domingo, 12 de enero de 2014

Diario del Amor loco. X (2.0)

Querido diario...se pasan los días sin que el amor me de señales de ti, sin que tú me des señales del amor; me acerco para volver a contagiarme de todo aquello que tu alma tiene para mí. Y así...se me nublan los sentidos cuando estoy junto a ti...

Se me nubla la vista, porque al mirarte no te veo... Siento el deseo de tu mirada, la sorpresa de tu corazón, la nostalgia que nos cuenta que no hace tanto fuimos dos almas convertidas en una, fuimos un sólo cuerpo jugando entre el calor que desprenden las estrellas.

Se me nubla el tacto; me aproximo a tu cuello y, al rozarlo, siento el aroma de tu piel tocando cada parte de la mía. Me inunda de tal forma que aviva el color de mi sangre, suaviza el aire que respiro y se cuela por mis labios dejándome el dulce sabor de tu cuerpo.

Se me nubla el gusto y...al besarte, puedo tocar el cielo durante unos instantes; segundos que convierto en días cada vez que el recuerdo se apodera de mis actos, de mis pasos, de cada suspiro que lanzo al aire creyendo que tú estarás haciendo lo mismo. No sé a qué saben tus besos...sólo sé que me hacen oír la canción más bella jamás compuesta por los latidos de nuestros sentimientos.

Se me nubla el oído cuando intento escuchar lo que dices, cuando sólo siento el palpitar de tus palabras agarrándose a mis manos, regalándome el sentido de las noches, robándome el sueño de los días. Escucho los susurros de tus sonrisas y me quedo envuelta en una nube cada vez más densa, más cálida, más confortable...

Se me nubla la mente. Intento pensarte y lo único que consigo es verte, me esfuerzo por escucharte y lo que hago es desearte, quiero tocarte y, finalmente, tu olor me hace salir de todos mis pensamientos. Todo se nubla sin que ello me produzca miedo, sin que nada me parezca raro; tan sólo una sensación de tranquilidad me invade dejando descansar a mi alma, como si esos minutos hubiesen sido horas, e incluso días, compartiendo contigo todo aquello que nos negamos a descubrir.

Tú que nublas mi vida con el sol de tu mirada, yo que escribo lo que la noche me cuenta sobre la almohada; tú que sientes sin sentir lo que siento y yo que me duermo soñando con nuestros sueños. Nublado o soleado, frío o cálido, triste o alegre, sea como sea el amor fluye entre los breves encuentros que me permito tener a tu lado, que nos acercan cada noche y que nos separan en cada amanecer. Tú...que de tanto leerme me borras y yo...que de tanto escribirte...vuelvo a recordarte...

☯ Sonia Brúnar ☯

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