Hoy estuve allí. Sí, allí donde nos conocimos, donde tal vez sólo coincidimos... Hace tiempo que no estás, pero...no sé si es tanto el tiempo que llevas lejos o si es tan sólo el suficiente para volverme loca al extrañar tanto tu presencia.
Nunca estuvimos más cerca de lo que el momento nos permitió, nunca compartimos más de diez palabras...no a través de nuestra voz. Hoy me doy cuenta de que no siento lo mismo, sin ti ya no es igual. Eras sólo tú, sin tener que hablar, sin tener ni tan siquiera que rozarme. Desde la distancia siempre supiste hacerte presente en esos momentos, tocar una parte de mí que, aunque aún me cueste asimilarlo, nadie antes tocó...no sabía que existía.
Ahora te pienso sin cesar mientras todo esto da vueltas en mi mente, mientras me pregunto que línea hemos rebasado para que todo lo que siempre fue sin más ahora sea tan diferente. No creo que seas capaz de creer que yo piense en ti tanto como tú lo haces en mí. Cada vez que tus palabras están dedicadas a mí puedo sentirlo, puedo notarlo dentro. No tengo más que buscarte en el infinito mundo que has creado para sentir como tus letras acarician esa parte tan dormida que tanto tiempo reposó en mí.
Ya me prometí hace tiempo no confesarte lo que provocas en mí, lo que me gusta provocar en ti. Me aseguré de controlar cada vibración que haces llegar a mí, cada emoción que consigues multiplicar por mil... Por eso estas letras, estos pensamientos y, por qué no, estos sentimientos quedarán guardados dentro de mis ser como algo único e irrepetible, pues irrepetibles nos hace la vida, irrepetible nos ha creado el Universo...
Sí, ese Universo en el que tanto crees, al que tanto proyectas y por el que tanto desear me has arrastrado hasta ti, te has apoderado de mi tranquilidad, de mis deseos, de mi imaginación. Ya lo sabes...dueña de ti me hicieron tus gestos; presa de tu voz me hicieron tus palabras; ciega en la razón me dejaron tus ojos y...perdida entre tus sueños me dejó tu sorpresa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario