jueves, 14 de marzo de 2013

De tu corazón nació mi Don.


Cae el frágil manto de la felicidad
haciendo temblar el deseo incesante,
mientras se quiebra la libertad...
en este preciso instante.

Cae el sudor al surcar el sendero
de lo que hago, de tanto pensarte,
jugándome la vida en un tablero...
en este preciso instante.

Cae la lagrima callada en la piel
testigo de un dolor insoportable,
por buscar y hallar tu ser...
en este preciso instante.

Cae mi castillo de arena,
se esfuma lo que dibujaste,
todo lo envuelve la pena...
en este preciso instante.

Cae la venda que protege del dolor
anestesiando todo lo que te llevaste,
dando la vida por tener tu olor...
en este preciso instante.

En este preciso instante en el que no puedo más
me pierdo sin destino en todo aquello que jamás volverá,
luchando por amarte, por sentirte, por retenerte,
¡¿qué más quieres que te diga si me muero por no verte?!


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