A veces el camino se cierra, tanto, que nos hace dudar de si podremos seguir adelante. No vemos donde pisar con firmeza, no sabemos si realmente nos merecerá la pena arriesgarnos a dejar parte de nuestra vida en dar el siguiente paso.
Somos tan diferentes unos a otros que ni siquiera podemos esperar que haya personas capaces de darnos esas respuestas que necesitamos. Qué hacer....seguir, parar, dar marcha atrás...
Miro, observo, escucho, siento... Son tantas las sensaciones que me pierdo entre ellas. Sin embargo, después de dejarme arrastrar por todo lo que mi alrededor me hace sentir sólo llego a una conclusión. Todos necesitamos lo mismo. Amor.
De una u otra forma el amor es lo que mueve al mundo. Cuando la energía que fluye de las almas que se me acercan es negativa...puedo sentir que no es más que la falta de amor, la falta de pasión en sus palabras, sus pobres vidas intentando ser llenadas de algo en lo que no son capaces de volcar su amor. Yo, yo y yo...eso nunca funciona. Tú no eres nadie si yo no estoy cerca para corroborar que existes...
Almas vacías que nos dejan ver el poco sentido que demasiadas personas dan a lo más importante que tienen, la vida, su vida. Veo miradas alegres que me llenan en un sólo segundo, personas felices que irradian la paz y el amor que contienen sus corazones. Ellas son el motivo para seguir, pues siempre hay luz al otro lado, siempre encontramos ese atajo que nos lleva justo a dónde queríamos llegar.
Sentarnos, pararnos, dudar... No valen esos actos en una vida que no espera a nadie, que por ser tan efímera, en ocasiones, no hemos sido capaces ni de vivirla un sólo segundo antes de morir. Morir...algo que parece tan lejano y que está tan cerca de cada uno de nosotros. Ahora estoy viva y mañana ya no existo, ya no soy...o tal vez sí, qué sabe nadie...
Muros y más muros que nos golpean sin que ni siquiera nos acerquemos a ellos, sin que hayamos llegado a percatarnos de que estaban justo delante de nosotros. Frenados ante una falsa realidad que nuestra mente nos crea para no tener que afrontar con el valor suficiente el siguiente paso que nos toca dar, que nos llevará a la felicidad.
Lecciones que nos cuentan los miedos de quienes las dan, palabras que dejan ver todo aquello que desconocen, gestos faltos de sinceridad que nos hielan el corazón dejándolo en un sinsentido de preguntas sin respuestas, de caminos sin caminantes, de árboles sin hojas que vivirán sin ser lo que son en realidad.
Caminaré con o sin rumbo, pero siempre adelante y sin descanso, pues el aliento que necesito me lo dan los senderos que voy creando con mis propios pasos; y si no hay senda por la que andar la crearé al avanzar, la haré existir con mi existencia, con mi esencia, con la pasión que mueve mi cuerpo, que nace de mi corazón, que llena cada trocito de mi alma.
No quiero respuestas que no digan nada, ni lluvia que no me moje; no quiero viento que no me despeine, ni barco que no pueda navegar. Afrontando la tormenta, desafiando a los dioses si es necesario, pero sintiendo dentro de mí que soy una persona libre para amar, para ser, para dar sentido a una vida que lo tiene, pues de no ser así...yo ya no estaría aquí. Vivir, sentir, amar...
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