y en vez de alejarte te siento más cerca. Esto no formaba parte de nuestros planes, de nuestros sueños, de nuestra vida, pero quizás, en esa afirmación es donde podamos encontrar la clave, la solución. Todo pasa por algo, ¿para qué darle más vueltas?
Tan sólo una vez te he pedido que lo dejes todo...supongo que mi claridad es la que te habló. Te pido mil veces disculpas por querer acelerar algo que ni siquiera ha comenzado, pero me pregunto si realmente no eres capaz de aceptar que no hay más de lo que ves. No importa las decisiones que tomemos, el tiempo que esperemos, la distancia que pongamos entre ambas, pues el amor, ese que nos ha unido muy por encima del propio Universo, no lo vamos a dejar atrás. Correremos para despistarlo, nos esconderemos para que no nos vea, le hablaremos mal para enfadarlo, lo ignoraremos, lo desvaloraremos e incluso puede que lleguemos a odiarlo... Pero ¿sabes una cosa, mi niña? Él es un amor puro y sincero nacido de la energía sin limites de nuestro interior y no habrá nadie, ni tú, ni yo...absolutamente nadie ni nada que lo haga morir.
Por eso, independientemente de que decidamos rendirnos ante él y sentirlo cómo se merece, darle su lugar, ayudarle a crecer, enseñárselo al mundo entero o, por el contrario, dejarlo en el pasado...él seguirá ahí, dentro de tu alma, rozando la mía, durante toda la vida, durante toda la eternidad....sin pedir nada, nada más a cambio, porque no somos nadie para decidir que él deje de ser lo que simplemente es: AMOR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario