martes, 5 de marzo de 2013

Escribiendo...

   Vacilando ante el desorden al que en ocasiones nos hace enfrentarnos la vida; tratando de poner en su lugar aquello que no tengo ni la más remota idea de dónde estaba, si es que estaba, si es que realmente tiene que estar.

   Surcando los senderos que tan oscuros se presentan, que no parecen conducir a ninguna parte, que no tienen la luz que necesitamos para seguir a cada paso, para que nuestros ojos no se cierren, para que nuestros corazones no se angustien.

   Buscando el consuelo de un dolor que ya siento como eterno, que tengo grabado a fuego en mi alma, que me obliga a dar pequeños pasos que me permitan recrearme en cada cosa que veo, en cada persona que conozco, en cada situación que vivo. Eterno será el dolor pero no esta vida que se nos escapa sin que ni siquiera seamos conscientes, sin que le demos el grandísimo valor que tiene.

   Encontrando manos que se acercan a las mías para que no me pierda, para levantarme cuando me caigo; sintiendo que vuestro aliento se convierte en el mío con sólo saber que existís, que habéis recorrido media galaxia para estar justo aquí, a mi lado. Corazones puros que, aún sin conocerme, me tratan como el mejor de mis seres queridos. Milagro del Universo, regalos de esta vida...ángeles.

   Volando, como cada día, entre mis sueños, esos que se esfuman sin dejar rastro, habiendo sido los más grandes y pasando a ser los más insignificantes; esos que me hacen ver la luz de ese túnel oscuro que intenta envolvernos, que intenta poner a prueba nuestra templanza, nuestras verdaderas pasiones; esos que nacen con cada nuevo día llenando de sentido mi sonrisa.

   Escribiendo lo que nadie escribirá jamás, lo que tal vez no todos entenderán; dando sentido a mis sentimientos a través de estas letras que siempre surcarán el aire, el infinito mundo que las lleva a vuestros corazones, que los roza como si de una suave caricia se tratase... No quiero arañaros el alma, sino besaros el corazón...

   Callando todo aquello que es mejor no decir; sintiendo todo lo que sería absurdo obviar; siendo siempre quien quiero ser. Palabras que gritadas al viento no dicen nada, silencios que guardados en el corazón lo cuentan todo.

   Viviendo la vida que me ha tocado disfrutar, con su amor y desamor, con sus sorpresas y sus desplantes, con su propia vida y con la inevitable muerte. Viviendo también a cada persona que nos vive a nosotros, que nos ama con sinceridad, esos que siempre estarán...

    Agradeciendo, siempre agradeciendo al Universo, a Dios o al Destino que nos marque el camino, con su crueldad y su bondad, con su negro y su blanco, con sus subidas y sus bajadas, con sus problemas y soluciones, con su tristeza y su alegría. Dando siempre las gracias por permitirnos aprender, vivir, amar, soñar...soñar...no dejemos nunca de soñar, pues perdamos lo que perdamos, los sueños...los sueños siempre nos quedarán.

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