Hay amores que llegan
para abrir nuevas puertas, otros que nos ayudan a cerrarlas; amores eternos y
efímeros, que dejan huella o que pronto olvidamos; amores que soñamos o que no
esperamos, que nos elevan al cielo o nos hunden bajo el suelo. Toda clase de
amores invaden nuestras vidas para llenarnos de lo que más tarde puede
vaciarnos, pero también, para vaciarnos de todo aquello que no nos permitía
enamorarnos.
Si pudiese tenerte
frente a mí te pediría todo lo que no te di, todo lo que espero aprender a
entregar, todo lo que en estas frases quiero hacerte llegar...
... Dame en tus besos
el aliento que pierdo en cada paso que me acerca a ti, la humedad que mantiene
vivas las pasiones que conforman el bello presente que me das; besos con sabor
a respeto, textura de sinceridad y sirope de felicidad; besos que sellen el
secreto que cada día pactan nuestros labios al despertar.
Dame en tus abrazos el
calor que cobije al frío que regala el inverno, las sensaciones de libertad que
nos entregan las hojas que caen en otoño, el deseo que despierta el olor del
amor en primavera y el milagro de sentir el agua del mar refrescarnos en el
ardor del verano. Abrazos que conviertan en días los minutos y en eternidad
todas las estaciones que nos quedan por disfrutar.
Dame en tu mirada la
complicidad de nuestros actos; las palabras que jamás diremos, que no hará
falta pronunciar; los sentimientos que dan vida a tu alma, aquellos que
provocas en lo más profundo de mi corazón. Esa mirada que lanzó la flecha que
un día Cupido perdió, que pensó no volver a encontrar, que guardaste celosa
para cuando nos volviésemos a cruzar.
Dame en tus caricias la
tranquilidad que las tormentas roban, la paz que las guerras destruyen, la
coherencia que a esta sociedad le estorba, la facilidad que hace posible lo que
ni siquiera existe. Caricias que entregas con esos besos, abrazos y miradas;
que nacen de cada poro de tu ser, que se subliman cuando rozan mi piel; que van
y que vienen, que se quedan sin estar, que se adentran sin llegar a pasar, que
pasan y no vuelven jamás...
Dejo bajo los hilos del
Universo todo lo que me quieras dar y,
tal vez, cada cosa que me robes sin pensar. Yo te entrego la libertad de esta
unión, la esperanza de toda una vida, los te quiero que tenía guardados y la
realidad de un sueño alcanzado.
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