jueves, 26 de noviembre de 2015

Dame


Hay amores que llegan para abrir nuevas puertas, otros que nos ayudan a cerrarlas; amores eternos y efímeros, que dejan huella o que pronto olvidamos; amores que soñamos o que no esperamos, que nos elevan al cielo o nos hunden bajo el suelo. Toda clase de amores invaden nuestras vidas para llenarnos de lo que más tarde puede vaciarnos, pero también, para vaciarnos de todo aquello que no nos permitía enamorarnos.

Si pudiese tenerte frente a mí te pediría todo lo que no te di, todo lo que espero aprender a entregar, todo lo que en estas frases quiero hacerte llegar...

... Dame en tus besos el aliento que pierdo en cada paso que me acerca a ti, la humedad que mantiene vivas las pasiones que conforman el bello presente que me das; besos con sabor a respeto, textura de sinceridad y sirope de felicidad; besos que sellen el secreto que cada día pactan nuestros labios al despertar.

Dame en tus abrazos el calor que cobije al frío que regala el inverno, las sensaciones de libertad que nos entregan las hojas que caen en otoño, el deseo que despierta el olor del amor en primavera y el milagro de sentir el agua del mar refrescarnos en el ardor del verano. Abrazos que conviertan en días los minutos y en eternidad todas las estaciones que nos quedan por disfrutar.

Dame en tu mirada la complicidad de nuestros actos; las palabras que jamás diremos, que no hará falta pronunciar; los sentimientos que dan vida a tu alma, aquellos que provocas en lo más profundo de mi corazón. Esa mirada que lanzó la flecha que un día Cupido perdió, que pensó no volver a encontrar, que guardaste celosa para cuando nos volviésemos a cruzar.

Dame en tus caricias la tranquilidad que las tormentas roban, la paz que las guerras destruyen, la coherencia que a esta sociedad le estorba, la facilidad que hace posible lo que ni siquiera existe. Caricias que entregas con esos besos, abrazos y miradas; que nacen de cada poro de tu ser, que se subliman cuando rozan mi piel; que van y que vienen, que se quedan sin estar, que se adentran sin llegar a pasar, que pasan y no vuelven jamás...

Dejo bajo los hilos del Universo todo lo que me quieras dar y, tal vez, cada cosa que me robes sin pensar. Yo te entrego la libertad de esta unión, la esperanza de toda una vida, los te quiero que tenía guardados y la realidad de un sueño alcanzado. 

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