miércoles, 13 de febrero de 2013

Eternamente...tú.

   Quién puede decirnos que tres meses o tres mil años bastarán para olvidarte. Nadie puede aventurarse a medir un amor tan infinito como el que un hijo siente por su madre, como el que ahora se desborda por la piel de quienes tanto te echamos de menos.

   Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo... Al pensar en que no estás todo queda en nada, el mundo se para en ese mismo instante en el que te alejaste de aquí, en el que decidiste privarnos del lujo de sentirte cerca. Quisiera contarte tantas cosas...me cuesta tanto disfrutar de todos los regalos que el Universo me ofrece... No creerías las cosas que me están pasando. Puedo escuchar todas las palabras que me dirías si te lo contase. 

   Sabes que es cierto, mami. Tú siempre supiste qué rondaba mi mente y mi corazón y, lo mejor, es que también yo supe adivinarte. Hoy, como cada día, tuve mis minutos de desconsuelo, de dejarme llevar por los pensamientos, por este vacío que has dejado en mí. No sabes lo que hubiese dado por poder descolgar el teléfono y contarte lo feliz que soy en ese cole con vistas a nuestro lugar...a nuestra Caleta; lo que me gustaría compartir contigo las emociones que esa mirada me hace sentir, las palabras que ayer me robaron el aire, las situaciones insólitas en las que tanto nos ha gustado recrearnos... Siempre sentí miedo de estas sensaciones y tú siempre supiste decirme lo que necesitaba oír: "¿No eres tú la que dice que hay que disfrutar de cada momento como si fuese el último? Adelante, chata". 

  No me consuela saber que te sentirías orgullosa de mi al contarte mis logros; no me consuela saber justo lo que me dirías si te contase mis aventuras, mis miedos...; no me consuela nada, pues nada es comparable a los besos que me faltan, a la melodía de tu voz mientras me das los consejos; al sonido del móvil cuando eres tú quien me llama... Cosas sin aparente valor empiezan a tenerlo cada vez más. Me resulta increíble hacerme consciente de las pequeñas cosas que echo de menos de ti. Estar haciendo spinning en casa y que llegues con tu cigarro en la mano...lo que daría porque contaminases cada átomo de oxígeno que respiro; tu impaciencia ante la ausencia de respuesta en tu llamada...lo que daría por sentir la intranquilidad que siempre te ha dado el pensar que podía habernos pasado algo; la euforia casi infantil al abrir tus regalos de cumpleaños...lo que daría por sentir esa incertidumbre de saber si había acertado en el regalo; tu risa tonta al hacerte protagonista de mis más intensas historias de amor...lo que daría porque siguieses haciéndome creer que el amor verdadero existe...

  Ya da igual lo que hubiese sido capaz de dar por retenerte por siempre a mi lado. Ya no estás. Ya no hay más noches a tu lado, más días soleados sonriendo juntas junto al mar. No hay más... 

   ...no hay verdad más grande que la que me recuerda que por muchas letras que te escriba, por muchos sentimientos de los que te hable, por muchas cosas que te cuente...tú ya no estás aquí para escucharme. 


3 comentarios:

  1. Yo quiero creer que si nos escucha cariño,pues si no, mi vida no tendría ningún significado, el pensar que puede escucharnos es el motor que hace que todas las mañanas me levante, aunque a cada momento la extrañe. Te quiero

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Estoy segura de que nos escucha Carlos, pero me gustaría sentarme a hablar con ella...así no es lo mismo. TE QUIERO.

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